En Turquía, Brasil y Chile…

La juventud se abre camino

16 Jul 2013   |   comentários

Omar García

En las últimas dos semanas los ojos del mundo se asombraban por las imponentes protestas en Turquía, cuando intempestivamente hubo que voltear hacia América Latina para impactarse ante el “despertar del gigante” que representan las masas brasileñas movilizadas . Al mismo tiempo el movimiento estudiantil chileno comienza a recomponerse más lentamente que en el 2011, pero cobrando fuerza con “el tomazo” de este año. En los casos de Turquía y Brasil se puede dar cuenta de la participación de otros sectores además de la juventud, como es el caso de los trabajadores en el país de “los viejos continentes” o de las clases medias y pobres urbanos en Brasil. En el caso chileno, la serie de tomas y nuevas movilizaciones expresan mayores tendencias a la unidad de estudiantes y trabajadores, en particular los portuarios. Ante ello es necesario detenerse a reafirmar la presencia de la juventud en estas manifestaciones y la perspectiva revolucionaria que puede abrirse paso con estos procesos, así como reflexionar sobre las tareas que tenemos para que la juventud mexicana salga nuevamente a las calles y confluya con los trabajadores que luchan, como el magisterio.
La persistencia de la movilización juvenil se extiende
Desde hace tres años que las calles del mundo, al tiempo que vuelven a aparecer importantes batallones de la clase obrera, se inundan con la presencia de la juventud que toma, lucha, recupera las calles y la palestra de la acción política para denunciar los efectos de la crisis capitalista, pelear por sus reivindicaciones y contra la represión que sufren como respuesta ante sus reclamos. Incluso ante las recientes protestas en Brasil, el ex presidente Lula tuvo que decir –en un intento por amenguar el descontento con su propio partido- que los enfrentamientos y marchas masivas eran la expresión de una juventud que necesita luchar por el futuro.

En Brasil esta amplia vanguardia juvenil ha despertado a amplios sectores de las masas, con movilizaciones históricas, sólo comparables a las de 1985 cuando cayó la dictadura o de 1992 cuando se echó a Color de Melo, y se abre la perspectiva de que a partir de este movimiento surjan nuevos fenómenos políticos. En este sentido nuestros compañeros de la LER-QUI intervienen con todas sus fuerzas y se apuestan a confluir con los mejores elementos de la vanguardia juvenil, obrera y popular. Levantando un programa y una política para enfrentar la represión y organizarse desde las bases, para que a partir de conquistar las demandas más inmediatas, se levante un programa transicional, y se desarrolle un programa que impulsado por una poderosa alianza entre todos los explotados y oprimidos, sea encabezada por la clase trabajadora y se proponga ir por más.

En Chile donde en el 2011, fue una irrupción abrupta, este 2013 tiene una dinámica ascendente, de menos a más. Para el 19 de junio ya eran más de 100 Colegios y Universidades movilizados, muchos de ellos en toma y más de 18.000 estudiantes en lucha. Con las tomas, mostrando la voluntad de organizarse para vencer, se avanza en la unidad de trabajadores y estudiantes. Donde nuestros compañeros del PTR, la Agrupación Combativa y Revolucionaria (ACR) de la Juventud sin miedo, y Pan y Rosas, organizaciones hermanas en Chile, participan de las asambleas y espacios de auto organización e impulsaron la campaña “vamos por el tomazo” que después ha venido siendo abrazada por organizaciones estudiantiles representativas y votada en asambleas masivas.
Que la juventud mexicana tome las calles junto a los trabajadores
En México políticos del régimen y articulistas se asustan con un eventual “efecto de contagio”, mientras hay quienes desde la izquierda solo se ocupan de mirar pasivamente lo que pasa en Brasil, pero sin impulsar una orientación ofensiva para que la juventud se ponga a tono. Hace apenas un año, las calles de este país en varias ciudades contaban con la emergencia de la juventud a través del #YoSoy132. En ese momento, la política de los sectores moderados –negándose a extender el movimiento a la unidad con el magisterio y otros sectores– impidió su desarrollo posterior a la llegada de EPN a Los Pinos. Pero, como se muestra en distintas acciones y movilizaciones, hay un profundo descontento en la juventud con la represión y los planes, y hay condiciones para impulsar la lucha combativa de los jóvenes. Por ello desde la JASyR, la LTS pelea por confluir también con la vanguardia juvenil, estudiantil, obrera y popular. Hace unos días nos movilizamos por la solidaridad internacionalista con la lucha de la juventud brasileña y en México enfrentamos la represión, la criminalización de la protesta social y de la juventud. Desde ahí plantemos la necesidad de que se coordinen todas las luchas y salgamos con un programa y un plan de acción combativo acordado desde las bases masivamente, donde bregamos para que la clase trabajadora con sus métodos como la huelga, el paro y la movilización en las calles, con un programa con perspectiva de clase pelee por la hegemonía obrera en la lucha de clases y podamos ir por victorias para los explotados y oprimidos.

1 En este número de Estrategia Obrera se publican distintas notas que abordan los procesos en Turquía y Brasil de manera detallada.









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