La "nueva" faceta del vecino imperial

La visita de Obama a México

30 Apr 2009   |   comentários

La visita de Estado de Barack Obama a México, marcó el inicio de una “renovada” actitud del imperialismo norteamericano respecto a las semicolonias latinoamericanas. Desde su llegada al territorio nacional, Obama pronunció discursos cargados de 'multilateralidad', reconociendo incluso que parte de la responsabilidad en el fenómeno del narcotráfico y la violencia derivada de ello, le corresponde a Estados Unidos y, en ese sentido, se “comprometió” a (...)

La visita de Estado de Barack Obama a México, marcó el inicio de una “renovada” actitud del imperialismo norteamericano respecto a las semicolonias latinoamericanas. Desde su llegada al territorio nacional, Obama pronunció discursos cargados de ’multilateralidad’, reconociendo incluso que parte de la responsabilidad en el fenómeno del narcotráfico y la violencia derivada de ello, le corresponde a Estados Unidos y, en ese sentido, se “comprometió” a combatir conjuntamente con el gobierno de Calderón los cárteles de la droga que han invadido la frontera común, y enfatizó que "es crítico que EU sea un socio completo en la lucha con este asunto".

Este supuesto nuevo marco de “cooperación” entre ambos países, fue recibido con beneplácito por la mayoría de la clase política y empresarial mexicana.

Uno a uno, comenzando por Calderón, los políticos y empresarios invitados a la cena de honor para el excelentísimo señor Barack Obama (frase tomada del escrito oficial de la SRE, que muestra del servilismo de la oficina diplomática), se empeñaron en obtener el reconocimiento y las "palmaditas" del imperialismo, a expensas de mantener y profundizar la subordinación política y económica al país vecino.
En ese sentido y con el argumento del combate al narco por delante, la prioridad de Obama -y por consiguiente del derechista gobierno de Calderón- es endurecer y dominar los controles policíacos y militares entre ambos países, para supuestamente frenar la violencia y los ilícitos relacionados con las prácticas del narcotráfico. Es prudente recordar que la "guerra” calderonista ha tenido como principal eje de acción dentro del país la militarización de las ciudades y campo, la constante violación a derechos civiles; asesinatos y violaciones impunes, decenas de ejecuciones...

Coincidentemente la política del “vecino” del norte reforzaría tales medidas con elementos de sus propias corporaciones de seguridad, o bien con una nueva, destinada para operar en territorio mexicano y latino.

Por ello detrás de los elogios a Calderón, por su "valentía" al enfrentar al narco, existe todo un plan colonial de administrar la frontera norte y vigilar palmo a palmo cada movimiento dentro del territorio nacional.

Los migrantes, fuera de agenda

Tras la algarabía gubernamental y mediática por una “nueva relación” entre ambas naciones, y bajo la promesa de “relaciones privilegiadas”, se encuentran nuevas trabas y dificultades que tendrán que enfrentar los mexicanos que pretendan ingresar a EEUU.
El tema migratorio y las condiciones de miseria que lo propician, no fue tema de importancia en la visita de Estado. Sin embargo, prevalecen los cientos de migrantes que mueren cada año al intentar cruzar la frontera, o los que lo consiguen solo para enfrentarse a una vida repleta de humillaciones y prestación de servicios en condiciones deplorables.

La única cooperación en la que Washington está interesado es en concretar su política migratoria, cuyos objetivos principales son la vigilancia y la protección de las fronteras. Así, los yanquis le impondrán a esta "privilegiada" semicolonia, una frontera súper vigilada, con más patrulla fronteriza y la probable militarización de esta zona, para blindar su frontera ante la emigración de mexicanos y latinos y, en menor medida, para vigilar el contrabando de armas hacia México.
Así, la migración lejos de ser un tema de prioridad en la relación binacional, se traduce en otra área de subordinación e injerencia norteamericana, donde inclusive se abre la puerta a la creación de una fuerza militar latinoamericana bajo dirección del ejército yanqui, los cual se expresó ya con la participación activa de 397 elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México en el ejercicio naval internacional UNITAS Gold-09, prácticas militares a cargo de la armada de EEUU.

Por otra parte, aunque la política exterior de Obama hacia Latinoamérica incluye gestos y medidas de forma que no habían tomado sus predecesores (una linea de "buen vecino"), el objetivo estratégico es el mismo, preservar, lo más posible, el lugar de EEUU como potencia imperialista en la región.

En el caso de México, los discursos pronunciados apuntan en ese sentido de aparecer con gestos mas "amistosos", de buena vecindad, distender el descontento que pueda existir, cuyo objetivo es recuperar y reafirmar el control imperialista norteamericano ante sus competidores europeos, y además en con la crisis económica como telón de fondo. Esta situación, además quedó manifiesta con su participación en la V Cumbre de las Américas, mediante sus posicionamientos frente a Cuba, por ejemplo.

Lo que está detrás de las palabras del nuevo jefe de la Casa Blanca, es la intención de mantener como política de Estado la relación de dominación y expoliación que desde antaño practican los gobiernos norteamericanos con Latinoamérica.
Por su parte, Calderón ante la caída de apoyo en el país, busca legitimación política e institucional externa, necesaria para el panismo en tiempos electorales. Esto es clave a medida en que la crisis económica tensará más las contradicciones entre las clases, e irá mostrando cada vez más los francos débiles del gobierno, acrecentando los riegos de mayor polarización social y política. Sin embargo, el apoyo político imperialista, no garantiza la estabilidad que espera el gobierno, pues es la crisis económica el factor que determina en última instancia, los elementos de crisis política y social que el gobierno enfrenta.









  • No hay comentarios para este artículo