STUNAM

No a la reelección de Agustín Rodríguez

01 May 2008   |   comentários

Al cierre de esta edición, se ha confirmado el triunfo de Agustín Rodríguez en las elecciones del STUNAM, reeligiendose para cumplir 17 años en la secretaria general, usando para ello los cuantiosos recursos con que cuenta desde la dirección del sindicato.

Esta reelección está al servicio de profundizar su política pro-patronal, que ha desmovilizado a nuestra organización y permitido la pérdida de conquistas. Como muestra su relación con el poder y su compromiso con el PAN, expresada en la inclusión de cuatro panistas en su planilla (Lourdes Zea, Bruno Luna, Gustavo Rodríguez y Agustín Lazcano). ¿Qué le espera al STUNAM con los representantes de Calderón en el comité ejecutivo? Evidentemente, es la avanzada pro-patronal para impulsar el proyecto de corporativismo azul en el movimiento obrero. Esto explica la política desmovilizadora de AR ante la nueva ley del ISSSTE, reduciendo su «defensa» a la interposición de los amparos ante la SCJN (la misma que resolverá sobre la iniciativa de reforma petrolera). La base trabajadora debe luchar contra esta dirección burocrática, para que el STUNAM recupere su carácter combativo, defendiendo con la movilización sus derechos. Ya el paro del 2 de mayo del 2007 contra la ley de ISSSTE, que fue impuesto por la base trabajadora, mostró un divorcio de intereses entre la dirección sindical y sus «representados».
Pero el descontento que existe en gran parte de la base trabajadora, hacía necesaria una unidad combativa para enfrentar a Agustín Rodríguez. Pero las corrientes opositoras a la «corriente roja», no pudieron conformar una planilla electa democráticamente en consulta a los trabajadores.

Por un lado, los secretarios del CE opositores a Agustín Rodríguez que en diciembre pasado habían acordado consultar a la base para que ella decidiera la formación de la planilla alternativa, violaron ese acuerdo público. En lugar de «¡que la base decida!», prefirió los acuerdos entre los dirigentes de las corrientes, para definir entre ellos los puestos en la planilla «Oposición Unida» (quedó en segundo lugar en la elección); evitando un método democrático y representativo de elección desde la base. Fue claro que temieron que la base trabajadora, en esa votación abierta, les reprochara la institucionalidad de varios de ellos y su apuesta a la desmovilización y a la utilización de los cargos para conseguir puestos en el Congreso de la Unión (como el diputado Adrián Pedrozo de «Oposición Unida»). Esta «oposición» no se opone realmente al ataque contra las conquistas sindicales mermadas por la Rectoría y el gobierno.

Por una política antiburocrática e independiente

En estas elecciones, las planillas que aglutinan a los activistas combativos (la «2 de mayo» y «Resistencia») obtuvieron un 10% en total, expresando un importante sector a la izquierda de los falsos opositores.

La «2 de mayo» integrada por una nueva camada de activistas democráticos de varias dependencias, surge con la ruptura de Pablo Gómez con los secretarios de la oposición, al negarse éstos a consultar a la base. Levantó una plataforma progresiva que, junto a las demandas antiburocráticas contra el charrismo, como no a la reelección del secretario general, alto a la figura antidemocrática de los delegados plenipotenciarios, jerarquizar las decisiones de las asambleas de base, fiscalización por la base trabajadora de las cuotas sindicales, cambio generacional en la dirección, etc.; planteó la independencia del sindicato respecto del régimen y sus partidos. Esta definición -que los compañeros de la planilla deben fortalecer con una práctica política cotidiana-, es más que necesaria en un sindicato donde, la mayoría de los dirigentes pertenecen al PRD, y existen ilusiones, entre la base, de que tras una dirección –burguesa- como el PRD se pueden resolver sus demandas (incluso Pablo Gómez, a pesar de esta definición de la planilla, está afiliado a dicho partido). Hay que profundizar esto, exigiendo la renuncia al CE de todo miembro que acepte un puesto en el Congreso de la Unión; la revocabilidad inmediata del mandato de todo delegado o dirigente cuando viole acuerdos o cuando la base lo decida; la rotatividad de los delegados, entre otras medidas.

No se puede democratizar un sindicato y organizarse para la defensa de los intereses de clase, sin defender la independencia política y organizativa del sindicato respecto de los partidos del régimen. La contradicción entre las justas aspiraciones de los activistas combativos de la planilla anticharra «2 de mayo», y las ilusiones de varios compañeros que la integran (en particular los vinculados al PRD), requiere ser superada para avanzar contra la política institucional de la «corriente roja». De lo contrario, la plataforma progresista que levantó se quedará en un pronunciamiento coyuntural.

Lamentablemente, otros compañeros combativos que desde hace años luchan abiertamente contra el charrismo (como los que integran la Resistencia) no aceptaron la propuesta de impulsar un frente único contra el charrismo bajo la consigna ¡no a la reelección de Agustín Rodríguez!. Tampoco hubo acuerdo con Resistencia, fue en su llamado a apoyar a la CND que dirige AMLO. Nosotros reiteramos que, la lucha por la independencia de clase pasa por la delimitación las direcciones burguesas (que incluso pueden llegar a movilizarse contra el gobierno y hacer acciones progresivas) y por levantar una política clasista, apuntando a la construcción de direcciones de la clase trabajadora, para formar un proyecto sindical independiente y recuperar la combatividad que una vez tuvo el STUNAM.

Es necesario que, después de esta coyuntura, la izquierda anti-charra saque las conclusiones necesarias para ofrecerá los nuevos sectores de trabajadores, construyendo un proyecto sindical alternativo, de clase, y realmente independiente del régimen, para reorganizar las fuerzas contra el charrismo.









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