Represión de los charros sindicales

Trabajadores del IMSS defienden sus derechos laborales y sindicales

11 Aug 2011   |   comentários

Nuevamente, Jaime, Mónica y Rocío, trabajadores del Centro Médico La Raza, fueron sancionados por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), que encabeza el ahora panista Valdemar Gutiérrez Fragoso.

Esta sanción contó con la complicidad del Secretario General de la Sección XXXIII, Juan Víctor Manuel Andión.

Esta represora dirigencia sindical solicitó al Instituto (patrón) aplicar la Clausula 61 del Contrato Colectivo de Trabajo, la cual obliga a una suspensión laboral por ocho días hábiles -en este caso del 3 al 12 de agosto del 2011-, por la imposición de una sanción sindical (concepto 164). Esto muestra el carácter reaccionario de los estatutos del SNTSS. Las razones y el debido proceso estatutario para esta sanción fueron omitidos por los burócratas sindicales.

Los compañeros fueron sancionados por primera vez en el 2006, con la suspensión de sus derechos sindicales de manera indefinida, lo que los dejó desprotegidos frente a un eventual ataque de la patronal en su contra. Esta sanción también fue ejecutada sin el debido proceso indagatorio de la acusación, por lo que -tras cinco años de lucha- se logró que la Junta de Conciliación y Arbitraje la invalidara, obligando a restituirles sus derechos sindicales a los compañeros. Por eso ahora los charros los sancionan nuevamente, mostrando el clima de represión que se vive en el SNTSS.

La violación a los estatutos y la imposición de sanciones, son una práctica cotidiana de la dirigencia sindical actual. Las modalidades van, desde sanciones sindicales de un mes a más de un año, hasta la suspensión de labores, destitución de cargos sindicales y recesión contractual (como en el caso de los médicos Onésimo y Mario Vargas de Veracruz, o de las enfermeras de Quintana Roo, Jalisco, Nuevo León, Guerrero, etc.).
Cabe reiterar que los documentos con las sanciones que se entregan a los afectados, omiten dar explicaciones y motivos, porque en realidad se trata de una política que busca reprimir y restringir la participación democrática de los trabajadores de base.

Estas prácticas autoritarias muestran el abuso de poder del CEN y de Valdemar Gutiérrez, que impuso su anti-estatutaria reelección sindical para garantizarle al director del IMSS, Daniel Karam, a Felipe Calderón y a las grandes industrias farmacéuticas, la entrega de la seguridad social al capital privado. Para ello, manipulan a su antojo los congresos del sindicato y crean “comisiones mixtas” que pactan a espaldas de los agremiados la liquidación de sus derechos y conquistas.

Irónicamente, en mayo del presente año, el gánster Valdemar Gutiérrez suscribió un convenio a favor de la prevención del delito con el Procurador de Justicia del D.F., Miguel Ángel Mancera, mientras que hoy existen más de 3,500 trabajadores sancionados ilegalmente por la misma dirección del SNTSS.

Es necesario que la base trabajadora del IMSS y las corrientes dentro del sindicato que se reclaman democráticas, se pronuncien públicamente contra estas sanciones y las denuncien ante las demás organizaciones sindicales. Ningún trabajador debe ser sancionado por expresar sus opiniones o criticar la política de su dirección sindical. Al mismo tiempo, los sindicatos que se reclaman democráticos deben unir sus fuerzas para rechazar estas medidas represivas y antidemocráticas que pretenden reducir al silencio el descontento de la base trabajadora. Los estatutos sindicales no deben utilizarse como arma contra los agremiados.

¡Basta de represión a los trabajadores de base!

¡Por la democracia obrera y la recuperación de las organizaciones sindicales para la lucha!

¡Abajo la burocracia sindical!

¡Si tocan a uno, nos tocan a todos!









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