Cuenta regresiva para el 1 de julio
Editorial de Estrategia Obrera: Las elecciones, los trabajadores y la juventud del #YoSoy132
29 Jun 2012
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En un mar de promesas y “buenos propósitos” de los candidatos, la campaña presidencial se acerca a su fin. El oneroso dispendio publicitario, los “obsequios” de campaña para ganar votos y, en algunos casos, la amenaza de pérdida de programas asistenciales, lejos está de pretender resolver los problemas de las masas trabajadoras que ven cada vez más reducido su nivel de vida y sus derechos democráticos.
Las declaraciones de los candidatos no darán solución a los más de 40 millones de pobres y a los 2 millones de desempleados, ni al trabajo precarizado de millones en la indefensión social, ni resolverán los crímenes del ejército contra la población, ni los feminicidios, ni los crímenes de odio contra la diversidad sexual. Y muestran además el carácter de clase de esta campaña –donde los trabajadores fueron impedidos de participar con sus propios candidatos y sus demandas–, que busca mantener las formas de control tradicionales contra la clase trabajadora. Destacan en esta lógica los partidos conservadores y de derecha del Congreso (PRI, PAN y PANAL) cuyos candidatos expresan programas abiertamente reaccionarios, mismos que endulzan con promesas salvadoras.
Los candidatos y sus programas
Enrique Peña Nieto, que enfrenta al #YoSoy132 con porros en el “Azteca”, y muestra el carácter autoritario de su probable gobierno trayendo como asesor de seguridad a un represor general colombiano (todo un guiño entreguista al gobierno de los Estados Unidos), promete “mejores salarios” cuando es representante del partido que impuso los empobrecedores planes neoliberales y los topes salariales. Además, prepara una reforma laboral reaccionaria avalada por las centrales sindicales charras, y promete avanzar más en la privatización de Pemex.
Josefina Vázquez Mota también demanda una reforma laboral antiobrera que, en los hechos, niega el derecho de huelga e impone el pago del trabajo por horas, todo esto mientras condena a las mujeres a un aborto clandestino y mortal. En tanto que Quadri, representante de la corrupción del emporio sindical de Elba Esther Gordillo y su pragmatismo ante el poder presidencial, sostiene un programa de ultraderecha (más policía, Pemex S.A.) y coincide con su encono contra la juventud del #YoSoy132 al catalogarlos de fascistas.
Es evidente que esos candidatos piensan en un país que no es el que queremos la inmensa mayoría que sufrimos el hambre y la opresión. Por lo que estas elecciones son para legitimar los durísimos planes contra los explotados y oprimidos, que concentrarán más la riqueza en unos cuantos, al mismo tiempo que el régimen se derechiza y subordina más aún al capital extranjero.
Lamentablemente, el candidato de las llamadas “izquierdas“, que se presenta como más sensible a los reclamos de la juventud y que es acusado por el PRI y los “intelectuales orgánicos” del régimen de inspirar el #YoSoy132 no levanta un programa que cuestione los intereses fundamentales de los poderosos y que dé respuesta a las necesidades del pueblo trabajador. Es verdad que ha generado simpatía su propuesta de aumentar el presupuesto reduciendo los gastos de la burocracia gubernamental o su oposición a la privatización de Pemex, y que son propuestas que se diferencian del programa neoliberal de los demás candidatos. Sin embargo, estas medidas están lejos de poder resolver la explotación, la opresión, la miseria y los millones de jóvenes que no tienen trabajo. López Obrador ya declaró que no va a privatizar ningún monopolio de la comunicacion (lo cual es una condición necesaria para acabar con el carácter desinformador y anti-democrático de Televisa y TV Azteca). También ha dicho que no se propone recuperar –para la nación– las áreas de la industria energética cedidas al capital extranjero. Y un país sin soberanía energética, no puede pensar en su desarrollo industrial y crecimiento económico. De igual forma, no piensa dejar de pagar la deuda externa ni imponer impuestos progresivos a las grandes fortunas, recuperando las empresas privatizadas, condiciones necesarias para tener los recursos para garantizar el ingreso irrestricto a una educación pública y gratuita de calidad.
Por una juventud combativa y anticapitalista
Uno de los méritos del #YoSoy132 es levantarse contra el autoritarismo de EPN y convertirlo en un tema nacional. Esto, aunado a generar interés político en sectores amplios de la población sobre el carácter tendencioso de los medios de comunicación y el manejo de los debates entre los candidatos.
Sin embargo, ante la demanda de democratización de los medios, el gobierno de Calderón respondió a través de la Comisión Federal de Competencia con una verdadera burla: la autorización de la fusión monopólica de Televisa con Isacell, que fortalecerá el emporio de la comunicación. De igual manera, el gobierno concesiona la exploración y explotación de yacimientos petroleros a la iniciativa privada bajo la figura de “contratos integrales” en detrimento de Pemex. Está política monopólica y entreguista no es sólo del PAN: si el PRI gana la presidencia, nos aplicará la misma medicina como ya lo anticipó Peña Nieto. Y la AMLO, por su parte, no contempla enfrentar los avances de los monopolios de la comunicación y las privatizaciones en la industria energética estratégica.
Por eso el movimiento juvenil que inició demandando la democratización de los medios, debería ir más allá en cuestionar la propiedad de esos monopolios, junto a no limitarse en la supervisión de los comicios y el “voto razonado”. Hay que superar el intento de acotar al movimiento a “un movimiento respetuoso y bien comportado” (que es lo que quieren los políticos del régimen y el mismo gobierno), vincularse a los trabajadores y el pueblo y actuar con clara independencia de los partidos políticos del Congreso. Respecto a la cuestión de la democratización de los medios, sí el movimiento demanda la expropiación y nacionalización de los medios de comunicación, bajo control de los trabajadores del sector y las organizaciones sindicales y sociales, su fuerza crecerá e incorporará al movimiento a todos los sectores que resienten las políticas informativas y comerciales de los monopolios de la comunicación.
Los socialistas ante las elecciones
Como planteamos arriba, ninguno de los candidatos representa y levanta un programa que exprese los intereses de los trabajadores, la juventud y el pueblo. Por eso, desde la LTS llamamos a no legitimar con nuestro voto la estrategia antipopular del régimen, ni a apoyar a los candidatos de los partidos con registro.
No somos antielectorales: si hubiera una candidatura cuyo programa apuntara a echar abajo esos planes que pasan por el Congreso de la Unión, seguramente llamaríamos a votar por él. Pero al no existir ese programa opinamos que el voto útil a favor de la alianza de partidos que postulan a López Obrador, por más bien intencionado que sea, termina legitimando el status quo de mantener la explotación, la opresión y miseria. Por eso, como forma de rechazo a esta trampa electoral, llamamos a cruzar la boleta con consignas tales como demandando la expropiación de los monopolios de la comunicación, renacionalización de las áreas privatizadas de Pemex, alto a la militarización, a los feminicidios y los crímenes de odio; así como aumento general salarial de emergencia, alto al trabajo precarizado y alto la privatización de la educación pública.
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