Nacionalización de Sidor

Un primer triunfo para los trabajadores

01 May 2008   |   comentários

El anuncio de la nacionalización de Sidor por parte del Vicepresidente venezolano, Ramón Carrizales, y luego ratificado por Chávez el 11/4, fue un primer triunfo de los trabajadores venezolanos, y en particular de los obreros siderúrgicos que luego de más de 9 paros escalonados, lograron torcerle el brazo a la patronal y al propio gobierno venezolano. Se trata de un claro triunfo, pues no sólo la patronal de Sidor se negaba a dar respuesta a los trabajadores, el propio gobierno de Chávez se aliaba a los dueños de la transnacional, y no dudó ni un segundo en acudir a la represión como fue la salvaje arremetida de la Guardia Nacional el 14/03, con heridos y obreros presos.

Remate, explotación y negocios redondos

Este primer triunfo no es para menos, luego de la privatización de Sidor, en 1997, han muerto 18 trabajadores en la planta producto de accidentes laborales, de los cuales 15 eran trabajadores de las contratistas, sin contar a los muchos que han fallecido por «enfermedad no ocupacional». De los 18.000 trabajadores fijos y 3.000 contratados que operaban en la planta, la transnacional redujo a 4.500 los obreros fijos y elevó a 9.000 los contratados terciarizados. La empresa valuada, antes de ser privatizada en 1997, en US$ 8.000 mill. de dls., se terminó rematando por US$ 1.200 mill. Bajo el contrato de privatización, el Estado venezolano se comprometía a subsidiarle sus gastos en todo lo necesario para hacer andar la empresa, desde la electricidad estatal, agua estatal, combustibles estatales, y materia prima fundamental. Hoy la facturación anual, según declaraciones de la propia empresa asciende a US$ 2.400 mill. Como se ve, Sidor, era todo un negocio redondo para la transnacional Techint.

La lucha de los obreros sidoristas por sus demandas y la nacionalización En todos estos años de privatización, los trabajadores de Sidor, además de la lucha por mejores salarios y convenios colectivos justos, vienen exigiendo la renacionalización de la planta de acero denunciando además las malas condiciones de trabajo en las que siempre se han encontrado y que se agravaron después de la privatización. Los 10 años en que la empresa ha estado privatizada, los trabajadores realizaron más de 360 paros y huelgas generales para protestar contra las condiciones laborales a las que han estado expuestos. Los últimos 9 paros que se dieron solo el 1er. trimestre del año, totalizando cerca de 350 hrs de paralización, y el fuerte empuje que venía desde abajo y amenazaba con la huelga general en la empresa, implicaron un punto de inflexión en una lucha recia por parte de los sidoristas, que venían haciendo frente a todo un consorcio que iba desde la propia transnacional, dirigentes sindicales y el propio gobierno de Chávez.

Se trató de una contundente lucha en la que la propia directiva del sindicato era sobrepasada cuando se tomaban las medidas de fuerza, varias fueron las veces en que los directivos del sindicato no les restaba más que acatar la decisión tomada en su ausencia en las asambleas fabriles. Por eso afirmamos que este primer triunfo adquiere gran importancia, porque fue arrancada en una pulseada directa con la transnacional y el gobierno nacional, y porque implicó una contundente y ácida participación de unos obreros que laboran bajo el infierno diario de la explotación. Por eso las declaraciones de algunos dirigentes sindicales del SUTISS «agradeciendo a Chávez» por la medida, no intentan otra cosa que ocultar lo que es un primer triunfo arrancado por abajo al propio Chávez, y no una medida emanada por «obra y gracia» del Presidente.

Paolo Rocca, en una jugada de último momento, luego del anuncio de la nacionalización, apuntó que la siderúrgica estaría dispuesta a «mejorar las condiciones salariales de unos 2.500 jubilados, a incluir a 600 empleados de contratistas privadas, y a un aumento salarial de 130% a los trabajadores». Un chiste perverso y de mal gusto. El argumento del incremento salarial de 130%, parecería una gran fortuna, pero cuando nos retrotraemos a la base de la oferta y se compara con lo que obtienen los trabajadores siderúrgicos en cualquier lado, esto era una verdadera ofensa. El dueño del grupo Techint apelaba a los oficios de su «amigo Presidente», pues no es necesario hacer mucha memoria para recordar todas las negociaciones entabladas entre Chávez y el matrimonio de los Kirchner en diversos años, como en mayo de 2007, cuando Paolo Rocca, los Kirchner y Chávez, llegaron a buenos acuerdos.

Nacionalización al 100%, sin indemnización y bajo gestión obrera directa

Esta vez el gobierno nacional informó que creó una comisión encargada de determinar un monto para indemnizar a la empresa y dejó abierta la posibilidad de una negociación, que puede ser por la compra de acciones, incluso manteniendo la participación accionaria del grupo Techint. Como vemos, se trata, de nuevo de una «seudonacionalización» donde los ladrones de siempre siguen con sus saqueos, tal como se hace en las empresas mixtas petroleras, y se le propone ahora a la mexicana Cemex.

Chávez, intentando capitalizar el resultado de la lucha de Sidor con el anuncio de la nacionalización, afirmó en su discurso oficial el 13/4 que «la clase obrera asuma protagonismo en la revolución bolivariana». Así, el gobierno con esta medida, intenta, reflotar el prestigio entre los trabajadores. Pero aprovechando la ocasión para ir más allá, en su política de dividir y debilitar a la UNT, al no poder convertirla en un instrumento por completo manejable, anunció a través del saliente ministro del Trabajo, la creación de una nueva central sindical que se convertiría en un instrumento hecho a su medida.

Al mismo tiempo afirma que «siempre tendemos puentes a la burguesía nacional» y que «el presidente de Empresas Polar está dispuesto a trabajar con el gobierno...La Cámara de la Construcción envia cartas que manifiestan su disposición a trabajar en conjunto con el sector oficial...» (Venezolana de Televisión, 6/4), etc., en una clara reafirmación de su «socialismo con empresarios».

La lucha planteada hoy es renacionalización al 100% de Sidor, sin indemnización alguna y bajo gestión obrera directa. Una conquista de esta magnitud sería muy importante, no sólo para las trabajadoras y los trabajadores venezolanos, también para las obreras y los obreros de todo el continente, pues comenzaría a revertir las duras derrotas de los ’90.









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