Contratos de protección: Esclavitud patronal en fábricas de Ecatepec

01 Aug 2007   |   comentários

Sin duda la contratación colectiva es una conquista surgida como producto de luchas de miles de trabajadores en todo el país.

Pero esta herramienta, que permite a los trabajadores un frente unido contra la patronal, ha sido usurpada por los llamados contratos de protección.

Éstos son supuestos contratos colectivos, presentados ante autoridades laborales por los patrones, creados por ellos mismos y negociados con líderes sindicales corruptos a espaldas de los trabajadores. Surgieron para protegerse de la legítima lucha de los trabajadores por sus derechos.

En la actualidad, el 90% de los contratos en México son de protección, lo cual posibilita que empeoren las condiciones de los trabajadores más pauperizados.

La realidad que se vive en el municipio de Ecatepec es testimonio de esto. Es el municipio con mayor número de empresas establecidas, con un total de 7,571 y las estadísticas indican que esta cifra va en ascenso. Lejos de traer un beneficio para los trabajadores de la zona, el establecimiento de nuevas empresas, basadas en los contratos de protección, representa mayor precarización. Salarios ínfimos, jornadas laborales de más de 8 hrs, contratos eventuales o «de prueba», e incluso trabajo sin contrato ni prestaciones son la constante.

Por varias décadas las organizaciones obreras charras como la CROM y la CTM, predominantes en la zona, liquidaron las prerrogativas laborales de miles de trabajadores. Desde los años ´70, la celebración de contratos de protección les retribuyó en el aumento de afiliados, generando un mayor control político y económico de una gran franja de obreros.

Hoy, miles de trabajadores jóvenes de esta importante zona industrial nunca gozaron del «privilegio» de la contratación colectiva, por lo que frente a las arbitrariedades patronales se ven obligados a no actuar o bien a hacerlo de forma individual.

Al tener que ingresar su fuerza de trabajo al mercado laboral, muchas mujeres obreras son, junto con los jóvenes, quienes más sufren las consecuencias de los contratos de protección; son obligadas trabajar en condiciones inferiores a los varones con menores sueldos y con jornadas de trabajo más extenuantes e incluso teniendo que firmar cartas de no embarazo para que sean empleadas. El trato al interior de las fábricas, por parte de los capataces y supervisores, es denigrante. El acoso sexual y otras practicas machistas permanecen bajo la amenaza manifiesta de que el puesto pueda ser ocupado por un hombre, inhibiendo aún más la participación política y organizativa de muchas compañeras, pese a ser mayoría en numerosas empresas.

Al mismo tiempo, las repercusiones de los contratos de protección se extienden también hacia trabajadores con mayor edad y con mayor antigüedad, quienes después de trabajar durante años se enfrentan a no tener ningún derecho.

Para todos los trabajadores que intentan organizarse y ejercer sus derechos colectivos con libertad, esta simulación contractual los coloca bajo la permanente amenaza de perder su fuente de trabajo si no logran arrancar la titularidad de su organización a los líderes sindicales que los paralizan.

Los trabajadores alzan la voz

A pesar de esta situación, en varias fábricas de Ecatepec, los trabajadores mostraron su firme decisión de no dejarse pisotear por los patrones, lo que podría estar indicando el comienzo de un nuevo fenómeno de lucha en la zona.

Como muestra existen tres casos que han salido a la luz pública.

Trabajadores de Ideal Standard, ubicada en Vía Morelos No. 330, Col. Santa Clara Coatitla, denunciaron las malas condiciones de seguridad que ocasionaron en septiembre pasado la muerte de un trabajador.

Trabajadores de Suajes y Preparaciones, ubicada en la misma colonia, en la calle Plásticos 101, denunciaron los despidos de varios empleados por tratar de organizarse en busca de mejorías laborales (ver en esta página).

Trabajadores de Kraft, ubicada en la Vía Morelos, donde los trabajadores enfrentaron la represión de la cual han sido objeto en la lucha por su derecho a democratizar su sindicato.

Aunque iniciales, estas luchas apuntan en la perspectiva de la necesaria organización de los trabajadores para retomar en sus manos sus conquistas laborales y sociales a través de sus propias herramientas de lucha. Sólo esta perspectiva de unidad de clase contra los patrones puede ser el inicio para dejar atrás los años de traiciones y derrotas que sufrieron los trabajadores del municipio y dar un giro a las condiciones de explotación que predominan hoy en Ecatepec y en el país.

Ante esto, es necesario que los trabajadores nos organicemos en las fábricas y que nos coordinemos entre las distintas empresas, para luchar por nuestros derechos laborales, comenzando por la contratación colectiva, el respeto a la antigüedad y conquistas elementales como la seguridad social, así como el derecho a la sindicalización sin injerencia de la patronal ni de los sindicatos «blancos». ¡Abajo la esclavitud patronal en las fábricas! ¡Abajo los contratos de protección! ¡Plenos derechos laborales y sindicales para todos los trabajadores!









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