Basta que los trabajadores paguen por las tragedias naturales

15 Mar 2010   |   comentários

Las intensas lluvias que cayeron sobre la Cd. de México y el Estado de México en febrero, fueron catastróficas y afectaron aproximadamente entre 80 mil y 100 mil personas; terminaron con su patrimonio familiar abatiendo más de 4 mil viviendas, además de talleres y pequeños comercios por el desbordamiento del Río de los Remedios y el Canal de la Compañía que inundó las casas con aguas negras que subieron hasta 1.30 mts.

En los momentos de la terrible catástrofe que sufrió la población, se generó una gran crisis que evidenció las condiciones en las que vive la clase trabajadora y el pueblo pobre, así como el deficiente drenaje de la ciudad y zona conurbada, y la incapacidad del gobierno para garantizar una solución inmediata a las demandas de la población damnificada.
Municipios como Tlalnepantla, Atizapán, Cuautitlán Izcalli, Cuautitlán y Tultitlán, enfrentaron severos encharcamientos en diversas vialidades. En Chalco, con el desbordamiento del Río de la ”Compañía”, se destruyeron más de 2 mil casas y en Valle de Chalco más de 2,500.

Mientras, en el límite de Coacalco y Ecatepec, se reportó la desaparición de una familia, arrastrada por la corriente de agua que baja del Cerro de Guadalupe, aunque esto no fue confirmado oficialmente.
En 2008 se denunció que los ríos San Juan, Papalotla, Jalapango y La Magdalena, estaban contaminados, lo que constituye un riesgo sanitario porque, a falta de sistemas de riego, muchos ejidatarios usan esas aguas para sus parcelas. También se denunció que Papalotla, Tepetlaoxtoc, Acolman, Chiautla, Tezoyuca y Ecatepec, entre otros municipios, vierten sus aguas en dichos ríos afectando las cosechas, pues todo el líquido atraviesa Atenco, cuya pendiente traslada el agua residual hasta el ex Lago de Texcoco, donde permanece a cielo abierto.

Se calcula que en Atenco hay 100 hectáreas de cultivos de alfalfa y maíz donde se usan aguas residuales. Saúl Nopaltitla reconoció que las familias asentadas en las inmediaciones de los ríos podrían enfermar, porque el agua descargada lleva todo tipo de desechos, incluso animales muertos.

Los damnificados: entre el acoso electoral y el ejército en las calles

Los diferentes partidos burgueses intentan sacar ventaja de la tragedia para posicionarse ante las elecciones en el Edomex y aprovecharlo rumbo a las elecciones 2011-12 ,y hacen propaganda con las despensas para los damnificados. Sin importarles las necesidades de la gente, brigadistas del PRI condicionaron la ayuda a damnificados de la inundación del río de Los Remedios en la zona norte de Nezahualcóyotl, utilizando los recursos públicos para promover la imagen del este partido patronal autoritario y corrupto. Así también se denunció que brigadistas que propagandizan al PRI en gorras y playeras, discriminan la ayuda y la priorizaron en puntos donde síndicos y regidores del ayuntamiento de Nezahualcóyotl mantienen bastiones priístas.
Por su lado, el gobierno capitalino no da ninguna respuesta efectiva a los damnificados de Chalco, pero reprime y encarcela a quienes se manifiestan en defensa de su patrimonio y demandan una real solución a sus problemas. El 25 de febrero, los vecinos de Chalco, que esperaron más de una hora que llegara algún funcionario que los incorporara en el padrón de ayuda, decidieron hacer una manifestación, y fueron golpeados por la policía, y acusados por los gobiernos estatal y municipal de ser los principales responsables de los hechos violentos, les lanzaron gas lacrimógeno y hoy permanecen en la zona más de 300 elementos de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), para impedir que las protestas se generalicen y los damnificados se organicen de manera independiente.

El Ejército se instaló en las zonas más conflictivas de la capital para tener bajo control la situación y evitar que el descontento popular se desborde, situación que en días recientes llevó a un enfrentamiento con la policía. En el Estado de México la ASE, apoyada por policías municipales, amedrenta y condiciona la entrega de las despensas que regalan los distintos gobiernos.

El responsable es el gobierno

Mientras tanto, los gobiernos Federal, del Estado de México y del Distrito Federal, intentan culpar a la población del desperdicio del agua, para así justificar el desbasto. Pero lo cierto es que las grandes empresas refresqueras o embotelladoras de agua tienen concesiones privadas para la explotación de este recurso de manera ilimitada. Por ejemplo, por cada litro de refresco, se le arrebatan a la población 3 litros de agua, mientras que la población trabajadora se ve obligada a comprar el agua a las empresas que se benefician de la privatización del vital líquido. Esto, en tanto que la que corre por las tuberías está contaminada por las aguas con residuos industriales descargados en los ríos por parte de –por ejemplo- las empresas mineras y papeleras, mientras los oprimidos y explotados carecemos del servicio de agua potable, y sufrimos enfermedades por la contaminación.

En momentos como éste, se muestra que a la clase dominante y los partidos que las representan, no les interesan los problemas y necesidades del pueblo pobre y explotado. Ningún partido burgués y ningún gobierno , se ha ocupado de entubar el paso de las contaminantes aguas negras del Río de los Remedios. Necesitamos es un Plan de obras públicas que dé solución definitiva a esta problemática, y que sea administrado por la población y las organizaciones obreras y populares de la zona, con representantes (de los centros de trabajo y colonias) electos democráticamente, son ellos quienes conocen las carencias que hay en la zona. Además, es una forma de evitar la corrupción que cometen los políticos del PRI, el PAN y el PRD con los planes asistenciales.

Ante el hecho de que la población damnificada, quedó en condiciones de gran pobreza por negligencia del gobierno, exigimos que se indemnice, según las pérdidas de cada persona o familia. Enrique Peña Nieto declaró que los fondos para otorgar las indemnizaciones saldrán en un 55% de los recursos con impuestos pagados por todos los mexicanos y 45% del Fideicomiso 19-28, constituido con fondos de contribuyentes del Distrito Federal y el estado de México. Pero los recursos no deben salir de los bolsillos de la ya empobrecida clase trabajadora, sino de los impuestos a las grandes empresas que operan en el Estado de México y en el Distrito Federal, y que se deje de pagar la deuda externa para invertir en servicios dignos en todos los municipios del Edomex y del DF.
¡Recursos inmediatos e incondicionales para los damnificados!
¡Indemnización a las familias damnificadas, nada de limosnas ni de chantajes proselitistas de los partidos del Congreso!
¡Fuera ejercito, PFP y la ASE de las colonias damnificadas!









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