Maduro: del discurso duro a la búsqueda del diálogo con Obama

30 Mar 2015   |   comentários

Venezuela

Maduro: del discurso duro a la búsqueda del diálogo con Obama

Milton D’León

Después de que Obama declarara a Venezuela como “un peligro extraordinario para la seguridad nacional” y de las primeras respuestas confrontativas de Nicolás Maduro, el viernes 13/3 el presidente venezolano dio un giro y le “tendió una mano” a Obama buscando el diálogo.
Luego de que, incluso Maduro había llamado al pueblo a participar de los ejercicios militares de defensa de la nación para el sábado 14/3, bajó desde entonces el tono de la confrontación. Dijo el presidente que “desde el Gobierno venezolano promovemos una diplomacia de paz, para que con el apoyo de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) encontremos el camino para un nuevo tipo de relaciones en las que prime el respeto".
El dictamen de Estados Unidos fue anunciado días después de que Maduro ordenara a la Embajada de Estados Unidos en Caracas reducir su personal a 17 de los aproximadamente 100 empleados que allí operan. Advirtió incluso que los diplomáticos estadounidenses tenían la obligación de informar sobre sus actividades en el país, al mismo tiempo que determinó que los ciudadanos estadounidenses tendrían que solicitar visas antes de viajar a Venezuela.

Las contradicciones internas de Obama

Se especula que la “línea dura” de Obama respondió a sus negociaciones con los republicanos, con quienes viene confrontado por su política hacia Irán y Cuba. Pero esta política le ha comenzado a generar fuertes críticas en el plano interno. Muchos, si bien claman por aislar a Maduro y sacarlo del poder, ven un peligro en la decisión de Obama de considerar a Venezuela “una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Es por eso que Maduro internamente buscó tensionar lo más que pudo. Aprovechó la situación para pedir una Ley Habilitante a la Asamblea Nacional (poderes especiales para emitir decretos sobre determinadas cuestiones sin pasar por el Parlamento) y cerró filas dentro del chavismo en torno suyo, frente al dictamen de Obama.
Luego dio un giro bajando el tono de sus declaraciones y abriendo una posibilidad de diálogo. Maduro tomó nota de la situación, haciendo este cambio en función de la reunión extraordinaria de Unasur el sábado 15/3 en Quito, buscando aglutinar un bloque mayor de apoyo en el subcontinente. Pero también tomó nota de su debilidad interna, de su crisis, tanto económica como política, buscando puentes que le permitan salir a flote.

Crisis económica en Venezuela

Maduro se encuentra agobiado por una fuerte crisis económica agudizada por el desplome de los precios petroleros, con una altísima inflación y niveles de escasez muy altos, además del endeudamiento interno, que lo ahorcan con fuertes pagos por deuda externa: solo entre abril y mayo Venezuela tiene que pagar 3.129 millones de dólares, y para los últimos meses del año debe pagar más de 5.100 millones de dólares. Además, el país acaba de ser obligado a pagar vía el CIADI a la transnacional norteamericana Owens Illinois cerca de 500 millones de dólares por demanda en litigios de nacionalización.
Esto acontece cuando las magras reservas están hoy en 21 mil millones de dólares. Por eso la noticia de que Venezuela estaría canjeando oro por dólares ha sido presentada como muestra de que el gobierno ha empezado a “raspar la olla”, o a “vender las joyas de la abuela”. El Banco Central de Venezuela estaría negociando el canje de parte de sus reservas internacionales en oro (de unas 1,4 millones de onzas troy) por cerca de 1,500 millones de dólares, en negociaciones que involucran al menos a dos bancos de inversión, el Bank of América y el Credit Suisse. Estos fondos ayudarían al Gobierno de Maduro a enfrentar la necesidad de efectivo para cumplir sus compromisos internaciones. Hay que tener en cuenta que Venezuela tiene cerca de dos tercios de sus reservas internacionales en oro monetario.
Mientras tanto, el Departamento del Tesoro de EE.UU. difundió dos importantes documentos a través de su Red Contra los Delitos Financieros (FinCen, por sus siglas en inglés), buscando relacionar a entidades gubernamentales y económicas de Venezuela y a altos funcionarios políticos en casos de acciones delictivas, corrupción y lavado de dinero.
Esto podría estar obligando al gobierno de Maduro a un giro más dialoguista, buscando un respiro económico y político, mientras se aproximan las elecciones parlamentarias que todos esperan que se realicen en septiembre de este año, justo en momentos en que su popularidad ha caído muchísimo.

Contra la injerencia imperialista, por una salida independiente de los trabajadores

Rechazamos la escalada injerencista del imperialismo yanqui, con sus sanciones incluidas, que se mueve cínicamente hablando de derechos humanos cuando es el país más violador de cualquier derecho elemental, incluso fronteras adentro. Recientemente también hemos visto a la Unión Europea agregando más presión imperialista sobre Venezuela, buscando ponerse a tono con la ofensiva del imperialismo estadounidense contra el país.
Hemos sostenido que este rechazo a la injerencia estadounidense no implica avalar al gobierno de Maduro, que lejos de tomar medidas que ataquen los intereses del imperialismo y sus socios venezolanos, frente a la crisis económica que atraviesa Venezuela ha tomado medidas que afectan a los trabajadores y el pueblo pobre mediante medidas de ajuste. Y esto lo vemos hoy, una vez más, en el giro de su discurso, buscando el diálogo con el imperialismo estadounidense, de donde nada bueno saldrá para el pueblo venezolano.

El ajuste de cuentas con las violaciones de los derechos democráticos, con los corruptos funcionarios del gobierno nacional y sus actos de represión -que caen siempre con más saña sobre la clase trabajadora-, lo tendrá que hacer el pueblo trabajador venezolano, no los gobiernos de la burguesía imperialista norteamericana ni europea. Ajuste de cuentas que también el pueblo trabajador hará con los golpistas proimperialistas de la oposición, que fueron perdonados por el propio Chávez en 2007, así como con los empresarios que han robado millones de dólares, y chantajeado y jugado con el hambre del pueblo. Es por eso que la clase trabajadora venezolana, en alianza con los pobres de la ciudad y el campo, rechazando toda injerencia imperialista, debe pelear por una salida independiente frente a la actual crisis imperante, independiente del gobierno y de la oposición derechista que en forma demagógica busca capitalizar la crisis del chavismo.









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