VENEZUELA: SE POSTERGA LA JURAMENTACIÓN DE CHÁVEZ

Entre la tensión y la transición política

21 Jan 2013   |   comentários

  • Chavez después de las elecciones de 2012

Milton D’León, dirigente de la LTS de Venezuela, miembro de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional

Chávez no asumió su nuevo mandato el 10/1, postergándose hasta nuevo aviso la fecha de su juramentación, atada a su recuperación si es que eso ocurre. Tras un largo debate en la Asamblea Nacional (AN) el día 8/01, la misma resolvió que no era per se la jura el 10/01. Que por tanto el mandatario podría tomarse “todo el tiempo que necesite para recuperarse”, continuando Nicolás Maduro como Vicepresidente al frente del ejecutivo, de igual manera que todo el tren ministerial. Por su parte, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) el día 9/01, para ratificó lo resuelto en la AN. El Alto Mando militar también expresó su respaldo a Nicolás Maduro.

Los límites, por ahora, a una crisis abierta

El evidente pacto entre las fracciones fundamentales del chavismo le ha puesto límites a una crisis política que podría abrirse en el país, en caso de que las propias fuerzas del gobierno no llegaran a un consenso. Hasta ahora el chavismo ha logrado llevar adelante su “hoja de ruta”: en primer lugar, intentando mostrar una unidad entre todas sus facciones internas, conocidas por sus discrepancias y ubicación política en el entramado nacional, y en segundo lugar, por contar con una mayoría en la Asamblea, a lo que se le suma la avenencia del TSJ, donde la mayoría de sus magistrados son afines al chavismo.

Y del exterior también

Muchos de los gobiernos de América Latina dieron apoyo directo a la prórroga de la asunción. En la masiva concentración del 10E participaron varios presidentes latinoamericanos y caribeños, así como representantes políticos de muchos otros, mientras Cristina Fernández viajó a La Habana. El gobierno venezolano no descuidó a Estados Unidos, con quien vino manteniendo reuniones oficiales desde noviembre. EE.UU., una vez conocida la decisión de la prórroga dada por la AN para la juramentación del nuevo mandato de Chávez, se limitó a manifestar que “ésta es una decisión que tiene que ser tomada por los venezolanos” y que, “con independencia de lo que pase políticamente en Venezuela, si el gobierno venezolano y si el pueblo venezolano quieren avanzar con nosotros, creemos que hay un camino para que ello sea posible”(1). Con esta actitud, el imperialismo busca sacar ventaja del eventual retiro, incapacidad o muerte de Chávez, como algo que le favorece para diluir al polo “bolivariano” en la región e ir recuperando posiciones en la propia Venezuela. De hecho, Chávez ya venía dando pasos hacia una mayor moderación, como son los acuerdos con Santos y el ingreso al MERCOSUR, dejando a la deriva a la ALBA como bloque con alguna “personalidad”.

La derecha “unida” pero no tanto

Las desavenencias en la oposición se acentuaron tras las dos derrotas electorales consecutivas que ha sufrido. Capriles, el más seguro candidato por la derecha, ya había manifestado que estaría abierto a una prórroga para la asunción de Chávez, aunque en los últimos días empezó a exigir la presencia del mandatario. Su posición sería expresión de ganar más tiempo para reorganizarse frente a una eventual elección anticipada. Es de destacar que Capriles, en su declaración de prensa, apareció junto a Henri Falcón, disidente del chavismo, en clara posición de una nueva fórmula política Capriles-Falcón hacia unas eventuales presidenciales, y que estaría en sintonía de la política de Capriles de correrse hacia el centro para disputarle las elecciones a Maduro.

Las conveniencias para el chavismo

Es bien sabido que Chávez, si por alguna eventualidad lograre asumir de nuevo la presidencia, difícilmente terminaría su mandato. Desde las principales facciones de poder dentro del chavismo buscan ganar tiempo para un mejor reacomodo interno en la fase de transición abierta y de las cuotas de poder. Si fuere el caso que Chávez pudiera asumir, sería para garantizar en vida la elección de Maduro, y cerrarle de una manera segura el paso a los sectores de la oposición de la derecha. Evitando al momento una elección anticipada, tal como pujaba la derecha, si bien las chances pueden correr a favor de Maduro, no es lo mismo que éstas se realicen sin el empujón activo con Chávez actuando en la campaña, que en el estado de convalecencia actual. El no permitir unas elecciones anticipadas en lo inmediato se entendería también para conseguir un período en el que Maduro se consolide al frente del gobierno, mostrando capacidad de mando, tanto en las facciones de poder, como entre las Fuerzas Armadas y en el entramado internacional. Esto obligaría, claro está, a que durante ese período no se tome ninguna medida antipopular, como podría significar una devaluación de la moneda, presión a que viene sometido el gobierno. Un Nicolás Maduro entrando en campaña, pero gobernando, aumentaría más las chances de vencer a la eventual candidatura de Capriles en plena ausencia de Chávez, y podrían asegurar la continuidad política de las fuerzas del chavismo, con un claro pacto con las otras alas del aparataje oficial. Veremos.

La transición al post-chavismo

Se ha entrado en una nueva etapa política en el país, abriéndose paso a una transición hacia un post-chavismo. Al no poder ocupar, ni Maduro ni ningún otro, el papel de árbitro y de bonapartismo, el régimen de dominio político ya no será el mismo, lo que abrirá tensiones y elementos de crisis política. La nueva forma de dominio político que surja será un régimen que tampoco va a adaptarse fácilmente, con un rol de las FAN, de la Asamblea Nacional, atribuciones presidenciales, PDVSA, aparatos civiles y milicias “bolivarianas”, etc. Entre los elementos de crisis en perspectiva está que las distintas facciones que se apoyan en estos sectores van a tratar de mantener o mejorar su tajada, la derecha y el imperialismo van a presionar por cambios en sentido de “democracia” liberal, etc. Y posiblemente las masas, si bien con menos ilusiones, intenten defender de cualquier recorte posible lo que consideren sus conquistas. Se observa incluso cómo hasta la retórica del socialismo del siglo XXI desaparece de los discursos oficiales, para avanzar en mejorar relaciones con la gran burguesía y el imperialismo, suavizar los elementos más populistas del régimen y recortar las expectativas de las masas. Incluso, también lo vemos por la ubicación de las propias alas del chavismo, como tampoco es casualidad que Capriles ha sabido mantener distancia de las alas más radicales por derecha en la oposición, mostrándose como una figura más potable dentro de un post-chavismo, ahora acompañado por una figura como Henri Falcón, de peso regional, y que no tiene fama de derechista, al haber estado con Chávez durante un largo período. Se abren tiempos políticos donde aún todo está por verse en el país; si tomamos en cuenta las no muy buenas condiciones económicas, un impacto de la crisis económica en el plano nacional con profundidad, acompañada de una caída de los precios del petróleo, acelerarían aún más las contradicciones internas hoy latentes, que pueden salir a la superficie de manera inesperada.

La lucha por una perspectiva independiente de los trabajadores

En toda esta situación, los trabajadores y las trabajadoras, junto al resto de los explotados y oprimidos del país, son apenas convidados de piedra en todo lo que se juega en las superestructuras políticas y de las fuerzas de los grupos dominantes. Aunque comprendamos la preocupación de muchos trabajadores y del pueblo pobre venezolanos por la enfermedad de Chávez, desde la LTS creemos que nada puede esperarse del mismo y de la llamada “revolución bolivariana”. En verdad, se está demostrando cómo realmente el proyecto del chavismo constituye un verdadero fracaso frente a las ilusiones y esperanzas de millones de personas, al ver que sus demandas fundamentales, en estos largos 14 años, se han visto frustradas. La derecha expectante se prepara, para por la vía de pactos y acuerdos, a recuperar sus cuotas del poder en consonancia con su poder económico que nunca lo perdió. Redoblar la lucha por la independencia política de la clase trabajadora y los explotados se hace más imperante que nunca, para que los explotados y oprimidos puedan abrirse paso en una dinámica independiente frente a los futuros acontecimientos. A esto apostamos los que formamos parte de la LTS en nuestra infatigable lucha por la construcción de un partido revolucionario e internacionalista de los trabajadores.

1-Declaraciones de la Portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, 9/1/2013.









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