Entrevista a Silvia, estudiante de Filosofía e integrante de la COMECOM

Solidaridad, lucha y organizacion, las claves

26 Nov 2011   |   comentários

EO: Después del Encuentro y de las discusiones del mismo: ¿cuáles son las perspectivas y desafíos para la Coordinadora Nacional contra la militarización?

Silvia: A lo largo del Encuentro, y en particular en la discusión del domingo sobre la creación del referente, se reiteró y se hizo énfasis en avanzar en la unidad de acción. Hubo algunos que, incluso, privilegiaban la conformación de una agenda común a la unidad de diagnóstico. A mi parecer, este fenómeno pone sobre la mesa los desafíos para la coordinadora, las tareas que nos permitirán pasar del papel y el consenso a la práctica. Unidad de acción, pudiera leerse un primer momento como réplica de acciones, difusión de las agendas propias, fortalecer la capacidad de respuesta ante la represión y criminalización de la lucha –como ahora que detuvieron a nuestros compañeros indignados en Juárez–; pero también podría leerse como la formulación de una agenda común, no únicamente a decir de las grandes acciones, movilizaciones, mitines, foros, o el próximo encuentro, sino también del trabajo de base, las acciones del día a día, los métodos de organización, cohesión y seguridad, y sobre todo, el trabajo de concientización y agitación.

En el Encuentro se habló de una campaña unitaria de sensibilización. Los consensos generales del diagnóstico nos permiten ya avanzar no sólo en la tarea de difundir nuestras acciones, sino de difundir nuestra postura, los frutos de la discusión, sobre todo para lograr que las diferentes comunidades puedan ser sensibles a nuestras acciones, ir a la acción mucho más acompañados.

También está el desafío de ser consecuentes y poner en práctica el balance, no sólo en términos de mantener la independencia de los partidos y una postura clara con respecto a la izquierda institucional, sino en términos de cómo avanzar en las demandas de manera más estratégica es una tarea de suma importancia: cómo lograr la derogación de la Ley de Seguridad Nacional, por ejemplo, por dónde empezar, cómo trazar rutas de acción, pensar qué tipos de acciones y alianzas nos permitirán estar cada vez más cerca de nuestros objetivos, y hacer una retroalimentación honesta para lograr reconocer asimismo cuando nuestras decisiones en vez de acercarnos, nos alejen de ellos.

Otro gran reto es seguir discutiendo los disensos que surgieron del encuentro. La conservación de la autonomía de cada organización y referente que conforma la Coordinadora no tendría por qué estar en conflicto con avanzar en un diagnóstico común y por lo tanto, seguir discutiendo, prepararnos en este sentido para el próximo encuentro. Me parece que asumir esta discusión como un trabajo conjunto también puede traducirse en acciones.

En el encuentro se habló de foros, círculos de estudio, boletines: entablar diálogos a distintos niveles con nuestras comunidades podría darnos más claridad, no sólo sobre el diagnóstico de la situación, sino sobre las perspectivas de la lucha, particularmente para poder diferenciar entre las necesidades y posibilidades de articulación en cada región, en cada ciudad y en cada sector.
Habría que perderle el miedo a las diferencias, no sólo entre nosotros sino con todos aquellos cuyo descontento por la guerra los ha llevado a reflexionar y obtener conclusiones, que seguramente son muy valiosas para nuestra lucha.

EO: En el contexto de la rica experiencia de la COMECOM: ¿qué tareas tenemos por delante en la coordinadora regional del D.F.?

Silvia: La primera sería reflexionar sobre cómo podemos articularnos en un espacio más amplio y, a la vez, conservar la experiencia de la COMECOM para compartirla y empatar así el nivel de reflexión y capacidad de respuesta de todos los que conformemos la coordinadora regional. Hay tareas que hemos trazado en la COMECOM y no hemos podido llevar a cabo por la celeridad de los acontecimientos, pero también por las fuerzas disponibles. Ahora que somos más, me parece que avanzar en ellos sería un buen punto para empezar. El trabajo de las comisiones de enlace, académica y propaganda es el que más necesita refuerzos, finalmente el trabajo es la mejor manera de conocerse políticamente y afianzar lazos. Otra tarea sería la de integrar nuevas propuestas y mecanismos de trabajo, no sólo de los asistentes al encuentro, del movimiento estudiantil y social, sino de todo un sector que está ávido de organizarse y de pronto no encuentra cómo ni con quién organizarse. La capacidad de apertura, comprensión y flexibilidad son sumamente necesarias para hacer de esta coordinadora un espacio más amplio.

Asimismo, la militarización está avanzando en la zona metropolitana y con ella los asesinatos y las desapariciones. El avance de la violencia en otras ciudades y regiones ha dado las pautas para la acción en muchos sentidos. Es probable que acá suceda algo parecido: el asesinato de Carlos da cuenta de cómo se responde y la capacidad de respuesta y articulación en la zona metropolitana, sobre todo en la universidad. Habría que estar con los ojos bien abiertos para detectar las nuevas rabias y espacios de articulación, así como mantener la capacidad de respuesta ante toda ofensiva, ser solidarios con las familias afectadas, llamarlas a la organización, acompañarnos en este sentido y fortalecer los lazos de unidad y de lucha.









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