La lucha estudiantil en Quebec

200 mil en las calles dicen NO al aumento de las cuotas escolares

01 Apr 2012   |   comentários

El 22 de marzo, la ciudad de Montreal en Quebec fue inundada por una inmensa marea roja que mostró su rechazo a la política del gobierno liberal provincial. Esta marcha ya ha pasado a la historia como una de las más grandes en la provincia, sólo comparable a aquella del 2003 contra la guerra.

Esta marcha coincide con el punto más alto de la lucha estudiantil con 300 mil huelguistas de cara al segundo mes de paro.
Serían 325 dólares cada año, durante los próximos cinco años hasta llegar a los 1625 totales: tal es la propuesta que ya ha sido aprobada y que entrara en vigor a partir de septiembre de este 2012.

Esto significa un aumento de 75% respecto a los costos de matrícula actuales. El discurso de los ministros liberales repite ad nauseam que se trata de un aumento justo que pretende que sean ahora los estudiantes los que cumplan con la parte que les corresponde.

En el esquema liberal, el dinero que será recaudado serviría para aumentar la calidad de las universidades al mismo tiempo que se aumentaría el apoyo financiero a los estudiantes de bajos recursos. Y a la vez, se liberaría del peso de la educación al grueso de los contribuyentes fiscales, es decir, a la clase media y los trabajadores. Pero esto no puede ser más falso.

En realidad, después de los ataques a la educación pública durante la última década, las cuotas han subido considerablemente hasta hacerlas más bien caras. La muestra es que los estudiantes que reciben la ayuda financiera gubernamental viven en una inmensa mayoría por debajo de los índices de pobreza.

Los estudios a tiempo completo bajo el esquema de préstamo-beca son en realidad una ficción, pues cada vez más se debe recurrir a los trabajos a tiempo parcial para completar los magros ingresos. Al final queda además una deuda que va en promedio de los 15 a los 30 mil dólares, más pago de intereses.

De ser aplicada, se calcula que el alza impediría el acceso a los niveles pre universitario y universitario a 7 de cada 10 estudiantes. Si esto se suma al altísimo índice de abandono escolar a nivel de primaria y secundaría y al hecho de que existen más de un millón de analfabetas en Quebec, podríamos hablar de una de las peores crisis de la educación en esta provincia. Y es que el plan del partido liberal es precisamente de acabar con las conquistas educativas y avanzar hacia la privatización total.

En general es lo que ha venido aplicando en otros rubros, como el aumento del impuesto en salud que pasa de 100 a 200 dólares, y los aumentos a las tarifas de los servicios públicos (entre otros el de electricidad que subirá hasta 200 dólares también).

Pero estos planes tienen hoy como enemigo principal al movimiento estudiantil. Es este movimiento el que se ha venido oponiendo audazmente a las políticas del Primer ministro liberal Charest y que ha recibido un muy importante apoyo popular como se pudo ver en la marcha monstruo del 22 pasado.

El pueblo trabajador, contrario a lo que afirma el gobierno, sufre una alta imposición fiscal que llega hasta el 35% del salario, mientras las grandes empresas están no solamente exentas del pago de impuestos sino que reciben subvenciones multimillonarias. Obviamente la aspiración del sector que es sostén de la educación pública, aspira a que esta se mantenga accesible para sus hijos.

Sin embargo el gobierno liberal, que pasa ya por su segunda reelección, se muestra envalentonado y ataca una de las conquistas más importantes, junto a la salud universal, a nivel provincial. Es por eso que este gobierno sufre una de las mayores crisis de desaprobación después de que su bancada perdiera dos tercios de sus curules en las elecciones federales. Las elecciones programadas para el otoño próximo podrían consignar la estrepitosa caída de los liberales en el gobierno de Quebec.

Unidad para luchar y vencer a Charest

Lo que se recaudaría con el alza a los costos de inscripción sería una cantidad irrisoria que no serviría ni como paliativo para resolver el endeudamiento de las universidades causadas por los malos manejos de la burocracia elegida desde el gobierno.

El problema de fondo es el sub financiamiento de la educación que llega a su punto más alto con la presentación el jueves pasado del presupuesto anual provincial. Pero en realidad el gobierno podría garantizar la gratuidad plena de los servicios educativos a todos los niveles sin que esto represente un peso mayor en los impuestos de los trabajadores. Tan sólo dejando de subvencionar a los grandes empresarios (una sola disminución del 20% a las subvenciones arrojaría 1203 millones de dólares) y cobrándoles impuestos (sin contar a las empresas agrícolas, se conseguirían a su vez 818 millones) [1], se podría acabar fácilmente con la crisis en la educación y los servicios de salud.

Asimismo se podría acabar con el sistema actual de préstamos-becas que crea un fardo de endeudamiento y beneficia a los bancos que se llevan una parte importante del presupuesto educativo en el pago que el gobierno les da por los intereses.

Obvio que el gobierno va por la senda contraria en beneficio de los empresarios. Incluso permite sin parpadear los lock-outs patronales que se suceden cada vez más seguido, y cuyo caso más grave actualmente es el de Rio Tinto-Alcan, la empresa de aluminio que más ganancias tiene en el mundo y que cierra para buscar abaratar su producción mudándose de Quebec.

Pero el movimiento estudiantil puede ser hoy el que logre unificar a todos aquellos que padecen, luchan y resisten las políticas gubernamentales. La unidad que se mostró con el apoyo de organismos populares (como los que luchar por la vivienda popular) y distintos sindicatos de trabajadores a la marcha del 22 de marzo, puede hacerse concreta en un encuentro de organizaciones para decidir un plan de conjunto de lucha.

Este es uno de los grandes desafíos del movimiento estudiantil que se levantó contra el alza al pago de la escolaridad pero que ha puesto en discusión los grandes problemas populares así como la necesidad de un cambio social que permita conservar lo ganado al mismo tiempo que conseguir justicia para el pueblo trabajador.

La Huelga fue encabezada desde sus inicios por la ASSÉ (Asociación por una solidaridad sindical estudiantil, por sus siglas en francés) y la coalición amplia formada a su alrededor, la CLASSÉ que agrupa actualmente a 90 mil estudiantes. Esta asociación sindical fue formada como un desprendimiento de la FEULQ (la Federación estudiantil de Quebec conocida por su filiación al Partido quebequense) durante las movilizaciones del 2001 y se mantiene independiente de los partidos patronales. Sus principios son la acción directa, el feminismo y la democracia directa.
Su próximo congreso se llevará a cabo el próximo fin de semana en la ciudad de Alma, para poder converger con la manifestación internacional de solidaridad con los trabajadores que padecen el lock-out patronal de la empresa Río Tinto-Alcan. Esto puede ser el inicio de un frente único de lucha para vencer al gobierno liberal y su régimen. Viva la unidad obrero-estudiantil! Abajo el lock-out en Río Tinto-Alcan

[1El gobierno de Quebec da el doble de subvenciones a la patronal de lo que dan las provincias de Ontario y Alberta juntas. En 2007 se llegó a dar 6 mil millones de dólares para este sector, es decir, 1600 dólares por contribuyente. (Cifras tomadas del periódico Solidarité, Edición especial)









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