STUNAM

Un nuevo ataque sobre los trabajadores universitarios

05 Mar 2011   |   comentários

Entrevistamos a Andrea, profesora de asignatura en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM

¿Cuáles son las implicaciones de las reformas en educación que ha impulsado el gobierno federal?

En las últimas décadas, la llamada ofensiva neoliberal avanzó liquidando las conquistas que aún preservaban los trabajadores de la educación y las masas explotadas y oprimidas. En este terreno, la ofensiva burguesa pegó un salto con la asunción del panismo y el surgimiento del llamado régimen de la alternancia. El “nuevo modelo educativo” se ha implementado parcialmente y la próxima reforma educativa será el corolario de esta ofensiva.
Dicho modelo está basado en el desarrollo de habilidades para satisfacer las necesidades del capital a través del mercado laboral. Bajo los criterios patronales de productividad y competitividad, el objetivo es forjar una mano de obra barata que cumpla con los requerimientos de las inversiones trasnacionales y nativas para garantizar la súper explotación de la fuerza de trabajo. Por ello, la reforma en todos los niveles de educación ha implicado el ataque a los sindicatos y sus contratos colectivos, el intento por liquidar las normales, la imposición de criterios de eficiencia productiva en los planes de estudio, y mecanismos de evaluación docente formulados por organismos privados como el CENEVAL.
El “nuevo modelo educativo” tiene diversas formas de aplicación en el conjunto de la educación pública nacional: para educación básica, a través de la ACE; en educación tecnológica (Politécnico) con el MEI (Modelo Educativo Institucional); la RIEMS en secundarias; y en educación superior por medio de la Reforma Universitaria, que incluye las medidas promovidas desde Barnés, De la Fuente y ahora por Narro.

¿Cómo afecta el ataque a la educación a los profesores de asignatura y a los adjuntos de la UNAM?

Actualmente en la UNAM, laboramos 36 mil maestros de los cuales 26 mil somos profesores de asignatura y carecemos de contrato colectivo de trabajo. Somos el sector más precarizado de académicos en la UNAM y, aunque en teoría la titularidad del contrato la tiene el AAPAUNAM, por el momento no tenemos ningún tipo de representación sindical. Apenas a fines de enero, dicho sindicato blanco firmó con las autoridades un nuevo contrato donde avala la reforma al Estatuto de Personal Académico (EPA) donde se imponen mecanismos privados de evaluación de forma obligatoria bajo los conceptos de productividad y eficiencia, que antes mencioné; se desaparece la figura de adjunto, quedando sin ayuda económica 4,305 compañeros; se elimina el trabajo de medio tiempo, para obstaculizar la basificación de esta masa de profesores; y se asume la figura de “contratos extraordinarios” para legalizar las plazas eventuales, lo que impide generar antigüedad.
La situación ya era grave porque muchos profesores trabajan desde hace 20 años sin contrato y en cualquier momento pueden ser echados a la calle. Ganamos menos de 70 pesos por hora y debemos dar muchas clases a grupos muy numerosos de hasta 60 estudiantes.

¿Cuál ha sido la respuesta del STUNAM frente a esta situación?

El STUNAM carece de la titularidad del contrato y ha avalado los planes de la rectoría contra los profesores y trabajadores administrativos. Por el momento, son sólo 78 delegados quienes conforman la “comisión académica” del sindicato, de los cuales 74 ya se pronunciaron en contra de la reforma al EPA, pero de conjunto, el STUNAM no está impulsando acciones para defendernos.

¿Cómo respondieron los profesores de asignatura a esta situación?

Pues la respuesta aún es muy incipiente, pero ya el año pasado se comenzaron a organizar los compañeros de la facultad de Filosofía en asambleas, buscando incorporar a los trabajadores administrativos y los estudiantes en una asamblea tripartita. En Economía se realizó una asamblea con los tres sectores de la cual salió el acuerdo de luchar contra la Reforma Universitaria en su conjunto, contra la reforma al EPA y contra la antidemocrática votación de la misma por el Congreso universitario, a espaldas de trabajadores, académicos y estudiantes. Además, se impulsa una consulta en los centros de trabajo para informar a más compañeros y comenzar a organizarnos.

¿Qué perspectiva piensas que deben tomar los profesores contra la reforma al EPA?

Es muy importante que impulsemos en nuestro centro de trabajo asambleas o comités de base de profesores y trabajadores para discutir cómo enfrentar la Reforma Universitaria y el ataque de conjunto. Es elemental exigirle a la dirección del STUNAM que pelee por la titularidad del contrato colectivo –cuestión que ha negado– para soldar una fuerte alianza entre profesores y trabajadores administrativos, ya que la política de la rectoría siempre fue tratar de dividirnos. Creo que debemos luchar por la basificación inmediata de los 26 mil profesores de asignatura. Junto a ello, es fundamental exigir la ruptura de la UNAM con los organismos evaluadores como el CENEVAL –cuestión por la que también lucharon los estudiantes en la huelga de 1999–; y buscar la unidad con las reivindicaciones de los trabajadores administrativos.









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