Huelga Nacional contra el ataque privatizador

01 May 2008   |   comentários

Los últimos dos meses se desplegó un gran movimiento de resistencia contra la entrega de PEMEX, cuyo centro neurálgico estuvo en las calles del Distrito Federal. Movilizaciones multitudinarias, bloqueos al Congreso de la Unión y a distintos edificios públicos en todo el país, protagonizados por cientos de miles que quieren enfrentar la política entreguista de Calderón, adoptando para ello métodos radicales de lucha. La última fue la manifestación del 27 de abril, donde AMLO anunció la segunda fase de la resistencia «civil y pacífica».

En la gran participación popular se ve que el intento privatizador despertó a miles que están hartos de ver a los gobiernos priistas y panistas avasallando una y otra vez los derechos democráticos y las conquistas populares obtenidas con duras luchas en el pasado.

Este movimiento opositor en las calles, puede alentar el surgimiento de otros sectores a la lucha, y ya hoy muestra una gran oposición a la entrega de las riquezas naturales a las transnacionales imperialistas. Hoy es el principal movimiento de lucha en el país: por eso la primer tarea es profundizarlo y dotarnos de una perspectiva que nos permita lograr nuestra demanda fundamental: No a la privatización y la entrega de PEMEX!

Por un gran movimiento nacional

Para eso, hay que impulsar y extender el movimiento a todo el país, incorporando al mismo al conjunto de los trabajadores, campesinos, indígenas pobres y la juventud. Hay que vincular la lucha contra la privatización a la movilización contra el TLC y contra el ataque a la educación, la salud y las conquistas laborales y sindicales de los trabajadores. En ese sentido, todas las organizaciones obreras, campesinas y populares, deberían poner sus esfuerzos al servicio de ampliar y masificar este movimiento, hacerlo llegar a todas las ciudades y pueblos del país, con el objetivo inmediato de construir un gran movimiento nacional en defensa de la industria petrolera nacionalizada y contra el TLC, que tome las calles hasta torcerle el brazo a Calderón.

Cómo luchar contra el régimen de la alternancia

Para lograr esto, es necesario que nuestra lucha tenga un carácter independiente del Congreso y de sus partidos. Eso requiere dejar de lado cualquier mínima confianza en esas instituciones, que utilizarán una y mil trampas y maniobras para contener y desactivar la lucha.

En ese sentido, los discursos de AMLO enfatizando el carácter «civil» y «pacifico», que van acompañados de la exigencia de un «debate nacional» al PRI y al PAN, parecen estar dirigidos no tanto a evitar la infiltración de los servicios de inteligencia, sino más bien a garantizar su propia dirección vertical, y evitar que la lucha se radicalice y cuestione abiertamente a este régimen de democracia para ricos.

La lucha para derrotar esta iniciativa de Calderón es parte de la tarea de movilizarnos contra estas instituciones responsables del hambre y la entrega, las cuales, lejos de ser «reformadas» o «democratizadas» (como postula el PRD) actúan y actuaran como garantes de los negocios de los capitalistas y los terratenientes. ¡Abajo las reformas antiobreras y proimperialistas de Calderón y el Congreso!

Los trabajadores tienen que ponerse al frente de la lucha

De concretarse la reforma calderonista, será un paso clave en la recolonización del país y en convertirnos en una estrella más de la bandera norteamericana. Para enfrentarlo, es fundamental que los trabajadores y sus organizaciones (que este 1 de mayo se están movilizando) se incorporen plenamente a la lucha. Y es que el movimiento obrero es quien mueve los resortes de la producción y el comercio, el transporte, las comunicaciones y las finanzas de este país; por lo que es quien puede tomar las medidas de lucha para ponerle un alto a la ofensiva de los capitalistas y el gobierno. Para lo cual tenemos una herramienta fundamental: la huelga nacional.

Las organizaciones sindicales opositoras y democráticas, aunque sus dirigentes son en muchos casos parte del PRD y la CND (e incluso tienen curules), no han buscado que las organizaciones participen como tales; de esta forma, los trabajadores son parte del movimiento sólo a título individual, quedando diluidos en las movilizaciones convocadas por la CND y AMLO y sin poder poner en juego su poderosa fuerza social.

La primera tarea es que las direcciones sindicales que se reclaman democráticas y opositoras, llamen urgentemente a movilizarse e impulsen efectivamente la participación de las bases obreras. Al mismo tiempo, hay que convocar a los trabajadores enrolados en la CTM y en particular en el sindicato de PEMEX, a organizarse de forma independiente del charrismo y a sumarse a esta lucha.

Es fundamental dar una respuesta a la altura de las circunstancias: los sindicatos y frentes sindicales tienen que llamar ya a una huelga nacional para echar abajo la reforma energética, poner contra las cuerdas a este gobierno entreguista y hambreador y comenzar así a recuperar el terreno perdido en todos estos años. Son la movilización y los métodos de lucha de los trabajadores los que pueden golpear decisivamente el plan de Calderón y hacer retroceder cualquier sanción de esta ley, u otra ley «negociada» o «consensuada» en el Congreso.

Es la hora y están dadas las condiciones para ello: la dirección del Diálogo Nacional, del SME, de la CNTE y de la UNT, no pueden dejar pasar un minuto más.

Organicemos desde abajo un gran movimiento nacional

Para llevar a buen puerto esta lucha, el movimiento tiene que organizarse desde las bases. Muchos compañeros confían en la dirección de Lopez Obrador, el punto es que una lucha como esta requiere que todos y cada uno de los pasos a dar se definan democráticamente. Esa es la llave para poder ampliar cada vez más el terreno de la lucha.

Por eso, en lugar de la orientación verticalista que pretende darle la dirección de la CND a la movilización y a la organización de las brigadas, hay que construir desde abajo este movimiento: desde las fábricas y centros de trabajo, los barrios y colegios, poniendo en pie brigadas y comités de lucha, en las cuales se discutan democráticamente y resuelvan los pasos a seguir. Esta el mejor via para romper el «cerco informativo» y atraer a millones a este movimiento.

En cada comité y brigada hay que discutir no sólo las acciones, sino también qué programa alternativo le oponemos a la farsa con la que el gobierno pretende justificar la privatización, y qué pliego de demandas levantamos para conquistar la renacionalización del conjunto del sector energético y de las áreas que están bajo el control del capital privado.

Un gran paso adelante en esta perspectiva -que permitiría además coordinar todos los esfuerzos-, sería organizar un Gran Encuentro Nacional de las organizaciones obreras, campesinas, populares y democráticas en lucha, convocado conjuntamente con los comités y brigadas, y basado en los delegados electos por cada una de estas organizaciones. En ese Encuentro se podría llevar a cabo un verdadero debate, resolviendo –sobre la base de respetar el mandato de las bases-, un plan de lucha, cuyo primer paso, desde nuestro punto de vista, debería ser llamar a un gran paro nacional y a una jornada nacional de movilización contra la entrega de PEMEX y el TLC.









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