EDITORIAL
ENTRE EL AUTORITARISMO Y LOS PLANES DE MISERIA
06 Jun 2014 | Mientras presenta a México como el paraíso para las trasnacionales, el gobierno del PRI profundiza el autoritarismo e impulsa reformas políticas que muy lejos están de ser un avance de la “democracia”. Frente a eso, el descontento crece y se abren nuevas posibilidades para construir una alternativa de izquierda, socialista y revolucionaria.
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La aprobación de la reforma política desnudó –una vez más– el carácter de este régimen político. Se aprobaron modificaciones a las llamadas “candidaturas independientes” que las hacen prácticamente imposibles –800,000 firmas previas para candidatos presidenciales–, y se elevaron a 3% los votos requeridos para conservar el registro de los partidos; éstas y otras medidas impiden que las organizaciones de trabajadores y la izquierda hagan uso del elemental derecho democrático de presentar su programa entre las masas populares en los procesos electorales. Esta reforma, lejos de una ampliación de las libertades políticas, perpetúa un régimen altamente restrictivo. Mientras tanto, hace unos días, los magistrados electorales fueron objeto de escándalo producto de que tanto el PRI como Nueva Alianza promovieron y aprobaron previamente un “haber de retiro” que en realidad era una pensión vitalicia millonaria para estos funcionarios. Mientras los altos mandos del aparato del estado reciben pensiones vitalicias, los trabajadores, estudiantes, campesinos y el pueblo pobre recibimos salarios de miseria. Una muestra más de que estamos en una “democracia para ricos”, vedada a las grandes mayorías y que actúa contra éstas.
Un régimen autoritario
Estas semanas vimos sobradas muestras del avance del autoritarismo del PRI y el régimen político, que se basa en los acuerdos entre los tres principales partidos, así como con los gobernadores “opositores”, como es el caso de Graco Ramírez, que apoya a EPN. Como fue el caso del asesinato del maestro zapatista Galeano, a manos de paramilitares cobijados por las autoridades, que mostró que el regreso del PRI significa, para los pueblos indígenas, un recrudecimiento de la represión y la violación de sus más elementales derechos, como la autodeterminación. Pero esto no es algo aislado. En el DF, el gobierno de Mancera, del “opositor” PRD, ocupó militarmente el pueblo de San Bartolo para garantizar la entrega del agua a los millonarios desarrollos habitacionales en Santa Fe; en tanto que en varios estados se aprobó la “ley bala” (ver pág. 3). Esto, mientras sectores de trabajadores sufren la dictadura patronal en las fábricas y, cuando se organizan y enfrentan a los charros, como en Honda Jalisco, son reprimidos, perseguidos y torturados. Esa es la democracia que garantiza las ganancias de los patrones y la entrega al imperialismo.
El aumento del autoritarismo y la represión responden también a que el descontento crece, en un panorama signado por la retracción de la economía, y que EPN requiere amedrentar a los trabajadores y garantizar la estabilidad para los negocios capitalistas.
Aumenta el descontento obrero y popular
En los últimos meses vimos nuevas acciones de lucha. Ya el 1° de Mayo, la participación de miles de trabajadores mostró la existencia de un profundo descontento. Esto, a pesar de que las direcciones sindicales que se reclaman opositoras (como la UNT) no impulsaron un verdadero plan de acción junto al magisterio y otros sectores. Las acciones de protesta de sectores mineros, la discusión en amplios sectores de la base telefonista contra las amenazas de Slim al Contrato Colectivo de Trabajo, así como las acciones en sectores de trabajadores universitarios y al servicio del estado, en maquiladoras y empresas automotrices exigen una política para unificar la protesta. No hay que dejar ni una lucha aislada, y es para eso que, desde el MTS, tenemos una propuesta concreta. La Nueva Central de Trabajadores, y los compañeros del SME en particular, así como el magisterio democrático, tienen la autoridad para convocar a un Encuentro Nacional de los sectores en lucha, donde se ponga en pie una Coordinadora de Organizaciones obreras y populares, organizada democráticamente y con delegados de base. En ese Encuentro se podrían votar un plan de acción, así como una exigencia a la UNT a que se sume.
Ante el ataque a las libertades democráticas y las conquistas obreras y populares, desde el MTS decimos que la primera tarea es la solidaridad con los campesinos e indígenas zapatistas, con las comunidades que –como en San Bartolo–, luchan contra la depredación capitalista y los gobiernos que la defienden; de igual forma, el apoyo activo a los trabajadores en lucha como en Honda México debe ser una bandera de todo el movimiento obrero y popular.
Hay que unificar estos reclamos, con el conjunto de las demandas de los trabajadores –como el aumento salarial de emergencia contra la carestía de vida– y preparar el terreno para una gran lucha contra esta “democracia para ricos”, encabezada por la clase obrera, junto a los oprimidos del campo y la ciudad, las mujeres que luchan contra el feminicidio y
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