Mineros

Las disputas del sindicato y las tareas de los trabajadores

01 Apr 2007   |   comentários

Mientras un juez garantizó la impunidad de los directivos de Minera México responsables del homicidio de 65 mineros en Pasta de Conchos, un tribunal colegiado restituyó a Napoleón Gómez Urrutia al frente del Sindicato Minero – Metalúrgico (SNTMMSRM). El Secretario del Trabajo reconoció el fallo y Calderón se pronunció a favor de la “autonomía sindical”. Con el aval de la Secretaría del Trabajo, la Convención Nacional Extraordinaria del SNTMMSRM ratificó a Napito. Estamos ante un cambio tramposo de Calderón
respecto a la política de confrontación abierta con este sector que tuvo Fox.

Fox trató de someter al Sindicato imponiendo a Elías Morales.

Mineros y metalúrgicos rechazaron esta política con movilizaciones, paros y luchas como la de Sicartsa, en
Michoacán, donde derrotaron al Ejército y la Policía Estatal del gobernador perredista Lázaro Cárdenas, que asesinó a dos obreros. La embestida contra el Sindicato Minero – Metalúrgico era el inicio de un ataque contra todas las organizaciones obreras del país; por eso, fue repudiada también por sindicatos como el SME y los de la UNT. La lucha de los mineros fue parte fundamental de la resistencia obrera en el último tramo del sexenio anterior, constituyéndose en un “foco rojo” para la estabilidad que el gobierno y los patrones quieren imponer para avanzar en sus planes. Que el nuevo gobierno se haya visto obligado a dar marcha atrás en la ofensiva de su predecesor contra el SNTMMSRM, en primer lugar es resultado de la tenaz resistencia de los trabajadores. Con su política “conciliadora”, Calderón quiere desactivar el conflicto minero y frenar las tendencias al frente único obrero que se expresaron en las calles en defensa de la autonomía sindical. Quiere evitar que los mineros continúen siendo un elemento activo en la escena nacional y, de paso, golpear al ala foxista de su propio partido que le viene dando lata.

A esta política le hace el juego la dirección sindical, que saludó los “buenos oficios” de la Secretaría del Trabajo, en lo que es el inicio de un acuerdo con el nuevo gobierno, que implicará una mayor subordinación del sindicato al Estado y sus instituciones. Hipócritamente, el PAN y los analistas reaccionarios de los medios de comunicación pusieron el grito en el cielo por la restitución de Napito, aprovechando el pretexto para lanzarse contra el “corporativismo” sindical, que inhibe, según, ellos el crecimiento y la productividad. Son los mismos que aplaudieron la reforma a la Ley del ISSSTE, garantizada por los charrazos Elba Esther Gordillo y Joel Ayala, del SNTE y la FSTSE. Lo que quisieran es que no existieran más los sindicatos, los contratos colectivos, ni el resto de las conquistas obreras.
Se apoyan en un elemento de verdad: la corrupción de los dirigentes sindicales y la antidemocracia existente en la mayoría de los sindicatos, como el SNTMMSRM. Pero los trabajadores debemos rechazar estas “críticas” por derecha, funcionales a la patronal, para levantar una política clasista, independiente del Estado y de todas las alas de la burocracia sindical; sin confiar en el gobierno, los partidos del régimen y sus instituciones, que utilizan como “quinta columna” en el movimiento obrero a los charros traidores.

FUERA MANOS DEL ESTADO DE LOS SINDICATOS

Hay que decirlo: en el caso del Sindicato Minero – Metalúrgico, su dirigencia es corresponsable de tolerar las pésimas condiciones de trabajo que propiciaron la muerte de los 65 mineros en Pasta de Conchos, muchos de los cuales ni siquiera estaban sindicalizados por la política de flexibilización laboral que se ha venido imponiendo con el aval del Sindicato. Esta dirección también es responsable de usurpar el patrimonio sindical de los ex mineros y de que, tanto el gobierno como la patronal, los hayan dejado abandonados, enfermos de silicosis y con pensiones miserables, como en Real del Monte. La lucha por una verdadera autonomía sindical, para romper con la tutela del Estado y los partidos patronales, esta ligada a la democracia obrera, para que seamos los trabajadores quienes decidamos en nuestras organizaciones; para recuperarlas de los charros traidores y ponerlas al servicio de la lucha por nuestras reivindicaciones.
¡Castigo a los responsables de Pasta de Conchos y
solución a las demandas de los deudos!
¡Fuera manos del estado de los sindicatos!
¡Por la democracia sindical y el derecho a formar
corrientes de opinión en los sindicatos!









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