A FRENAR EL ATAQUE AL MOVIMIENTO OBRERO

02 Jun 2009   |   comentários

La crisis económica se profundiza. El gobierno no puede ocultar los miles de despedidos que se suman a los de los primeros meses de estancamiento económico (en el primer cuatrimestre del 2009 se cancelaron 198 mil 509 empleos formales). Ni los miles de trabajadores en “paro técnico” y los salarios de miseria impuestos por las autoridades y los patrones para que la crisis la paguen los trabajadores. Todo esto, con la complicidad de los traidores dirigentes del Congreso del Trabajo-CTM.
Pero la crisis, al no tocar fondo todavía -contra lo que opina el gabinete económico-, augura más y mayores calamidades para la clase trabajadora. La caída de la economía en el último trimestre de 2008 fue de -1.6% y en el primero de 2009 fue de 7%, y en la mayoría de las ramas de la economía se está despidiendo. Y es que los EEUU., de cuya economía depende la mexicana, atraviesa lo que muchos especialistas de ese país creen que será la peor recesión desde la II Guerra Mundial. Por lo que debemos estar muy conscientes de los escenarios a los que nos enfrentamos ante la crisis económica.

Este primero de mayo, el gobierno se libró de recibir una gran muestra del descontento obrero y popular en rechazo a su política laboral y sindical; contra el bajísimo nivel de vida, el ataque a los contratos colectivos de trabajo, el desempleo, la sobre explotación de los trabajadores y la intromisión del gobierno en los sindicatos.
Sin embargo, dada la contingencia epidemiológica, los trabajadores no pudieron movilizarse, pues las direcciones de los sindicatos que se reclaman independientes cancelaron su convocatoria ante los riesgos del virus tipo A-H1N1.Pero al hacerlo, se pusieron también un gran cubre bocas que les impidió levantar las demandas más sentidas de los que representan. Sólo hicieron una tibia declaración en el Ángel de la Independencia (y la amenaza de tomar el Zócalo el 1 de junio) y, desde ese día, no han propuesto ninguna respuesta contundente al gobierno, ni mucho menos un plan de acción para discutirlo en las asambleas de las organizaciones sindicales, sociales y políticas. Ni siquiera demandaron, en la lógica de riesgo epidémico por el que cancelaron la marcha el 1 de mayo, que los trabajadores no fueran expuestos al contagio por seguir laborando. ¡Basta de inacción y declaraciones en el papel! ¡Pasemos de las palabras a los hechos!

Sin dejar de reconocer la importancia de la crisis de influenza humana, y las limitaciones objetivas que ésta impone a la organización obrero y popular, creemos que el gobierno aprovechó la situación para profundizar su política anti-obrera (mientras lanza medidas de apoyo a los empresarios), sin encontrar ninguna oposición de los sindicatos llamados independientes. Y es que, la mira de estos dirigentes está puesta en las curules que pueden ganar en el Congreso, como lo mostró la candidatura bajo el registro de PRD, de dos dirigentes de la UNT, Agustín Rodríguez y Francisco H, Juárez. Por su parte, Valdemar Gutiérrez del Seguro Social, que viene entregando todas las conquistas a la patronal, va por una diputación plurinominal bajo el patronal partido del gobierno, el PAN. Pero ni siquiera van a proponer leyes en beneficio de los trabajadores. Recientemente, Hernández Juárez acordó con Carlos Slim, aumentar la edad de retiro a 60 años para nuevos trabajadores telefonistas, o cuando éstos hayan laborado durante 35 años de servicio. Queda claro que los intereses de las direcciones no son los de sus representados.

Una respuesta al tamaño de la crisis

Los sindicatos deben cambiar su posición y votar una política combativa, para recobrar los derechos arrebatados a los trabajadores. Para frenar los despidos y los bajos salarios, hay que impulsar el Paro Nacional. Para organizar mejor esta medida de lucha, hay que organizar un Encuentro Nacional de organizaciones obreras, campesinas y populares, basado en delegados elegidos democráticamente, y levantar un pliego que demande la expropiación de toda empresa que cierre, despida o esté en paro técnico, siendo puesta a funcionar por esos trabajadores; salario de emergencia acorde a la inflación y escala móvil de salarios; basificación a los eventuales y trabajadores por honorarios; respeto a los contratos colectivos; no a la toma de nota y la arbitraje forzoso; fuera el gobierno de las organizaciones obreras. Junto a esto, luchemos por la defensa de la salud y de la educación, y de las conquistas del magisterio y los trabajadores de la salud.

Ya que, los sindicatos se convierten en una poderosa herramienta contra la clase dominante, o se volverán un instrumento del capital contra los trabajadores. Para ello es necesario que los trabajadores reviertan la política de las direcciones que, en plena crisis capitalista, refuerzan su integración al régimen y sus instituciones anti-obreras y antidemocráticas, y recuperen sus organizaciones basados en la más amplia democracia obrera.









  • No hay comentarios para este artículo