Europa

Frente a la escalada de precio en los combustibles

30 Jun 2008   |   comentários

El alza en los precios del petróleo provocó en las últimas semanas una oleada de protestas en el viejo continente protagonizadas por sectores de pescadores, agricultores y transportistas.

En Francia, donde el combustible para barcos pesqueros aumentó de 0,45 a 0,70 euros en seis meses, bloquearon todos los puertos 2 semanas los pescadores, que luego se extendió a otros puertos del Mediterráneo. Los agricultores a su vez llevan varias semanas de movilizaciones.

En España, Italia y Portugal, los pescadores salieron a la huelga demandando a sus gobiernos que reduzcan el precio del crudo y que otorguen subsidios para costear la brecha entre un alto precio del crudo y el bajo precio de los pescados. En España, que posee la flota pesquera más grande de Europa, los sectores en conflicto convocaron a una protesta el 30 de mayo que reunió a 10 mil manifestantes donde regalaron 20 mil de pescado para indicar que la pesca no les representa ninguna ganancia y denunciar que el gasoil supone más del 40% de los costes de explotación de un barco, que su precio ha crecido un 300% en los últimos cuatro años mientras la venta ha bajado.

En Gran Bretaña, la semana pasada los camioneros realizaron una importante protesta y el 2 de junio les tocó el turno a los pescadores de Escocia, el noroeste de Inglaterra, Cornwall e Irlanda del Norte.

Muchas de estas protestas son convocadas por organizaciones patronales como la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Fenadismar (transportistas), NFFO y SFF (pesca) que se ven apretados por el precio del combustible, la baja de la venta y las cuotas impuestas por la Unión Europea. Entre sus demandas, reclaman medidas de choque como el pago de los 30 mil euros de ayuda de minimis (que los Estados puede conceder sin autorización de Bruselas), refinanciación de las deudas, recortes en los pagos a la Seguridad Social, entre otras medidas.

El 9 de junio la situación se agudizó en el Estado Español, dió inicio una huelga de transportistas autónomos que colapsaron la red vial y las rutas de acceso a las grandes ciudades del país. Organizaron piquetes en los mercados de mayoristas afectando la entrada de los productos a los puntos de venta, provocando el desabastecimiento de alimentos y productos sanitarios en las principales ciudades. La falta de combustible ha obligado en algunas provincias a cerrar estaciones de servicio. Frente al desabaso, el gobierno organizó un operativo militar que garantice la distribución con camiones cisterna protegidos por la Policía Nacional y guardia civil. El impacto de la huelga se empieza ha sentir en algunas industrias, como la fábrica SEAT, ha dejado de fabricar 1.400 automóviles por escasez de piezas, llegando unas plantas a suprimir turnos de trabajo. El martes 10 la huelga cobró la primera víctima española, un trabajador transportista falleció tratando de impedir la circulación de una camioneta en Granada, y al cierre de esta edición la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de Mercancías (Fenadismer) y Confedetrans, las dos asociaciones convocantes abandonaron la negociación con el gobierno y siguen las protestas.









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