Lecciones de Michoacán

El PRI vuelve al gobierno del estado, y se prepara para el 2012

25 Nov 2011   |   comentários

En las elecciones en Michoacán, tres partidos patronales se disputaron el control político del estado. Ninguno de sus programas planteaba resolver los problemas sociales del pueblo trabajador como el desempleo, los bajos salarios, la crisis del campo, la miseria y la inseguridad resultado de la lucha entre los carteles y de la militarización creciente.

Esto, en una región caracterizada por la impunidad con que opera el llamado “crimen organizado” que, además su poder económico, muestra un poder político creciente, una gran capacidad militar, y ha tejido nexos con gobernantes del estado y de los municipios.

Estas elecciones mostraron los rasgos más antidemocráticos y corruptos del régimen político conocido como la alternancia, pues fue evidente el apoyo de Calderón a la candidata panista Luisa María Cocoa Calderón; nepotismo que hoy muestra el partido en el gobierno y que el panismo criticó siempre al PRI. Sin embargo, los recursos federales a favor de la panista no pudieron con el amañado aparato electoral priísta –formado durante setenta años– que recurrió a sus viejos métodos para inducir el voto por Fausto Vallejo, finalmente reconocido como triunfador.

Reacomodos políticos contra las masas

El triunfo del PRI expresa, primeramente, la crisis del PRD como fuerza de centro-izquierda, pues pierde su principal bastión después de 11 años de gobernar bajo la línea del cardenismo.

Es el resultado de la política colaboracionista del gobernador Leonel Godoy con Felipe Calderón (mal pagada por el gobierno), y de sus asociaciones con el narco, que llevó a varios escándalos que involucraron a su propia familia. Esto provocó que importantes sectores de empresarios le retirasen el apoyo al perredista y optaron por otra variante burguesa que pueda mediar más con los cárteles. Pero al mismo tiempo expresa el rechazo de la población a la política autoritaria e intervencionista del gobierno federal.

Es decir, en Michoacán la gente votó contra el PRD estatal y contra la política federal del PAN y no porque el programa del neoliberal PRI tenga algún sesgo opositor.

Una consecuencia de esta votación es el fortalecimiento de las fuerzas políticas neoliberales, pues juntos PRI y PAN representan más de dos tercios del poder político en el estado, con lo que los planes anti-obreros se verán fortalecidos. Mientras tanto el PRD, siguiendo la dinámica mostrada en el plano nacional de derechización de su política, no será una oposición que enfrente los planes de miseria contra los trabajadores en el estado.

Sin embargo, la votación tan dividida en Michoacán (658 mil votos 589 votos para el PRI; 606 mil 356 para la alianza PAN-PANAL y 535 mil 513 para el PRD-PT-Convergencia), apunta hacia un gobierno débil, y a una relación de fuerzas conflictiva entre PRI, el PAN y el PRD en la lucha por posiciones; abre la posibilidad de inestabilidad en ese estado, salvo que el tricolor y el blanquiazul pacten un acuerdo político para evitar que el movimiento obrero y popular aproveche esa situación para exigir sus demandas y recomponer sus fuerzas.

Por la organización independiente del movimiento obrero y popular

El PRD paga así su alejamiento de las bases que le dieron el triunfo en el 2001 contra el PRI, política a la que se plegaron sectores dirigentes de la izquierda y los sindicatos. Esta cooptación de esas direcciones o movimientos por el gobierno perredista, debilitaron la fuerza de los obreros y campesinos en Michoacán y son la causa del avance de la medidas neoliberales.

Ahora se recrudecerá la ofensiva patronal contra los derechos y el nivel vida de los trabajadores. Para empezar, ya el Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Michoacán prevé que serán despedidos injustificadamente 8000 empleados debido al cambio de autoridades municipales.

Es necesario que los trabajadores partan de esta experiencia y se organicen de manera independiente confiando solamente en sus fuerzas y en sus propios métodos de clase, y no ser utilizados para encumbrar en el gobierno y el congreso a políticos ajenos a su clase.









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