En torno a la lucha del SME

Debate en la izquierda

30 Jan 2010   |   comentários

La lucha del SME, que hoy se encuentra en una verdadera encrucijada, exigía que los socialistas propusiéramos una política alternativa para los miles de trabajadores electricistas, y que permitiese reagrupar a los sectores que comenzaban a actuar por fuera de los lineamientos impuestos por las direcciones de la ANRP. Pero este no fue el sentido de las propuestas de varias organizaciones que se reclaman de izquierda.

El Militante… siguiendo los pasos de una política incorrecta

En el caso de la corriente El Militante, una ubicación acrítica de la dirección del SME lo llevó a omitir toda referencia a las implicaciones que tenía la negativa a convocar a una verdadera huelga nacional. De igual forma, saludaron la incorporación al movimiento de los dirigentes del PRD y del PT, sin hacer algo elemental para cualquier marxista: advertir sobre su política de conciliación de clases del sol azteca, la cual fue adoptada por la dirección del SME, y que –apostando a la confianza en las controversias constitucionales, amparos, y la consigna de una “lucha legal, civil y pacífica”- se mostró como un verdadero callejón sin salida para el movimiento.
Frente a la Asamblea Nacional de Resistencia Popular, Militante planteó que ésta “acordó formar consejos nacionales y estatales que organicen una huelga nacional para las primeras semanas de 2010. Definitivamente, ese no es el rumbo a tomar para luchar contra la política de Calderón.” Sin duda, la ANRP representó un paso inicial, a condición de que avanzara en un funcionamiento democrático al servicio de la lucha. Pero, lamentablemente, no hubo posibilidad de expresión de las bases electricistas ni de las organizaciones solidarias, y fue utilizada como una tribuna por las direcciones para justificarse. Si lo que queremos es “luchar contra la política de Calderón”, era fundamental impulsar la auto-organización desde las bases –que en esta lucha requería darle a las asambleas del SME capacidad de decisión- y que la ANRP se base en esos métodos de democracia obrera, como propusimos desde la LTS y otras organizaciones socialistas. Sólo así se le habría impuesto a las direcciones sindicales un verdadero plan de lucha y una huelga nacional para el año 2009, la cual hasta ahora (enero del 2010!) no tiene fecha. Esta ubicación acrítica fue sostenida, con matices y variantes distintas, por distintos colectivos estudiantiles, como el caso de En Lucha y el CEM.

La Otra Campaña ante la lucha del SME

En el desarrollo de la lucha, surgieron distintos sectores que cuestionaron por izquierda a la política de la dirección del SME. Trabajadores vinculados a la Otra Campaña estuvieron entre quienes resistieron –como en Lechería- a las autoridades de la CFE y la policía, sufriendo la cárcel y estando actualmente bajo proceso.
En el caso de las organizaciones y colectivos integrantes de la Otra Campaña, desde el inicio de la lucha se desplegó una política que, bajo la justificación del carácter reformista de la dirección y su vinculación a AMLO, evitó dar una pelea por una política alternativa al interior del movimiento. Esto llegó a expresarse, cuando estaban los compañeros de Lechería detenidos, en la negativa de algunos colectivos y organizaciones a impulsar el frente único con la dirección del sindicato para lograr su liberación. Este posicionamiento vuelve impotente toda crítica correcta y fortalece la posición de las direcciones que se pretende combatir.

Si queremos dotar a las luchas obreras y populares de una perspectiva anticapitalista –que para nosotros debe ser obrera y socialista-, es necesario impulsar la mas amplia unidad de acción, ya que es en la lucha donde estas direcciones demostrarán su incapacidad para orientar la lucha por una perspectiva revolucionaria y donde se podrá dotar a las mismas de un programa y una política alternativa.
Participando en el movimiento, al mismo tiempo que sosteniendo una política socialista para su triunfo, desde la LTS fuimos parte, durante los meses previos, de un bloque con otras organizaciones socialistas, que formuló numerosas propuestas. Hoy es necesario –como explicamos en la página 3 – que, sin ningún sectarismo, coordinemos los esfuerzos de quienes consideramos que hay que proponer una política centrada en la auto-organización de las bases, la movilización con independencia de los partidos del congreso y la preparación de una huelga nacional hasta la derrota del decreto.
Desde esta propuesta unitaria es que llamamos a los compañeros de las distintas organizaciones de izquierda a trabajar conjuntamente por una orientación política independiente al servicio del triunfo de la lucha electricista.









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