Alto a los ataques contra la educación pública y los trabajadores de la educación
28 Jan 2011
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En los últimos meses ha cobrado fuerza una campaña reaccionaria en los medios de comunicación contra los trabajadores de la educación, que los culpa por la crisis que atraviesa la educación pública en el país para legitimar el ataque a sus derechos laborales y justificar el avance de la privatización en el sector.
Esta campaña es promovida por organizaciones empresariales como Mexicanos Primero , que recientemente presentó su informe Brechas: estado de la educación en México, donde -según el articulista de La Jornada, Luis Hernández Navarro-, “se presenta a los maestros mexicanos como trabajadores irresponsables y privilegiados.”
A la par, la OCDE emitió una serie de “recomendaciones” que pretenden ser “una agenda práctica de la política con el fin de que las escuelas, directores y docentes reciban un mayor apoyo para realizar sus tareas en México.” Es decir, este organismo imperialista busca fijar los lineamientos de la política educativa en México.
Agitando hipócritamente la bandera de la “calidad”, estas propuestas implican mayores restricciones para el acceso a las escuelas normales, así como en la contratación de maestros, mediante exámenes de ingreso (diseñados por un organismo privado, el CENEVAL) y el examen de oposición para la asignación de plazas, que ha dejado sin trabajo a miles de egresados normalistas.
Buscan también incentivar la competencia entre maestros, basando su promoción y estímulos en pruebas estandarizadas, como ENLACE y PISA, que no consideran las desigualdades y diferencias entre las escuelas, sino que las profundizan. Por otro lado, siguiendo el modelo de Estados Unidos, promueven el “autofinanciamiento” de los centros escolares, de la mano de una mayor injerencia de la “iniciativa privada” encubierta como “participación social” y pisoteando la gratuidad.
A tono con estos dictados imperialistas, los partidos patronales aprobaron en el Congreso de la Unión la reforma a varios artículos de la Ley General de Educación.
Con el pretexto de combatir a los “aviadores”, esta reforma obliga a que se creen padrones de maestros (a nivel federal y en cada entidad), lo que busca reforzar el control del magisterio por parte del estado, sin afectar los intereses de los charros del SNTE ni acabar con la manipulación política de los trabajadores de la educación. También legaliza el examen de oposición, haciendo a un lado al sindicato en las contrataciones.
Para colmo, Calderón propuso para este año una reducción del presupuesto educativo en más de diez mil millones de pesos, lo que motivó un plantón de la CNTE frente al Congreso de la Unión. Finalmente, dicho presupuesto quedó prácticamente igual al del año pasado, lo que significa la continuidad en el abandono y deterioro de la educación pública.
Esta política busca profundizar el ataque contra los derechos laborales de los trabajadores de la educación, cuya punta de lanza ha sido la reaccionaria Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), pactada en el 2008 entre el gobierno federal y los charros del SNTE, encabezados por Elba Esther Gordillo. Como parte de la ofensiva generalizada contra todos los trabajadores del país, se pretende ahora derrotar al magisterio, cuyos sectores combativos han sido protagonistas de la lucha de clases en los últimos años.
La resistencia magisterial
En el 2006, la heroica Comuna de Oaxaca tuvo como columna vertebral a los maestros de la Sección 22. Sólo la brutal represión policiaca y paramilitar, conjugada con la claudicación de los dirigentes magisteriales que decidieron abandonar la lucha, puedo imponer la derrota a esta experiencia histórica.
Sin embargo, la rebelión magisterial se expresó en otros estados, como Morelos en el 2008, incluyendo a sectores que tradicionalmente no se movilizaban. Esta tenaz resistencia, de vanguardia pero cada vez más amplia, tuvo como uno de sus motores el rechazo a los dirigentes traidores del SNTE (aliados con el PAN a nivel federal o con el PRI en algunos estados); y ha sido una “piedra en el zapato” para que avancen los planes neoliberales en la educación pública.
En el caso del Distrito Federal, los sectores combativos de la Sección 9 consiguieron obstaculizar la imposición amañada de los charros elbistas y luchan por el reconocimiento de un Comité Ejecutivo democrático. Por su parte, el activismo de la 10 consiguió frenar el cierre de los turnos vespertinos en varias secundarias. Aunado a ello, las secciones del D.F. y el Estado de México (9, 10, 11 y 36) impulsaron un proceso de unidad que dio pie a una coordinación metropolitana.
Sin embargo, aunque los procesos previos dejaron importantes lecciones de lucha y organización, no pudieron frenar las medidas principales del ataque, como han sido las modificaciones a la Ley del ISSSTE y la puesta en marcha de la ACE. Esto provocó que, tras una sucesión de derrotas y desvíos, el año pasado, en medio de una de las peores ofensivas contra los trabajadores del país (como mostraron los casos del SME y de los mineros de Cananea), la lucha magisterial estuviera limitada a algunas entidades sin lograr alcances nacionales.
Esto responde a la estrategia conciliadora de las corrientes que dirigen la CNTE, quienes año con año movilizan contingentes al Distrito Federal para presionar y obtener por separado algunas concesiones de las instituciones, pero luego vuelven a sus estados sin impulsar seriamente, bajo una perspectiva de independencia de clase, una lucha política nacional en conjunto con otros sectores de trabajadores para enfrentar los planes del gobierno y los patrones. A pesar de la combatividad de los maestros que adhieren a la CNTE, la estrategia de “presionar para negociar” que impulsan sus dirigentes ha sido impotente para frenar el ataque contra los trabajadores de la educación y los planes privatizadores.
Por una educación al servicio de los trabajadores y el pueblo
Recientemente, la dirección de la CNTE anunció que en las secciones donde tiene presencia, como Oaxaca, comenzará a implementar su proyecto de educación alternativo. Todo paso en defensa de la educación pública y en el sentido de ponerla al servicio del pueblo es positivo. Sin embargo, para ello es necesario romper con la lógica de la descentralización, que ha dividido al gremio, e impulsar la movilización de todo el magisterio nacional contra los planes de Calderón y los partidos patronales.
La CNTE puede volver a ser un atractivo referente para los maestros de todo el país que están descontentos con la entrega de sus derechos laborales por la traición de los charros. Para ello, las corrientes que se reivindican democráticas y combativas deben dejar de lado las disputas de aparato y sin principios que suelen primar entre ellas, mantener una postura claramente independiente de todos los partidos del régimen e impulsar la autoorganización del magisterio desde las escuelas, para que sea realmente la base quien decida. Hay que barrer con los charros y recuperar el sindicato para ponerlo al servicio de la lucha contra los planes de Calderón. Hay que impulsar consecuentemente la unidad con el resto de los trabajadores, en defensa de sus derechos y conquistas.
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