Nueva represión en Michoacán contra los normalistas

29 Jul 2015   |   comentários

Nueva represión en Michoacán contra los normalistas
Martín Méndez
El pasado 20 de julio distintos medios publicaron la nota sobre “enfrentamientos” entre normalistas del estado de Michoacán que bloquearon la salida a Salamanca y fueron “replegados” por la policía estatal con gases lacrimógenos, mientras que los jóvenes “respondieron” el ataque con palos y piedras.
El eufemismo de los términos esconde sin duda el accionar de un gobierno que reprime a estudiantes disidentes, como es el caso de los 43 de Ayotzinapa. Los normalistas michoacanos se han movilizado por el pago de las becas otorgadas a quienes prestan su servicio social en las escuelas de nivel básico en el estado. En la represión de la gobierno contra los jóvenes se reportaron 9 lesionados y una decena de detenidos.
El abandono de las escuelas normales
Las escuelas formadoras de docentes han sufrido duros embates por parte del Estado, un ejemplo de ello es la matrícula, la cual se ha reducida en los últimos 30 años en más de 100 mil lugares a nivel nacional.
Se hizo evidente desde el año pasado en distintos reportajes el abandono en que el Estado tiene a las normales rurales: en las últimas décadas, ha ido desapareciendo a más de la mitad de estas escuelas, de las cuales solo quedan 17 en el país.
En la actualidad, los normalistas de último año a nivel nacional, quienes prestaron sus servicios en las escuelas de educación básica, no han recibido el pago de la beca que se oferta para apoyar su práctica profesional, pues los traslados a las escuelas y el material didáctico requieren el uso de recursos que muchos estudiantes no poseen.
Además del pago de becas existen distintas carencias en las escuelas normales. Entre ellos la falta de materiales de apoyo para realizar la práctica docente, el pago de becas “de manutención” las cuales son insuficientes, el enorme abandono en las bibliotecas de las normales, etc. Mientras los altos funcionarios y parlamentarios reciben jugosos sueldos y prestaciones, las normales públicas y la educación se caen a pedazos.
Las normales públicas siempre han estado vinculadas al magisterio nacional. Los golpes que ha recibido este sector, son los mismos que reciben las escuelas que los forman. Por eso la unidad de los estudiantes normalistas con los maestros que enfrentan la reforma educativa es una necesidad vital.
Evaluación formativa vs evaluación punitiva
Durante el último año en la escuela normal, los estudiantes realizan una práctica intensiva de servicio social, el cual consiste en elaborar un ensayo de análisis sobre la práctica profesional.
Este proceso es seguido por tres docentes quienes al final del ciclo escolar aplican un examen profesional producto de distintas jornadas de evaluación, donde el joven profesor muestra sus capacidades como docente.
Esta evaluación constante durante el último año de la carrera se ve menoscabada por otro examen estandarizado, aplicado y diseñado por el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, A. C. (Ceneval), organismo privado que determinará si ese sustentante que fue aprobado desde su examen profesional “merece” tener un trabajo como maestro.
Por eso, en los últimos años los normalistas se han movilizado en estados como Michoacán, Chiapas, Guerrero y Oaxaca para poder acceder a una plaza automática y basificable (derecho liquidado por la reforma educativa), obteniendo muchas veces en respuesta la represión del Estado.









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