Demagogia hacia el pueblo mexicano, desaire a los padres de Ayotzinapa
18 Jan 2016
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Tal como se anunció desde fines de 2015, se llevará a cabo la gira del Papa Francisco en México.
En la noche del 12 de febrero Bergoglio llegará al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AIMC). Al día siguiente dará una misa en la Basílica de Guadalupe, al norte de la Ciudad de México.
El 14 de febrero dará una misa en el Centro de Estudios de Ecatepec, Estado de México, la entidad donde según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio se cometieron 1003 feminicidios entre 2012 y 2015, 400 de ellos en Ecatepec.
Al día siguiente, el Papa Francisco dará una misa con comunidades indígenas en el Centro Deportivo Municipal, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el estado donde se llevó a cabo el levantamiento zapatista de 1994, el año del inicio de la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado por Estados Unidos, Canadá y México.
También en Chiapas, pero en la capital, Tuxtla Gutiérrez, se realizará una reunión con familias en el Estadio Víctor Manuel Reyna.
Para el día 16 de febrero está programada una misa y encuentro con jóvenes en el Estadio José María Morelos y Pavón, Morelia, capital del estado de Michoacán, uno de los escenarios de la “guerra contra el narco” y desapariciones forzadas, tanto de mexicanos como de migrantes.
Finalmente, el día 17 el Papa Francisco oficiará una misa en el área de la feria de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se conjugan las luchas de los trabajadores de las maquiladoras, la violencia contra los migrantes y el espectro de los feminicidios.
El itinerario revela de nueva cuenta la intención del Papa Francisco de posicionar al Vaticano en la geopolítica internacional como mediación ante conflictos sociales, en tanto aliado de la administración estadounidense, como explicamos acá.
Entre el perdón a la Legión de Cristo y el desprecio a los desaparecidos
La mentira (y la demagogia) tiene patas cortas: ya Roma Eugenio Lira, secretario general del Episcopado y coordinador de la gira papal en México anunció que Jorge Bergoglio no recibirá a los padres de Ayotzinapa. Como tampoco los recibió durante su gira por Estados Unidos el año pasado.
Claro: es totalmente consecuente con la actitud que tuvo hacia los desaparecidos por la dictadura militar en Argentina, durante la cual fue cómplice de los militares genocidas como Videla.
A esto se suma el mensaje papal de diciembre pasado, donde llamó a que la comunidad internacional "ponga su atención de manera unánime" para que "cesen las atrocidades" en Irak, Yemen y en el África subsahariana. Un discurso que apoya la injerencia imperialista en la región.
Mientras tanto, el Papa Francisco combina su discurso “progresista” con su postura contra la homosexualidad y el divorcio. Recordemos también que en 2015 otorgó el perdón a la nefasta Legión de Cristo, conocida por los abusos sexuales perpetrados por Marcial Maciel.
No puede extrañar a nadie: aunque había anunciado que se investigarían los numerosos casos de abusos cometidos por sacerdotes, lo cierto es que esa pose progresista también se desdibujó: se mantiene la impunidad.
Mientras tanto, la clase política mexicana, responsable de la represión desatada contra el magisterio que se opone a la reforma educativa y a la evaluación punitiva, de la precarización laboral, de la militarización del país y las desapariciones forzadas, se forman para recibir la bendición papal hacia las elecciones presidenciales de 2018.
Andrés Manuel López Obrador, quien considera que el matrimonio igualitario y el derecho al aborto “no son temas tan importantes” y aplaudido por la reaccionaria Iglesia católica, también está formado.
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