Egipto tras la caída de Mubarak
Emerge la clase obrera
18 Feb 2011 | Jueves 17 de febrero de 2011.- El sentimiento de triunfo luego de la caída de Mubarak motoriza una ola de huelgas, uno de los principales problemas que enfrenta hoy la Junta militar en el gobierno. Las y los trabajadores han desoído el llamado a la calma y la vuelta al trabajo de las FF.AA., convencidos de que es su derecho exigir mejores condiciones de vida. “Tenemos derecho a pedir aumento, ganamos la revolución”, decía un trabajador que llegaba con sus compañeros a la plaza Tahir. Las consignas de las protestas incluyen mejores salarios, condiciones laborales, contra la burocracia y los empresarios y hasta derribar las estatuas de Mubarak que hay en las empresas.
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Aunque no ocuparon las páginas de los grandes medios, las acciones obreras fueron protagonistas de las jornadas que terminaron en la caída de Mubarak, e incluso se inscriben entre los antecedentes de las movilizaciones de 2011.
Desde que comenzó el actual movimiento diferentes sectores obreros participaron de las manifestaciones en el interior y en la misma capital. Trabajadores textiles, petroleros, administrativos, ferroviarios, entre otros, llegaban a la plaza Tahir en El Cairo y a las ciudades del interior para unirse a las protestas. Sin embargo, la participación obrera no fue noticia hasta que la burguesía empezó a sentir verdadero temor cuando los trabajadores del estratégico Canal de Suez anunciaron que empezaban una huelga por tiempo indeterminado. Por el canal pasan diariamente 2 millones de barriles de petróleo y representa una de las principales fuentes de ingreso del país. Esos trabajadores junto con obreros del cemento, textiles y jóvenes de la ciudad empezaron a confluir mientras paralizaban las empresas, oficinas públicas y fábricas.
Hoy las y los trabajadores se movilizan, fortalecidos por el primer triunfo que significó haber tirado al viejo dictador, tras 30 años de persecución de los luchadores, prohibición del derecho a huelga, en un escenario de alta inflación con salarios congelados.
El 14/2 hubo protestas contra la sede de la Federación Sindical oficialista, donde se dirigió un grupo de trabajadores para exigir la renuncia del dirigente a quien acusan de corrupto y propatronal.
El 15/2, la principal fábrica textil de Egipto Misr Spinning and Weaving en al-Mahala ha retomado la huelga (suspendida durante unos días) para exigir que se vayan los directores actuales de la empresa y por mejores condiciones laborales.
Situaciones similares se dan en varios sectores como los petroleros (que marcharon el 14/2 al Ministerio del petróleo, donde se enfrentaron con los funcionarios que todavía mantenían colgados los cuadros de Mubarak), los empleados públicos de varias provincias y los bancarios. Estos últimos han impedido que los bancos vuelvan a funcionar hoy 16/2, algo muy importante para mostrar “normalidad” y esto conllevó que la Bolsa no abriera hoy tampoco por temor a que las huelgas y las protestas sigan “dañando” la imagen maltrecha de la economía egipcia. Al mismo tiempo, los trabajadores ferroviarios (que exigían pase a planta permanente de los contratados) cortaron las vías y bloquearon varias estaciones.
El primer triunfo de las masas en Egipto ha dado una enorme energía a la clase obrera que después de años de dictadura y control policial de la burocracia sale hoy a las calles convencida de que es su derecho luchar y ganar.
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