MTS - Movimiento de los Trabajadores Socialistas

El gobierno perredista del Distrito Federal, encabezado por Marcelo Ebrard, anunció 10 medidas “de emergencia” para paliar el impacto del alza de precios sobre la economía de los capitalinos, como congelar el aumento de algunas tarifas, aplicar descuentos en algunos impuestos y condonar el pago de servicios como el agua en determinadas colonias marginadas.

Estas medidas elementales podrían ser bien vistas si se ignora que se trata del mismo gobierno que acaba de aumentar el boleto del metro en 50% y el del metrobús, las tarifas del agua e impuestos como el predial y la tenencia, afectando la economía de millones.

Medidas que, ante el rechazo popular, ahora Ebrard quiere paliar con su plan, para de paso beneficiarse con miras a las elecciones presidenciales de 2012, hacia las cuales aparece frente a sectores patronales como un candidato de la izquierda más potable y “responsable” que López Obrador.

Es que mientras a las empresas se les condonan impuestos por millones y se les hacen muchas concesiones, los trabajadores del Distrito Federal padecen, al igual que en el resto del país, los efectos de la precarización laboral, despidos y una política antisindical por parte del gobierno perredista, que han denunciado organizaciones como el SUTIEMS (preparatorias) o las trabajadoras del INVI (vivienda).

El Secretario del Trabajo local, Benito Mirón, reconoció que el año pasado en el D.F. se perdieron cerca de 70 mil empleos y sólo se generaron 20 mil, lo que significa 50 mil empleos menos, con una tasa de desempleo de más del 8%, sin contar el subempleo y el empleo informal, situación que prevé se mantendrá en el 2010.

Frente a ello, el “populismo” electorero de Ebrard resulta absolutamente incapaz de responder a las necesidades más acuciantes de la población. Los trabajadores y demás sectores populares debemos organizarnos de forma independiente para enfrentar la crisis y luchar por sus nuestras propias reivindicaciones, aún en contra de gobiernos como el de Ebrard, que se dicen de izquierda pero están al servicio de los patrones.