Curas pederastas Vaticano encubridor

28 Apr 2010   |   comentários

Al igual que su antecesor Juan Pablo II, Benedicto XVI es encubridor de los pederastas y hoy en Alemania ya exigen su renuncia. Todo esto se ha agravado luego de que se supo públicamente que en el 2001, mientras estaba al frente del Santo Oficio – organismo eclesiástico heredero directo de la Santa Inquisición–, ordenó que se destruyeran las actas de investigaciones por casos de pederastía.

En México, el pederasta más poderoso –vinculado a fuertes sectores de la burguesía mexicana y presidentes de México– ha sido Marcial Maciel, quien en vida fue protegido del papa polaco, y fue acusado de cientos de violaciones contra niños y adolescentes, desde la década de 1940; incluso sus propios hijos. Maciel, fue fundador de los legionarios de Cristo y un fanático abanderado contra las libertades sexuales. Desde hace más de una década enfrentó numerosas denuncias penales y públicas. Este siniestro sacerdote murió sin haber sido castigado, y hoy los demandantes persiguen el objetivo de que las violaciones no continúen y porque se castiguen a los cientos de curas acusados de pedofilia a lo largo y ancho del mundo. Si Maciel murió, dicen, no así sus encubridores.

En México opera descaradamente la corrupción y la impunidad para los delincuentes, que son los funcionarios, los policías, los militares y los altos rangos de la iglesia. Durante los sexenios panistas, se ha fortalecido el peso político de la Iglesia y, por esa vía, las leyes criminales contra las mujeres y la homofobia.
Maciel fue amigo personal y receptor de “limosna” de Marta Sahagún, de Slim, de la familia Televisa y “confesor de todos los presidentes desde Miguel Alemán. Maciel edificó fuertes instituciones de educación que han dejado grandes ganancias para su “legión”. Muchas generaciones de jóvenes han pasado por ellas, amedrentados y abusados sexualmente por los curas.

Basta de impunidad para los curas violadores y la reaccionaria Iglesia que los protege

Las organizaciones independientes y democráticas, tenemos que levantar la voz por el castigo a los curas pederastas.
Impulsemos una comisión de la verdad independiente, presidida por las víctimas de abuso y sus familias, que vaya hasta el final en la investigación contra los altos jerarcas de la iglesia y lo curas que practican la pederastía. Paralelamente, hay que exigir la indemnización de las víctimas por parte de la altamente acaudalada Iglesia Católica.

En nuestro país, al menos 30% de los 14 mil sacerdotes católicos que hay comete algún tipo de abuso sexual con su feligresía[1]. El caso de Marcial Maciel y los cientos de curas pederastas en México, son un claro ejemplo del rol que ha tenido la Iglesia, con su doble discurso mientras impulsa grandes campañas contra el aborto y las libertades sexuales, encubre a violadores a costa de lo que sea, amedrentando, extorsionado y utilizado sus influencias políticas. Ante estas denuncias impera la complicidad del Gobierno con la Iglesia.

Mientras tanto, el gobierno, junto con el PRI y la iglesia, impulsa leyes antiaborto en todo el país, encarcelando mujeres que por esta razón con penas de hasta 10 años, argumentando la protección a la vida y la infancia, mientras encubre a los violadores dentro de la Iglesia y mantiene impune estos crímenes contra niños abusados, de la cual el panismo ha fortalecido sus vínculos fuertemente.

El destape de los cientos de casos de pederastía en todo el mundo deja ver esta vieja práctica de la Iglesia, el enorme cinismo, la tolerancia y adaptación del clero con esta práctica, como planteó el obispo Tenerife sobre los abusos a menores perpetrados por sus colegas: “Puede haber menores que lo consientan y de hecho sí los hay. Hay adolescentes de 13 años que están perfectamente de acuerdo y además deseándolo. Incluso si te descuidas, te provocan.” Pero todo esto solo ha sido posible, por las facilidades que mantiene la Iglesia en el poder por sus vínculos con el gobierno, por eso, es fundamental exigir el rompimiento de las relaciones políticas de México y el Vaticano por encubridor de pederastas.

Y frente a la doble moral que acaba por imponer leyes ultra reaccionarias contra las mujeres y la impunidad de los curas pedófilos, en Pan y Rosas creemos también que hay que luchar por:

¡Castigo a los violadores y encubridores!
¡Fuera rosarios de nuestros ovarios! ¡Abajo las leyes anti aborto del PRI-PAN! ¡Basta de odio contra los homosexuales y lesbianas!
¡Por una gran movilización para arrancarle a esta justicia para ricos y curas violadores el castigo a los culpables!
¡Libertad a todas las presas por aborto! ¡Abajo las leyes reaccionarias contra la mujer que le prohíben decidir sobre su cuerpo! ¡Anticonceptivos para decidir, aborto libre, seguro y gratuito para no morir!


[1] Datos de CIMAC.









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