Ante la discusión en el movimiento contra la imposición y #Yosoy132
25 Aug 2012 | A partir de la movilización a nivel nacional contra el autoritarismo del PRI y contra la imposición de Enrique Pela Nieto, lo cual pretende convalidar el IFE y el TRIFE, han surgido muchas iniciativas políticas y programáticas por parte de las organizaciones sociales, de la izquierda (además del PRD) que mantiene influencia en un amplio sector democrático y del movimiento 132.
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Está visto que ni el IFE, ni el TEPJF resolverán por invalide la elección, en sus discursos ambas instancias justifican la imposición y dicen que el PRI pagará sus irregularidades con una suma millonaria.
La lucha actual, si realmente pretende lograr la anulación de las elecciones debería, como condición elemental, dar un salto político, primero desconociendo la elección y su resultado. Una resolución política así para que no sea sólo un pronunciamiento, debe estar acompañada de las medidas políticas y organizativas que permitan ligarse a los explotados y oprimidos, para discutir un programa nacional contra el régimen y los capitalistas, así como qué tipo de gobierno queremos los trabajadores, los campesinos, los sectores populares, la juventud, y las mujeres explotadas.
En la LTS creemos que para lograr una salida de fondo para millones de explotados y oprimidos en nuestro país, es necesario luchar por un gobierno obrero, campesino y popular. Un gobierno que lleve adelante la expropiación de los grandes capitalistas, incluidos los dueños de de los monopolios televisivos cómplices de la imposición de EPN; de la banca voraz que triangula dinero de origen oculto para la campaña del PRI; que surge sobre las ruinas de las instituciones de esta “democracia para ricos” como el IFE y el TRIFE que solaparon este cochinero electoral para que el PRI y el PAN sigan actuando contra los trabajadores. Sería un gobierno de los explotados y oprimidos que reorganice a la sociedad en perspectiva socialista, para lo cual hay que tirar este régimen y el conjunto de sus instituciones y romper con el imperialismo.
Sabemos que esta perspectiva revolucionaria aún no es la más sentida dentro del movimiento contra la imposición de EPN y los sectores democráticos del país. Ante ello, es que les proponemos, a quienes realmente quieren movilizarse contra la imposición y la antidemocracia, luchar juntos para imponer la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Libre y Soberana que discuta de forma democrática y sin ninguna restricción y condicionamiento, los problemas más urgentes de la sociedad.
Una Asamblea basada en la elección directa, donde los representantes se elijan tomando al país como una entidad distrital única (por ejemplo con representantes cada 20 mil habitantes) y donde las organizaciones sindicales, populares y de la izquierda puedan presentar sus candidatos, con acceso a los medios de comunicación.
Una Asamblea Constituyente donde se puedan discutir las demandas del movimiento 132, la libertad a los presos políticos, el juicio y castigo a los responsables de los asesinatos bajo el gobierno de Calderón y la guerra contra el narco, la necesidad de autodeterminación de los pueblos originarios, la ruptura de México con el imperialismo, etc. Por ejemplo, frente al rechazo a Televisa y el monopolio de los medios de comunicación, debemos discutir la perspectiva de expropiación de los mismos bajo control de sus trabajadores y el derecho de difusión y participación de los sectores en lucha dentro de los mismos. En esa Asamblea, cualquier trabajador, estudiante y organización tendrían la posibilidad de proponer (más allá de que no es nuestro programa), la realización de nuevas elecciones, democráticas, sin el IFE de por medio y las maniobras del gobierno.
En esta Asamblea Constituyente, mediante un funcionamiento y representación democrática es que se podrá lograr que se expresen las posiciones de los trabajadores, campesinos, estudiantes, las mujeres doblemente oprimidas y la juventud.
Esta propuesta de movilización y lucha choca con el accionar de los partidos burgueses como el PRD o la izquierda política y sindical, que pretenden que el descontento sea contenido por un programa de confianza y reconciliación con el régimen. Su orientación es evitar la confrontación con el mismo: lo que vemos hoy –donde AMLO pretende que todo se subordine a los mecanismos legales- es repetición de lo hecho por el PRD en 1988 ante el fraude a Cuauhtémoc Cárdenas o en la lucha del SME, cuando los trabajadores buscaban luchar por la recuperación de las instalaciones y fueron contenidos por su dirección que en las asambleas infundió temor y desmoralización e impuso la estrategia pacifista que llevó al movimiento electricista a la derrota.
Por el contrario una Asamblea Constituyente como la que planteamos, en la cual las grandes mayorías populares discutan libremente como resolver los problemas del país, no la convocarían las instituciones de este antidemocrático régimen, ya que cuestiona el actual funcionamiento del sistema electoral mexicano y ataca directamente contra el antidemocrático régimen de la alternancia. Será solo mediante la más amplia movilización en las calles, encabezada por los trabajadores junto a la juventud combativa, la organización independiente, y el paro nacional que podrá imponerse.
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