Contrarreforma educativa y resistencia magisterial
17 Jul 2011
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Al momento de escribir estas líneas, el magisterio oaxaqueño agrupado en la Sección 22 del SNTE-CNTE resolvía, en asamblea estatal, aceptar el ofrecimiento de 1,600 millones de pesos para aumentos salariales, prestaciones y estimulos. La decisión se adoptó por el voto de “20 mil 844 mentores a favor de realizar un “repliegue táctico”, y de 13 mil 933 maestros para que continuara el plantón en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca”, finalizando así el paro de labores que, desde hacía una semana, estallaron por sus reivindicaciones políticas y económicas, contra el gobierno federal panista y de exigencia al gobierno del estado encabezado por Gabino Cué (emanado de la alianza entre el PRD y el PAN).
Al paro de la Sección 22, lo antecedieron la movilización de diversos contingentes de la CNTE en el D.F., incluyendo un plantón en el Zócalo y la marcha del 15 de mayo que culminó con el “juicio político” a Elba Esther Gordillo. Esto, mientras que en Michoacán, el 31/5 los maestros se movilizaron exigiendo un aumento salarial por encima de 4,7% ofrecido por las autoridades, e iniciaron un paro que anuncian como indefinido.
Esta lucha tiene como contexto la imposición de una serie de reformas que, como parte de la reaccionaria Alianza por la Calidad de la Educación, buscan liquidar los derechos laborales del magisterio nacional y orientar la educación pública de acuerdo a los dictados de los organismos financieros internacionales.
Zig-zags oportunistas de la dirigencia elbista
El mes de mayo inició con un estridente “deslinde” del gobierno federal por parte del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE. En un comunicado de prensa publicado el 2 de mayo, los charros elbistas criticaron la situación del país, denunciaron la precarización del trabajo, la pretensión de aprobar la reforma laboral y se manifestaron por que se solucionen las demandas del SME.
En declaraciones posteriores, Elba Esther Gordillo cuestionó la ausencia de un verdadero proyecto educativo en los últimos sexenios y criticó el proselitismo del actual Secretario de Educación, Alonso Lujambio, así como el de su antecesora, Josefina Vázquez Mota (ambos precandidatos panistas a la presidencia).
Estas declaraciones llamaron la atención por las relaciones carnales que ha mantenido Gordillo con Calderón desde el fraude del 2006, al servicio del cual puso el aparato del SNTE, que derivaron en la expulsión de “la maestra” del PRI. Ahora, ante el desgaste panista y las expectativas que ha generado la candidatura Peña Nieto, los charros vuelven a alinearse con el tricolor.
Al mismo tiempo, al pronunciarse por una nueva reforma educativa, pero esta vez “de gran calado”, en el marco del Quinto Congreso Nacional Educativo, la dirigencia del SNTE busca delinear los términos del pacto que pretenden establecer con el próximo gobierno. Vale la pena recordar que la nefasta ACE, fue el resultado directo del Congreso Educativo anterior.
Pero que nadie se llame a engaño con la demagogia elbista. Mientras lanzaba sus petardos en contra del gobierno, Gordillo aceptó un miserable aumento salarial de 4.75% como respuesta al “pliego petitorio” del sindicato, que para nada alcanza a revertir el deterioro del poder adquisitivo de los maestros.
Y a los pocos días reiteró su lealtad al presidente, llamándolo a imponer la “evaluación universal” y a modificar la “carrera magisterial”, priorizando para ella los resultados de la prueba ENLACE. Esto significa acabar definitivamente con la ya mermada estabilidad laboral en el sector educativo y profundizar los perversos mecanismos de estímulos basados en la “evaluación” y la “competitividad”, para mantener controlado al magisterio. Todo ello demuestra una vez más que nada bueno podrá venir de los charros, que vienen entregando una a una las conquistas de los maestros.
Por una lucha nacional de todo el magisterio contra los planes del gobierno
A pesar de la enorme campaña de desprestigio en su contra, desplegada en los medios masivos de comunicación, el paro de los maestros oaxaqueños consiguió arrancarles a los gobiernos federal y estatal varias de sus demandas, como el incremento salarial, la regularización por etapas de los trabajadores contratados por honorarios y mayores recursos para mejorar los centros escolares.
Seguirán pendientes las reivindicaciones “políticas”, como el castigo para el asesino ex gobernador priísta, Ulises Ruiz y sus secuaces, así como la exigencia de que aparezca con vida el profesor Carlos René Salazar Román, desaparecido desde hace varias semanas.
El problema está en que más allá de los logros económicos, la dirigencia de la 22 viene sembrando confianza en que por la vía del diálogo y la conciliación con el gobierno de Gabino Cué, se pueden solucionar las demandas de los maestros, lo que alienta la subordinación política del magisterio oaxaqueño a un gobierno que, más allá de su demagogia, reprime y garantiza la impunidad de su antecesor.
Peor aún, la estrategia de “presionar para negociar” que sostiene la dirigencia de la 22 y de la CNTE, impulsando movilizaciones cada año en el D.F. para después regresar a negociar por separado a los estados, ha demostrado ser impotente para frenar la ofensiva contra el magisterio nacional que impulsa el gobierno federal con la complicidad de los charros elbistas.
Es necesario que, aprovechando el impulso de la movilización y el haber logrado muchas de sus reivindicaciones inmediatas, la CNTE convoque a un verdadero plan de lucha nacional, llamando al resto de las organizaciones sociales y sindicales que se reclaman “opositoras” a enfrentar juntos los planes antiobreros del gobierno, sin ninguna confianza en las instituciones del régimen y los partidos “progresistas”… que impulsan alianzas con el PAN.
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