Alejandra. Agrupación de mujeres Pan y Rosas

Caravana al Sur: nativa o extranjera la misma clase obrera

27 Sep 2011   |   comentários

La participación de los migrantes en la Caravana al Sur fue muy combativa, con más de treinta compañeros centroamericanos, entre salvadoreños, guatemaltecos y hondureños del Movimiento Mesoamericano de Migrantes, desde la salida del Distrito Federal.
Las demandas y consignas al paso por los 9 estados, fueron contra la migra, la policía, las vejaciones a mujeres y por la dignidad de los migrantes. El tránsito por México de los centroamericanos hacia Estados Unidos, está marcado por la persecución y la represión de los cuerpos policiacos y los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), con humillaciones, extorsiones, racismo y xenofobia. Estos ataques son sufridos doblemente por las mujeres migrantes, pues además son vejadas y violadas, tal como la migra de los EE.UU. o los coyotes lo hacen con los migrantes mexicanos en la fronera norte del país. Las decenas de testimonios vertidos desde el templete, el camión o las movilizaciones, dan cuenta de jóvenes asesinados a manos de la migra o los “Zetas”, además de los desaparecidos, los muertos o mutilados al caer de la “Bestia” (el tren), o al huir de la policía.

Para la Caravana, dos momentos muy relevantes fueron la asistencia al albergue Hermanos en el Camino y el mitin en la frontera con Guatemala.
Al llegar al albergue nos recibieron con cantos y consignas, atole y tamales. Las instalaciones precarias, la mayoría en obra negra, se encuentran a un costado de las vías del tren; algunas esculturas de trapo señalan el camino para los migrantes. Todos los días decenas de migrantes llegan, se bañan, se curan y se van desde ese punto. Desde que salen de su país de origen, se juegan la vida minuto a minuto.
En el mitin en la frontera se gritaron consignas como “Abajo, abajo, abajo las fronteras, paso libre hermano, por nuestras tierras”. Ahí, Javier Sicilia ofreció un discurso de perdón a los migrantes, pero no se les permitió hablar. Donde sí se escucharon los testimonios de los migrante fue en Cd. Hidalgo, en la frontera de Chiapas con Guatemala. Tomaron la palabra un par de mujeres migrantes -una de ellas Hondureña, luchadora contra el golpe de Estado, y una más de origen salvadoreño-, que denunciaron secuestros y asesinatos de migrantes a manos de las policías municipales mexicanos.

La Caravana al Sur hizo nos lleva a la conclusión de que, a la par de la lucha contra la militarización y por nuestros derechos laborales y democráticos, debemos luchar contra la criminalización de nuestros hermanos de clase, los migrantes centroamericanos, para que en México su paso sea libre y por que se respeten sus derechos elementales. También es necesario luchar por la disolución del INM, responsable de cientos de vejaciones y asesinatos, así como por el juicio y castigo a los secuestradores, extorsionadores y asesinos de migrantes bajo este gobierno panista.









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