El paro obrero estudiantil desnuda la democracia para ricos de los desalojos
30 May 2013
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Comentario Político Semanal del PTR-CcC n° 157
por : Nicolás Miranda
Viernes 28 de junio de 2013
El paro obrero estudiantil desnuda la democracia para ricos de los desalojos
El miércoles 26 de junio la lucha estudiantil contra la educación de mercado, una de las herencias del pinochetismo que conservaron y profundizaron la derecha y la Concertación, dio un gran paso adelante. Con un paro de sectores de los trabajadores, que marcharon junto a los estudiantes con 150.000 personas en las calles en todo Chile. La unidad obrero estudiantil se abre paso en las calles, fortaleciendo la lucha estudiantil, intensificando los procesos de lucha de clases que tienen al Gobierno y al régimen debilitado. Y representando un hecho político nacional. Incluso, las elecciones primarias que sea realizarán el domingo 30 con vistas a las presidenciales del 17 de noviembre se vieron afectadas.
Trabajadores y estudiantes movilizados en todo Chile
El martes 25 se sumaron nuevos colegios y Universidades en toma, se tomaron edificios públicos. Parte de la lucha de las semanas previas en que más de 100 colegios y Universidades han sido tomadas o están en paro.
El 26 inició una jornada de 15 horas, en todo Chile se movilizaron trabajadores y estudiantes.
A las 7 de la mañana cortes de calle, barricadas, concentraciones de obreros y estudiantes, se tomaron las principales ciudades del país.
A las 8 comenzó el paro portuario. Paralizaron y bloquearon los accesos a los lugares de trabajo los trabajadores subcontratistas del cobre. Paralizaron sectores de Profesores.
Entre las 11 y las 13 hs., comenzaron las movilizaciones: 100.000 en Santiago, más de 10.000 en Valparaíso, casi 20.000 en Concepción.
En las movilizaciones se veían las columnas de estudiantes, y con ellas de los trabajadores: la Unión de Trabajadores Portuarios (que recientemente realizó un paro de 22 días), la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), el Sindicato de Trabajadores del Cobre (SITECO), el Colegio de Profesores, la Asociación Nacional de Funcionarios (ANEF), trabajadores del sector privado como la locomoción colectiva de Valparaíso, trabajadores de la tienda La Polar, las zonales de la CUT, la Confederación de Empleados Particulares de Chile (CEPCH) y muchos otros. La CUT central adhirió a la movilización.
A partir de las 19 hs., se realizaron nuevas concentraciones y cacerolazos en algunos puntos de Santiago.
Los procesos de lucha de clases en Chile dieron un paso adelante con la unidad en las calles de trabajadores y estudiantes. Y un paso atrás para el Gobierno y el régimen, incluso con su Ministra de Educación de vacaciones en Italia.
Un efecto inesperado
La lucha estudiantil, sin esperárselo, planteó un efecto inesperado: muchos de los liceos en toma, eran locales de votación. Los estudiantes en toma plantearon una solución: que se cambien los locales de votación.
Una discusión nacional se impuso. El Gobierno, puesto a la defensiva por la lucha del movimiento estudiantil, no sabía cómo responder: el Gobierno afirmaba que el responsable era el Servel o las Fuerzas Armadas, el Servel que el Gobierno, de nuevo el Gobierno que los Alcaldes, los Alcaldes que el Gobierno. Finalmente, se fue imponiendo la salida del desalojo.
Los Alcaldes de la Concertación rechazaron los desalojos. Y plantearon la necesidad del diálogo, que más que diálogo era una presión extrema, pues no se recogían ninguna de las demandas estudiantiles. Una muestra por adelantado de lo que se podría venir con un nuevo Gobierno de Bachelet, y que ya hizo en su Gobierno: diálogos estériles que dejan todo igual y sólo buscan sacar la lucha de las calles.
El Gobierno planteó que el tiempo del diálogo se agotaba: ¿cuál diálogo, dónde, en qué mesa de negociación? El Gobierno miente. Y procedió al desalojo con la policía, que terminó con 133 detenidos en 28 colegios en todo Chile. Como en la dictadura. Una reafirmación de lo que ha hecho en estos casi cuatro años, y un adelanto de lo que vendrá (y será mucho peor) de volver a ganar.
No sólo eso: presiona para que se voten las leyes represivas que están en el Congreso (reforma procesal, ley Hinzpeter, ley “mi cabo), y otra nueva: la detención preventiva en las movilizaciones. Quieren frenar las movilizaciones con más represión.
¿Una demostración de fuerza del Gobierno?
La respuesta del Gobierno siguió siendo la criminalización, tratando de “delincuentes y extremistas” a los estudiantes y trabajadores; siguió siendo la represión, con más de 100 detenidos solo en Santiago. Los medios de comunicación de masas actuaron como agentes del orden, con noticias que criminalizaban la movilización en su conjunto. Para redondear, presionan para votar nuevas leyes represivas, y se disponen a votar para la Corte Suprema a la jueza Chevesich que –más allá de argumentos leguleyos- votó siempre a favor de los represores de la CNI y de Pinochet.
Los desalojos son una muestra aparente de fuerzas. En realidad, es que el Gobierno está a la defensiva, y todo el régimen cuestionado.
Las tomas han encendido las alarmas. Un ex ministro de la Concertación escribió: “La renovada tolerancia a las tomas de inmuebles bien podría por la vía de las escaladas conducir a la ocupación de inmuebles privados”.
Es una posibilidad, en lo inmediato, las tomas actúan como centros organizadores de la lucha, en que se construyen nuevas formas de organización, bajo la democracia directa estudiantil con asambleas donde todo se discute; donde se preparan los estudiantes realizando talleres de discusión política, de marxismo; donde se organizan las movilizaciones.
Como venimos afirmando en estas páginas, la lucha de clases está en un proceso de intensificación. El Gobierno lo advierte también: “Es necesario que las reglas queden claras ahora, porque no se puede descartar que en la primera vuelta estemos en la misma situación”, comentaban en el Gobierno. Más que una demostración de fuerzas, muestra la fuerza de la lucha de los estudiantes, que ahora dio un paso adelante con la jornada de paro y movilización obrero estudiantil.
Es que las elecciones, las primarias y las definitivas, sólo son una competencia por quién, y cómo, seguirán administrando la herencia de la dictadura.
Votos con bototos y acarreo
El sonido de los bototos de Carabineros ocupando los liceos en toma, en las calles persiguiendo a los estudiantes y trabajadores movilizados, es el sello de estas elecciones: es la democracia para ricos de la Concertación y la derecha que defiende la herencia de la dictadura cuestionada crecientemente en las calles.
Cada vez más oligarquizada, cada vez más cupular, cada vez más retrógrada, cada vez más degradada, recurren al acarreo: Según un diario, la derecha activó un plan de traslado de electores y compromete recursos para garantizar respaldos: “pidieron a parlamentarios, alcaldes, concejales y dirigentes facilitar vehículos particulares para movilizar a votantes. RN costeará gastos en bencina y UDI contempla el arriendo de buses en zonas rurales (…) Mientras en el comando del ex ministro de Defensa apuestan a trasladar a cerca de 50 mil votantes, en el equipo del ex titular de Economía la estrategia de movilización busca alcanzar a 100 mil personas”.
Tan es así, que las estimaciones dicen que la abstención para las primarias entre la juventud alcanzará al 90%.
Por eso mientras la derecha se atrinchera en la defensa intransigente de toda la herencia pinochetista, la Nueva Mayoría (Concertación y PC) prepara maquillajes para darle una sobrevida.
La jornada de movilización obrero estudiantil, está mostrando que ni siquiera las elecciones, como tradicionalmente ha sido, están logrando desviar los procesos de lucha de clases abiertos, que siguen su curso.
¿Cómo seguirla?
Entonces, al contrario de lo que pretende, la intransigencia del Gobierno y su represión, alimenta aún más la lucha estudiantil, que ahora se une con los trabajadores.
Los estudiantes secundarios, después de ser desalojados, anuncian que tras las votaciones, se retomarán sus liceos.
Y en las próximas semanas, para el 11 de julio, la CUT ha convocado a un Paro Nacional. Otra jornada de lucha obrero estudiantil se prepara.
Un triunfo de la lucha estudiantil fortalecerá la entrada de la clase trabajadora. Y para su triunfo, necesita de la lucha de los trabajadores. La jornada del 26 es un punto de apoyo para avanzar en esta política.
Pero hay que aprovecharla, o puede perderse.
Obstáculos en el camino
Pero para eso hay que fortalecer la lucha.
Pero hay obstáculos en el camino que la debilitan. Son las direcciones oficiales burocráticas desde la CONFECH y la mayoría de las Federaciones (con la Izquierda Autónoma, la Unión Nacional Estudiantil, Juventudes Comunistas, Frente de Estudiantes Libertarios, etc.) que quieren limitar la lucha a movilizaciones ascendentes por hitos para “instalar las demandas” entre los candidatos.
También están aquí la mayoría de los “colectivos populares”, que también se oponen a los paros indefinidos y más se oponen a las tomas, quieren “ganadas concretas” (como quería la JJCC el 2011), o “paros con clases” (lo que significa que no es ningún paro en realidad).
Es una táctica que lleva al retroceso. A debilitar la lucha. A favorecer la “normalidad” que piden los Rectores, que no es otra cosa que todo siga como está. Hay otro camino.
“Vamos por el tomazo”: los estudiantes en lucha junto a los trabajadores hacia el Paro Nacional del 11 de julio
No hay que dejar pasar el momento. Los estudiantes en lucha, con sus paros indefinidos, y en particular con sus tomas, han sabido organizar desde abajo la gran movilización obrero estudiantil del miércoles 26. Hay que profundizar este camino. Con la lucha unitaria contra la educación de mercado, por la educación gratuita ahora.
Hay que seguir impulsando con más decisión la campaña “vamos por el tomazo”, porque con la intransigencia y represión del Gobierno, vuelve a demostrarse que las demandas sólo podrán conquistarse si se las arrancamos, si se las imponemos.
¿Se puede? Se puede. Primero, con estos métodos de lucha. Segundo, desplazando a los obstáculos de las direcciones oficiales y sus limitadas marchas mensuales, y aquellos colectivos populares con sus votaciones contra los paros y las tomas. Tercero, avanzando en la lucha junto a los trabajadores para terminar con toda la herencia pinochetista, ahora hacia el Paro Nacional del 11 de julio por la renacionalización del cobre y los recursos naturales para asegurar la gratuidad, y con ella, una segunda reforma universitaria y una nueva escuela nacional unificada.
Para esto, para avanzar a las tomas generalizadas e indefinidas para conquistar la gratuidad y terminar con toda la educación de mercado, hay que poner en pie una Coordinadora Nacional de Estudiantes movilizados que lleve adelante esta lucha en cada universidad y en cada liceo, y junto a los trabajadores en las calles.
Luchando por cada una de las demandas locales: la democratización, contra el DFL2, la requintilización, las mallas curriculares, la acreditación: son comunes a todas las Universidades y liceos, es decir, estructurales, y por eso, uniendo las demandas locales a las nacionales, donde encontrarán su resolución.
Sin detenernos con las falsas promesas de los candidatos.
¡Que se vayan todos!
Ni derecha, ni Concertación
Hay que terminar con toda la herencia pinochetista
No votar, o anular: hace falta un candidato de los trabajadores
Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana basada en la movilización
La derecha y la Concertación, junto al PC, defienden cada uno a su modo la herencia pinochetista. La derecha rechaza todas y cada una de las demandas. Piñera y todo el Gobierno defienden cada vez más abiertamente la represión. Por otro lado, Bachelet sigue con sus falsas promesas, con propia letra chica, y sus explicaciones de siempre como la falta de mayoría en el parlamento.
Tenemos que prepararnos para terminar con toda esta odiosa herencia de la dictadura.
Cada paso, por menor que sea en ese sentido, está despertando el temor y el odio de la clase patronal. Habrá que prepararse para una intensificación de la lucha de clases. Habrá que luchar para que la clase trabajadora pase al centro con sus métodos de lucha uniendo tras de sí a estudiantes, pobladores, mapuche. El paro y movilización obrero estudiantil del 26 de junio, es un punto de apoyo. El Paro Nacional del 11 de julio será otro.
Intentarán con sus falsas promesas desviarnos de nuestra lucha. Por eso, llamamos a no votar o anular. Porque no hay en estas elecciones una política de la clase trabajadora independiente de la derecha, la Concertación y sus variantes menores.
Para el Partido de Trabajadores Revolucionarios- Clase contra Clase/ PTR-CcC, la resolución íntegra y efectiva sólo podrá venir de la lucha por una República de Trabajadores basada en sus organismos de democracia directa, que conquistaremos con una revolución obrera y socialista. En este camino, hoy, debemos luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana basada en la movilización en las calles.
La tarea de esta hora, es, para terminar con toda la herencia pinochetista, poner en pie una alternativa, trotskista, como la que luchamos por construir desde nuestra joven liga de trabajadores y estudiantes, el Partido de Trabajadores Revolucionarios- Clase contra Clase, que lucha por poner en pie un partido para la lucha de clases, con una política de clase independiente de toda variante patronal: ni derecha, ni Concertación.
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