Grecia

Crisis económica e importantes movilizaciones

05 Jun 2011   |   comentários

1 de junio 2011

En mayo pasado Grecia levantó la mano para hacerse notar en el terreno de la lucha de clases, que ha tomado fuerza en el Medio Oriente y Europa en los últimos días. Al igual que España y Portugal, Grecia atraviesa por una crisis de deuda. Sin embargo, el caso griego es más grave ya que su deuda sobrepasa los 300 mil millones de euros y ha tenido que implementar un plan de austeridad que recae sobre el pueblo trabajador, lo que ha derivado en despidos de empleados estatales y privatizaciones graduales de las empresas públicas. Grecia no cuenta con recursos y se encuentra en un déficit económico que lo ha hecho dependiente de los recursos que destinaron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) para su rescate.

El año pasado Grecia fue el primer país perteneciente a la Unión Europea (UE) que fue rescatado por sus socios y que acordó con ellos que mediante un programa de asistencia financiera se le otorguen 110 mil millones de euros. Pero ni el FMI ni el BCE dan dinero sin esperar algo a cambio: la condición para Grecia fue recortar su gasto social y vender las acciones de las empresas públicas al capital privado, medidas que el gobierno socialista acató y dejó caer el peso de la crisis sobre el pueblo explotado. Comenzaron los despidos de trabajadores estatales y se profundizó la penetración del capital privado en diversos sectores de la economía.

Huelga general contra el gobierno “socialista”

El 11 de mayo 20 mil personas inundaron las calles de Atenas y 10 mil las de Salónica, en una jornada de huelga general en contra del plan de austeridad. Se paralizó la actividad en diversos sectores de la economía afectados por los planes neoliberales en el país. La huelga general fue convocada principalmente por las dos centrales sindicales más importantes de Grecia, la ADEDY y GSEE. Pararon los controladores aéreos, los trabajadores portuarios y ferroviarios, las escuelas, las guarderías, los empleados públicos; los hospitales sólo atendían casos de urgencias, las líneas de transporte público sólo funcionaban para llevar a los manifestantes al centro de Atenas y que se expresaran los miles en contra de las medidas de austeridad que aumentan la precariedad de la vida en el eslabón más débil de la UE.

Esta jornada de huelga general fue la segunda del 2011 y la onceava desde que se anunciaron los primeros ajustes hace más de un año, mostrando la inconformidad del pueblo griego en contra de las medidas y es que desde su implementación el salario cayó en un 20% y el desempleo llegó a 15.1%. El gobierno reprimió la manifestación en Atenas con sus cuerpos policiacos y provocó el enfrentamiento en las calles con jóvenes manifestantes, que dejó un saldo de varios heridos y una veintena de detenidos. A pesar de la represión, la jornada de lucha paró la actividad económica en el país y comenzó a mostrar el poder que tiene la clase trabajadora organizada en contra de los planes neoliberales, que también afectan a los explotados de los países imperialistas.
En los últimos días se habló de la imposibilidad que tenía Grecia de pagar su deuda y la posibilidad de reestructurarla, a lo que se opuso tajantemente el BCE cuando su portavoz Jurgen Starks declaró que pensar en la restructuración de la deuda Griega era pensar en una crisis mayor a la derivada de la quiebra de Leham (quiebra que propició la crisis actual internacional). La UE y el FMI, en su preocupación por mantener la estabilidad financiera en el país, enviaron una comisión de expertos economistas para auditar las finanzas públicas y decidir si a Grecia se le entrega en junio la quinta exposición de su préstamo otorgado, que son 12 mil millones de euros; el Primer Ministro griego afirmó que si no se les entregaba el préstamo, el gobierno tendría que declararse en quiebra, pues la economía griega carece de recursos para sostenerse. En un intento para conseguir respaldo el primer ministro Yorgos Papandréu llamó a la unidad a los partidos en el Congreso, para poder acatar las medidas dictadas por los organismos internacionales.

La comisión enviada por el FMI y el BCE determinó que no se le darán los 12 mil millones de euros a Grecia si no se avanza en la rápida privatización de la industria pública y con el mayor consenso político. Yorgos Papandréu le mostró a la comisión un nuevo paquete de medidas que consiste en un plan de recorte al gasto y de privatización de las empresas públicas que pretende recaudar para el 2015, 50 mil millones de euros. La comisión es determinante y presiona al gobierno griego a que aplique las medidas lo más pronto posible a cambio del préstamo.
Los intereses de los organismos internacionales están sobre diversas empresas públicas o en las que aún posee activos el gobierno. Por ejemplo, la compañía Public Power Corporation –encargada de producir y distribuir energía para todo el país, con más de 21 mil trabajadores– y las empresas de agua potable Thessaloniki Water (EYATH) y la ateniense EYDAP. El estado también planea vender el organismo de apuestas futbolísticas e hípicas, la lotería nacional, los ferrocarriles públicos, las empresas de mantenimiento de carreteras, la compañía pública de gas y la operadora del aeropuerto internacional de Atenas.

La resistencia continúa

El 24 de mayo 7 mil personas, según cifras oficiales, se concentraron en la plaza de Sintagma (Constitución en castellano) en Atenas en contra de las medidas de austeridad y del nuevo paquete de privatizaciones y de recorte al gasto social. Al grito de ¡ladrones, ladrones! las masas de trabajadores, desempleados y jóvenes tomaron el ejemplo de España y ocuparon la plaza pública, cuestionando la conducción del país y el sometimiento a las disposiciones del FMI y el BCE y mostrando la tendencia de las masas europeas a salir a escena. De esta forma se preparan los trabajadores y el pueblo explotado para la nueva jornada de huelga general anunciada para el 21 de junio de este año.
Papandréu llamó de nuevo al cierre de filas para aplicar las medidas impuestas por el FMI, pero la Coalición de Izquierda y el PC rechazaron asistir a las reuniones convocadas, incluso el partido conservador rechaza apoyar al primer ministro en la aprobación del nuevo paquete de recortes, debido al costo político que esto representaría. Ante esto el Primer Ministro anunció que de una manera u otra el nuevo paquete se aplicará, frente los cuestionamientos que hay sobre su permanencia en el puesto anunció que no dejará el cargo hasta la conclusión de su periodo en el 2013.

El pueblo trabajador griego se enfrenta día a día a los despidos, el recorte salarial y el encarecimiento de la vida en que lo ha sumergido los planes neoliberales: es el costo de pertenecer en la eurozona y aparentar una estabilidad financiera al exterior a base de préstamos impagables. La estabilidad económica de la UE se tambalea cuando la bomba financiera estalla, los estados más débiles no pueden cumplir sus compromisos de pago. La fórmula ha sido la misma en todos los países de la eurozona que se han visto afectados por la crisis mundial y que ha incrementado su deuda: recorte al gasto y privatización de las empresas públicas. Ésta es la receta mágica que tienen los organismos internacionales contra los trabajadores.

En estos momentos en que el pueblo griego no tiene perspectivas de futuro debido a los constantes despidos y a la ofensiva general que han desatado los dueños del dinero sobre él, no tiene muchas opciones para salir de esta debacle económica. O confía en el régimen que ha aceptado todas y cada una de las indicaciones de los organismos internacionales que sólo ha contribuido a aumentar la deuda o se apoya en sus propias fuerzas para resistir el duro embate de la reestructuración capitalista.

Perspectivas de la lucha de los trabajadores

Los trabajadores griegos deben plantearse la lucha por una escala móvil de salarios y la repartición de las horas de trabajo entre los desempleados y los que tienen empleo.

Ante la ofensiva privatizadora las organizaciones obreras deben plantearse como perspectiva la renacionalización de las empresas bajo administración y control de los trabajadores.

Las masas griegas deben confiar en sus propias fuerzas, continuar la resistencia en contra de los planes neoliberales con un programa ofensivo que enarbole la independencia de clase y que se oponga rotundamente al pago de la deuda externa, que es el nudo de la soga que aprieta el cuello de la economía griega insostenible que se le ha impuesto al pueblo griego. La ofensiva y el salvataje económico continuarán en contra de los sectores más vulnerables y dejan sin perspectiva de desarrollo a generaciones enteras de griegos que tienen una deuda sobre sus hombros que ellos no eligieron adquirir.

Después de las importantes jornadas de lucha los trabajadores griegos deben adoptar una perspectiva y un programa para derrotar al gobierno y los planes imperialistas, las organizaciones de trabajadores deben transitar por el camino de la independencia de clase y no darle ningún voto de confianza a los políticos al servicio de los grandes capitales, hacer que sus jornadas crezcan en número y en programa por medio de la discusión en los diversos sectores de oprimidos, que todos los trabajadores, la juventud y el pueblo de Grecia se manifiesten en contra de las privatizaciones para defender lo que por derecho les pertenece.









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