LUCHEMOS POR UNA HUELGA GENERAL POLÍTICA HASTA QUE CAIGA PEÑA NIETO Y EL RÉGIMEN ASESINO
30 Nov 2014
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Pablo Oprinari
Los cientos de miles que nos movilizamos por los estudiantes normalistas al grito de “fuera Peña” y “fue el Estado”, requerimos profundizar la movilización y luchar hasta el final contra las instituciones de esta “democracia” asesina.
La jornada del 20/11 fue un paso adelante: junto a los cientos de miles que mostraron su determinación de no amedrentarse por los discursos de EPN, participaron importantes destacamentos de trabajadores. Los trabajadores y sus organizaciones tienen que entrar masivamente a escena, al frente de una alianza obrera, campesina, popular y estudiantil. En este contexto político de crisis y debilidad del gobierno, el paso siguiente debe ser -al calor de manifestaciones como la que se prepara para este 1 de diciembre- generalizar la movilización y preparar una gran Huelga General Política que paralice el país, ponga contra las cuerdas al gobierno y lo derrote en las calles.
La clase obrera, aunque sufrió importantes golpes, como la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, y la traición constante del charrismo sindical, no está derrotada y dio duras peleas como muestra de su potencialidad -como el magisterio en el 2013, que hoy se moviliza en Guerrero y otros estados-. En el 20N se mostró que empieza a surgir un nuevo ánimo con la participación de varios sindicatos, lo que plantea la necesidad de una política que encauce ese descontento de manera combativa e independiente.
Eso es lo nuevo: la crisis actual puede ser la grieta por donde se cuelen nuevos sectores de trabajadores. Para eso hay que tener una política activa: las corrientes y sindicatos que ya participan, junto a las organizaciones en lucha como la ANP de Guerrero, pueden organizar un gran Encuentro Nacional de Organizaciones Obreras, campesinas, estudiantiles y populares, con delegados revocables y con mandato que vote un plan de acción unificado. Desde ese encuentro podemos convocar a los grandes sindicatos a que se sumen a la lucha, e impulsar asambleas en los centros de trabajo para votar, desde las bases, un plan de acción que exprese las demandas de todos los sectores en lucha. Asimismo, los estudiantes, desde sus asambleas locales, pueden impulsar brigadas a las zonas obreras para soldar la unidad con los trabajadores.
Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana
Desde el MTS opinamos que una Huelga General Política que haga realidad la demanda de “que se vayan todos”, e imponga un gobierno provisional de las organizaciones obreras, campesinas y populares en lucha, es el camino para imponer nuestras reivindicaciones.
Para discutir y resolver estas demandas, ese gobierno provisional debería convocar a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, por fuera de este régimen y sus instituciones de democracia para ricos, sin ninguna restricción y con acceso igualitario a los medios de comunicación para las organizaciones obreras, campesinas, populares y de izquierda, con representantes electos por sufragio universal cada 50.000 habitantes, que sean revocables y cobren lo mismo que un maestro, donde voten todos los mayores de 16 años. Pero para que esta Asamblea discuta libremente la agenda de las grandes mayorías, debe llevarse a cabo sobre las ruinas de estas instituciones, organizada de forma independiente de los partidos de esta democracia asesina, los que no permitirán que se rompa con el imperialismo y se tomen medidas favorables a los trabajadores y el pueblo.
Esa agenda -que debemos impulsar desde ahora en las calles- debe atacar, en primer lugar, la recolonización del país por parte del imperialismo. Las desapariciones, los feminicidios, la acción mancomunada de los carteles y el Estado, son la expresión más terrible de la dominación de Washington sobre México.
Para eso, hay que luchar por echar abajo el Tratado de Libre Comercio, la deuda externa y todos los pactos que nos atan al imperialismo y apuntan a convertir a México en una estrella más de la bandera norteamericana. Por cada dólar que las trasnacionales “invierten” en México, profundizan la opresión y la explotación de millones de trabajadores, campesinos e indígenas pobres, quienes somos su mano de obra barata con salarios aún más bajos que los de nuestros hermanos de clase en China. La integración a la economía yanqui es la llave que succiona la savia vital de esta nación, y al servicio de eso están las reformas del Pacto por México.
Por eso, mientras luchamos por la aparición con vida de nuestros compañeros, la libertad de los presos políticos como los del 20N, contra la represión, la militarización, la trata y los feminicidios, debemos pelear por echar abajo los acuerdos económicos, militares y diplomáticos con el imperialismo, junto a la legislación represiva que les garantiza a las trasnacionales sus negocios como -por ejemplo- la Ley de Seguridad Nacional.
Junto a ello, una Asamblea Constituyente, debería resolver la demanda de tierra para los campesinos y la autodeterminación para los pueblos indígenas. Echar atrás todas las reformas reaccionarias, renacionalizando sin pago todas las áreas privatizadas de la economía e impulsar un programa obrero de emergencia.
Para imponer esta perspectiva, será necesaria la movilización revolucionaria de los trabajadores y el pueblo y el desarrollo de sus organismos de democracia directa. En esta lucha, los socialistas del MTS plantearíamos que hay que ir hasta el final, expropiando a los capitalistas y las trasnacionales y acabando con este sistema de explotación y barbarie.
CÁRDENAS Y LÓPEZ OBRADOR: CAMBIAR ALGO PARA QUE NADA CAMBIE
Cuauhtémoc Cárdenas, que acaba de renunciar al PRD, propuso como alternativa para el momento actual un “Congreso Constituyente”. Pero su objetivo no es barrer con las instituciones actuales, ya que según él “hay mucho que sirve por mucho que haya que arreglar” (Proceso 22/11). Este Congreso Constituyente redactaría una “nueva Constitución” que “ampliaría” los derechos de la población. Pero ¿que “carta magna” puede salir de un Constituyente organizado por el INE, operador de los fraudes y garante de que no se oiga la voz de las organizaciones obreras y populares? ¿Que “nueva Constitución” favorable para las grandes mayorías puede venir de las instituciones y partidos responsables de la entrega al imperialismo y la colusión con el narco? Cárdenas -como AMLO y su propuesta de “elecciones anticipadas”- deja la suerte del movimiento en manos del mismo régimen político responsable de la desaparición y la masacre de los normalistas. Aunque haya renunciado al PRD, sostiene una política para preservar las instituciones.
Tanto Cárdenas como AMLO pretenden convencer a los cientos de miles en las calles de que estas pueden reformarse y democratizarse. La propuesta de “Constituyente” o de “elecciones anticipadas” por parte de este régimen asesino, es una trampa para contener el movimiento, que solo conseguiría una reforma cosmética del régimen responsable del saqueo y la barbarie. Ante eso, luchemos por derribar a este gobierno, las instituciones y partidos, enemigos de los trabajadores y el pueblo.
ACABAR CON EL PODER DEL NARCO
Como planteamos arriba, uno de los resultados del sometimiento del país a los dictados de EE.UU. y sus políticas “antidrogas”, es el crecimiento del narco y su colusión con el Estado, la barbarie para cientos de miles y la militarización.
Ante eso, una medida elemental es luchar por la legalización de las drogas -que dejaría a los carteles sin su fuente extraordinaria de ganancias- como parte de un programa que desconozca los dictados de la Casa Blanca en materia de “lucha antidrogas”, y que expropie a los grandes capos de la droga.
En ese camino, hay que impulsar la autodefensa, por parte de las organizaciones obreras y populares, contra los carteles y fuerzas represivas responsables de 200.000 muertos y decenas de miles de desaparecidos.
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