En Chile estudiantes y trabajadores salen a las calles

18 Jul 2011   |   comentários

La lucha por una educación superior incluyente para los hijos de los trabajadores dio inicio en las universidades, pero rápidamente se propago a los bachilleratos del país contando con la simpatía del pueblo trabajador y con la alianza de los profesores.

En Chile, el esquema de educación superior implementado por el Estado excluye a los hijos de los trabajadores que tienen deseos de continuar sus estudios, arrojándolos a la vida laboral, a la tecnificación para ser mano de obra calificada o al endeudamiento excesivo en la banca privada que adquieren miles de jóvenes para poder solventar el costo de una carrera profesional.

Universidad de ricos

La educación universitaria en el país es incosteable para las masas chilenas, pero se ha vuelto un negocio redondo para los bancos que otorgan financiamientos a los estudiantes que tendrán que pagar, durante varios años de su vida, el costo de sus carreras profesionales y los intereses generados por la deuda.

Para poder estudiar en la Universidad de Chile, que es una universidad pública, se tiene que cubrir un costo anual de 2 millones 310 mil pesos chilenos lo que seria equivalente en nuestro país a 56 mil 500 pesos mexicanos, cuota anual que se puede cubrir en cuatro pagos; esto es el costo por año; si tomamos en cuenta que una carrera profesional dura aproximadamente 4 años el costo promedio de la carrera es de 226 mil pesos mexicanos.

Esto ha desatado una reacción en contra de las políticas estatales implementadas a la educación que ha profundizado el desmantelamiento de su carácter público, los estudiantes chilenos llamaron a paros y movilizaciones masivas para lograr una reforma educativa que satisfaga la necesidad de educación del pueblo chileno.

Resistencia estudiantil y represión

En el transcurso del mes los estudiantes tomaron 500 liceos de los cuales fueron desalojados violentamente por la policía con golpes y gases lacrimógenos, pero los estudiantes retomaban las escuelas una y otra vez, los enfrentamientos con el aparato represor del estado dejó decenas de detenidos.

Los estudiantes secundarios (lo equivalente al bachillerato en México), también se unieron a la lucha y convocaron a una movilización masiva el 24 de junio, en la que participaron 20 mil jóvenes de 14 a 17 años, en contra del gobierno de Sebastián Piñeira, por transporte gratuito para los estudiantes y para exigir la reconstrucción de las escuelas dañadas por el terremoto del año pasado; en la movilización participaron unos 20 mil jóvenes, fue apoyada por estudiantes universitarios y profesores, la policía reprimió la marcha violentamente dispersando a los jóvenes con gases lacrimógenos y tanques de agua.

Esta escena represiva se repitió una y otra vez durante las manifestaciones estudiantiles, así que en respuesta estudiantes secundarios y universitarios convocaron a una movilización masiva el 30 de junio.
El 30 de junio pasado se realizó la más grande movilización después de la dictadura de Pinochett, 200 mil personas en la capital chilena y 500 mil a nivel nacional mostraron su simpatía con el movimiento estudiantil y se manifestaron en contra de las políticas estatales, estudiantes, profesores y trabajadores mineros se manifestaron de conjunto y no solo repudiaron la política educativa del gobierno de Piñeira también se manifestaron en contra de la política laboral que promueve la subcontratación en el sector minero y en contra de la privatización de sus recursos naturales pues levantaron la consigna de la nacionalización del cobre.

El gobierno Estatal presionado por las fuertes movilizaciones envió una propuesta al congreso chileno que no satisface las exigencias de los estudiantes, otorga una inyección de dinero a las universidades públicas que está muy lejos de cubrir la necesidad de las instituciones y un aumento de la expedición de becas. Los estudiantes chilenos no piden que se den más becas para que más y más gente se endeude con los bancos que son los únicos beneficiados de esto, lo que piden es la estatización de los institutos de enseñanza superior, que se frene el masivo endeudamiento por tener que pagar los estudios, que se reforme la autoritaria estructura universitaria, que deje de existir el acceso elitista a la educación.

El Estado ha intentado desprestigiar el movimiento de estudiantes chilenos diciendo que hay sectores que han politizado el conflicto y que la demanda de estatización de la educación es una demanda vieja, que los estudiantes que se han enfrentado en las calles contra las fuerzas represivas son grupos radicales a los que les caerá el peso de la ley.

Trabajadores chilenos, también en la lucha

Pero los estudiantes no son los únicos que se movilizan en Chile los trabajadores mineros han dado una férrea lucha en contra de la privatización de la industria y en contra de la subcontratación. En la mina “El Teniente” se cumplen más de 40 días de huelga en busca de mejoras salariales.

El lunes 11 de julio los trabajadores mineros realizaron un paro de 24 hrs en busca de la solución de las demandas, de mejoras a sus condiciones de trabajo y por la nacionalización de la industria del cobre.

Los trabajadores de planta de la empresa minera estatal Codelco, que produce el 34% de la producción del cobre en el mundo, han convocado a este paro denunciando la privatización encubierta y el despido de 600 trabajadores por año en la mina Chuquicamata.

El 14 de julio se realizó un paro nacional educativo en el que participaran diversos sectores en lucha, los estudiantes y los profesores pararon los colegios al mismo tiempo que los trabajadores portuarios de Valparaiso, los trabajadores del transporte público de la capital han dicho que se suman al paro, lo mismo que los trabajadores del cobre. Esto puede ser la vía de que se solde la alianza de los estudiantes con la lucha de los trabajadores para poder solucionar sus demandas.

La encrucijada

Estos momentos son decisivos para el movimiento que se vive hoy en Chile si con los paros y las movilizaciones se puede dar un salto para crear un plan de lucha avanzado que se proponga un paro general indefinido, o si el gobierno gana terreno aprovechando el desgaste de las movilizaciones para sacarlos de las calles.

En Chile nuestros compañeros del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR), han buscado agrupar al activismo de izquierda que plantee en las asambleas, las tomas y los paros, la necesidad de una política que unifique las diversas luchas, emanada desde la discusión en las asambleas, con todas las garantías democráticas como la elección de representantes y la rotatividad para que se pueda plantear la perspectiva de un paro nacional indefinido que consolide la alianza de la clase trabajadora en contra de los planes imperialistas que pesan sobre Chile.









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