Ruptura de relaciones con el gobierno del asesino Uribe!

01 May 2008   |   comentários

Los estudiantes mexicanos asesinados en Ecuador por el ejército colombiano y la sobreviviente al bombardeo contra las FARC, Lucía Morett, han sido acusados de terrorismo por el presidente Uribe y respaldados por el embajador colombiano en México.
Ante la comunidad universitaria se ha posicionado el rector José Narro, . Sobre todo ante la complacencia e indolencia del presidente Felipe Calderón, que legitimó con su silencio las acusaciones del carnicero Uribe.

Es notable que, a diferencia de ex–rector De la Fuente, que se hizo de una imagen de «defensor» de la autonomía universitaria mientras incrementó la entrada de la policía al campus universitario, las actuales autoridades de la UNAM, al polemizar con las declaraciones injerencistas y descalificatorias sobre «la máxima casa de estudios» del presidente y el embajador de Colombia, aparecen como los que «dan la cara» por toda la universidad. Por lo que varios intelectuales han respaldado la defensa «nacionalista» del rector.

Sin embargo, con todo y que es correcto que las autoridades universitarias rechacen las acusaciones contra los estudiantes universitarios y se solidaricen con sus familiares, este posicionamiento no debe confundir a nadie sobre el rol del Rector en la preparación del terreno para imponer la reforma universitaria (ver artículo sobre la UNAM) ni atemperar la movilización contra este objetivo que, desde Barnés, el gobierno pretende hacer pasar.

No hay que esperar a que un lacayo de los EE.UU asesine, viole las garantías individuales de los estudiantes o los difame en el extranjero, para reivindicar la autonomía universitaria o la defensa de los derechos y las garantías individuales de la comunidad estudiantil. En la UNAM, siguen vigentes los procesos y las expulsiones contra decenas de estudiantes que enfrentaron los intentos de privatizar la educación universitaria, o las imposiciones de autoridades en varias escuelas o facultades, así como el carácter inquisitorio del Tribunal Universitario. Acabar con estas medidas contra los estudiantes comprometidos con las mejores causas, es un paso para desagraviar esta violación de sus garantías. Otro es exigirle al gobierno mexicano la ruptura de relaciones con el gobierno de Colombia. Esta es la vía para responder categóricamente a la agresión a los compañeros caídos, a la compañera Lucía Morett y a los justos reclamos de sus familiares.

El movimiento estudiantil debe encabezar la movilización por la defensa de sus compañeros caídos y satanizados por Uribe con la complicidad de Calderón, y pedir a los sindicatos que se reclaman democráticos y opositores (como el STUNAM, el SME y la CNTE), que apoyen sus demandas.









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