29M Estado español
Gran jornada de huelga de la clase obrera y la juventud
01 Apr 2012 | A menos de 100 días de formarse el Gobierno de Rajoy y poco más de cuatro meses de la “ola azul” del 20N, la clase trabajadora y la juventud hemos protagonizado una gran jornada de huelga, manifestaciones y combates callejeros en algunos lugares como en Barcelona.
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Una demostración de fuerzas que deja en evidencia que el Gobierno del PP no tendrá tan fácil seguir a rajatablas los “planes de austeridad” de Bruselas. Su fracaso electoral en Andalucía es otro síntoma de ello. Para ello tendrá que enfrentarse a este enorme potencial de resistencia y lucha contra los planes de ajuste draconianos. Un potencial que hasta ahora se encontraba enchalecado por la burocracia sindical y las traiciones de Toxo y Méndez.
La clase trabajadora paró el país
Toda la campaña antisindical de la derecha y sus medios, el terror al desempleo y los chantajes patronales, no pudieron lograr su objetivo de hacer fracasar la huelga. Galicia, Asturias, País Vaco, Navarra y Catalunya han estado a la cabeza en seguimiento, sobre todo a nivel industrial. La unidad de acción de los sindicatos nacionalistas y los de ámbito estatal se ha demostrado como un arma muy poderosa para la clase trabajadora.
Los grandes resortes de la economía quedaron prácticamente paralizados. Las grandes industrias, empezando por el automóvil que representa un 8% de las exportaciones, los puertos, astilleros, minería, plantas eléctricas y refinerías; el transporte de mercancías y pasajeros, tanto el urbano como el de carretera y ferrocarril, aeropuertos; los servicios de basura y limpieza, los grandes mercados de abastos... quedaron paralizados, salvo por el cumplimiento de los mínimos que la burocracia pacto en 9 comunidades.
El consumo eléctrico fue inferior al de un domingo, a pesar de que muchos ayuntamientos del PP, como el de Madrid, mantuvieron muchas farolas encendidas durante el día para manipular este medidor. También las televisiones y medios de comunicación, Canal Sur y TeleMadrid emitieron sólo la carta de ajuste, y el resto programación enlatada y telediarios de 30 minutos.
En el sector público la huelga tuvo un seguimiento muy superior al 2010, cerca del 60%, y se notó especialmente en la educación y la sanidad; uno de los sectores más castigados por los recortes y que viene luchando desde el comienzo de 2011 en varias comunidades. También creció la adhesión al paro por parte de muchos trabajadores de pymes, gracias a la labor de los piquetes que fueron más militantes y combativos que en 2010 y ayudaron a que se pudiera ejercer el derecho a huelga en los polígonos industriales.
La represión patronal tuvo más efecto en el comercio y servicios de la ciudad, bien por medio de la amenaza o por lo que significa el recorte de salario por huelga en los salarios más bajos y precarios. En este sector el paro fue menor, si bien la participación de cientos de miles de jóvenes en las manifestaciones de la tarde expresaban cómo muchos de estos trabajadores se quisieron sumar así a la jornada de protesta.
También cientos de miles de parados participaron tanto en las manifestaciones como en los piquetes de los polígonos y barrios; que a primera hora del día bloquearon los accesos a las ciudades y fueron ocupando las calles para ayudar a los trabajadores de comercios, supermercados y tiendas a poder cerrar y sumarse a la huelga.
La juventud indignada y el movimiento estudiantil confluyó con la clase trabajadora
La mayor novedad del 29M, que hizo que la jornada rebasase con creces la huelga general, fue la confluencia de los trabajadores con sectores de jóvenes del 15M y el movimiento estudiantil que viene recomponiéndose en este curso. Miles de jóvenes estuvieron desde primera hora de la noche recorriendo los barrios, siliconeando empresas, cortando los accesos a la ciudad por la mañana, participando de piquetes obreros como los de los Merca o los transportes... En las facultades también se unieron con el PDI, el PAS y los trabajadores subcontratados para que permanecieran cerradas.
Pero la confluencia mayor se vio por la tarde en las masivas manifestaciones que desbordaron las calles de todas las ciudades. Más de 3 millones de manifestantes, 900.000 en Madrid, 800.000 en Barcelona, 250.000 en Valencia, 90.000 en Zaragoza... las mayores manifestaciones sindicales desde la histórica huelga del 14D del año 1988 que derrotó la primera gran ofensiva neoliberal del PSOE, solo comparables en magnitud con las protestas contra la Guerra de Iraq en 2003.
En Barcelona esta confluencia fue explosiva. La juventud sin miedo no se resignó a tener que recibir palazos y pelotazos de los Mossos d´Escuadra. Desde la mañana hasta la noche se fue resistiendo con cada vez mayor contundencia. Por la tarde la represión policial empezó a ser respondida con barricadas y piedras en múltiples puntos del centro, especialmente en Plaza Catalunya. Hasta Felip Puig ha tenido que reconocer que ya no se trataba de los “cientos de siempre”, sino que esta vez se sumaron miles de jóvenes a los combates.
Además de esto, más de 100.000 personas, sobre todo indignados y trabajadores que habían acudido a la manifestación de la izquierda sindical y a la de CCOO y UGT, estuvieron arropando, aplaudiendo y apoyando a estos jóvenes.
El 29M, por medio de la huelga general y la movilización masiva la clase trabajadora pudo golpear como un sólo puño. Los trabajadores fijos, los de ETT, temporales, de subcontrata, los parados, los sin papeles e inmigrantes, los jóvenes precarios... lo pudimos hacer en unión con todos los sectores populares golpeados por la crisis, como los estudiantes, los usuarios y vecinos que luchan por la sanidad pública, los afectados por la hipoteca, los estafados por la banca... Una unidad de todos los explotados encabezada por la clase trabajadora, que demostró en esta jornada el potencial que tendría si logramos hacerla permanente y desarrollarla hasta el final para derrotar a los capitalistas y sus Gobiernos de turno.
La política por la que peleamos desde Clase contra Clase en el 15M y en el movimiento estudiantil, la de que la juventud busque construir y soldar la unidad con la clase trabajadora organizada, que se expresó en las “expediciones a las empresas”, está en mejores condiciones ahora para poder generalizarse. También el que los trabajadores más organizados, con más derechos... se den cuenta de que deben unirse a los jóvenes y a los sectores más explotados de la clase, asumiendo sus reivindicaciones como propias, ayudándoles a enfrentar a la patronal, a organizarse en sus centros de trabajo...
El Gobierno responde redoblando el ataque y la represión
La respuesta del Gobierno central y el catalán ha sido la de incrementar la ofensiva desde todos los frentes. Por un lado Rajoy ha dejado claro que no piensa tocar ni una coma sustancial de la Reforma Laboral, liquidar los convenios, los derechos adquiridos y bajar los salarios brutalmente es un objetivo irrenunciable para él y los suyos, los empresarios y la banca. Pero además al día siguiente presentaba un recorte del gasto público totalmente draconiano, de cerca de 30.000 millones de euros.
Un recorte del 17% de los Presupuestos que afectará especialmente a la educación y la sanidad, que promete elevar las tasas universitarias hasta convertir la universidad en una escuela de élites, degradar aún más la escuela pública y los hospitales, -como ya está sucediendo en Catalunya-, y que deja pendientes de un hilo las pensiones y prestaciones por desempleo. Mientras tanto a los empresarios defraudadores les concede una “amnistía fiscal” eximiéndoles de cualquier sanción por los fraudes a Hacienda que hayan cometido y un tipo del 10% para el dinero negro que quieran blanquear, muy por debajo del tipo que pagan un asalariado medio.
Pero además la ofensiva represiva contra los luchadores se está endureciendo aceleradamente. Lo hemos visto a lo largo de toda la jornada de huelga por todo el Estado.
La Policía Nacional se enfrentó con todos sus medios a los piquetes, incluso cuando eran solamente informativos, con identificaciones, cacheos y por supuesto cargas y detenciones arbitrarias.
Las ciudades de todo el Estado amanecieron militarizadas, con 110.000 efectivos y todos los medios disponibles desde helicópteros hasta la caballería. En total se han efectuado más de 180 detenciones, centenares de identificaciones para imponer multas y centenares de heridos.
El Ministro del Interior llevaba ya semanas amenazando y desde que asumió el cargo ya dejó claro que su prioridad iba a ser mantener su “paz social” a fuerza de porra. La Ertxaina y la Policía Foral Navarra también hizo lo propio cargando contra trabajadores y jóvenes y llegando a detener a 8 menores de edad en Pamplona.
Y quien sin duda se llevó la palma fueron nuevamente los Mossos d’ Escuadra que desde la noche del 28 estuvieron acosando y cargando contra piquetes y haciendo más de 70 detenciones en Catalunya, 50 de ellas en Barcelona.
Ante la resistencia masiva en las calles durante la tarde no dudaron en arremeter con gases lacrimógenos, algo que no ocurría desde hace 16 años, y disparando miles de pelotas de goma que dejaron decenas de heridos, varios con brechas de importancia y uno habiendo perdido un ojo.
Por si fuera poco ya son muchas las voces, desde el Ministro del Interior hasta el Conseller de Interior de la Generalitat, que hablan de endurecer el Código Penal para los delitos de desórdenes públicos, desobediencia y resistencia a la autoridad, los cargos que suelen imputar automáticamente a los detenidos en manifestaciones. Incluso el PP de Barcelona pide que se aplique la Ley Antiterrorista a los detenidos. Quieren que no se queden en multas, sino que acarreen penas de cárcel. Y de hecho en Barcelona ya están empezando a aplicar esta doctrina, encarcelando en prisión preventiva a tres estudiantes detenidos durante el 29M.
Es la primera vez en décadas que unos detenidos en manifestación pasan directamente a la prisión, salvo en el caso de los luchadores vascos a los que en muchas ocasiones se les aplica la Ley Antiterrorista.
La burocracia sindical permanece en la senda de la “negociación”
Ni el abrumador éxito de la protesta, ni la posición del Gobierno inflexible en sus objetivos y cada vez más represor, han hecho que Toxo y Méndez se muevan de su vergonzosa posición de “suplicar” diálogo para “mejorar” la Reforma Laboral.
De momento pretende dejar en el congelador la protesta hasta el 1 de mayo, lo cual sólo puede servir para enfriar los ánimos y dejar pasar el impulso que el éxito del 29M puede dar para fortalecer y extender la organización de los trabajadores en las empresas, los parados, la juventud... Dicen que es para que el Gobierno “se piense” si quiere negociar, pero ¿acaso no ha dejado ya claro que su intención es la contraria? Redoblar la apuesta. Los trabajadores deberíamos prepararnos para responder por lo menos con esta misma intención.
La izquierda sindical ha mantenido una política sectaria de no querer “mezclar” sus manifestaciones y piquetes con los de CCOO y UGT, evitando así que los trabajadores de base de todas las centrales pudiéramos confluir en la lucha y los más combativos poder influir sobre los que aún confían en la política de Toxo y Méndez.
Las manifestaciones de la izquierda sindical han sido históricas, decenas de miles en todas las ciudades. Además han atraído a gran parte del movimiento estudiantil y el 15M, muy críticos con las política de las direcciones de CCOO y UGT.
Probablemente empiecen a haber sectores de las bases de estos grandes sindicatos que empiecen a cuestionar, paulatinamente, de la política de estos dirigentes vendidos, y que ya no soporten que su lucha sea conducida que van a conducir la lucha a un callejón sin salida.
De hecho, muchos trabajadores afiliados a CCOO, han sido ellos, sobre todo de CCOO, y la pieza clave para que la huelga fuera un éxito, los que más han nutrido los piquetes... y han llegado a confluir en muchos lugares con sectores de la izquierda sindical y la juventud más combativa. También fue en Barcelona donde esto se dio de una manera más clara a pesar de que los dirigentes de la izquierda sindical mantuvieron una línea “alternativista” de querer marchar de forma separada.
Cuando el punto de concentración de la manifestación alternativa, Plaza Catalunya, fue atacado por los Mossos, a la defensa con barricadas y piedras que llevaron adelante jóvenes combativos se fueron sumando miles de trabajadores de base de CCOO y UGT que bajaban por el Passeig de Gracia.
Esta confluencia es lo que más preocupa a la patronal y el Gobierno, y también a la burocracia sindical. Que los trabajadores que hoy por hoy tienen las palancas para parar el país, que son mayoritariamente los que se organizan o votan a CCOO y UGT, se sumen a la juventud radicalizada, les pone los pelos de punta.
Fortalecer la organización de los trabajadores y la juventud hasta tumbar los ajustes y la represión
El 29M ha sido un gran paso adelante, una primera acción contundente de la clase trabajadora y la juventud. Para lograr derrotar al Gobierno y la patronal debemos continuar, fortaleciendo la organización en los centros de trabajo y estudio, la unidad de todos los sectores obreros y de los trabajadores con los estudiantes y otros sectores populares. El 29M nos puede marcar cuál debe ser el camino, y el 30M nos está marcando cual es la actitud del enemigo, redoblar la ofensiva de ataques y represión.
Es necesario empezar a discutir e imponer un verdadero plan de lucha hasta el final, no para negociar como nos quieren machacar, sino para tirar atrás todos los ajustes que promueve el PP en consonancia con la UE, el BCE y el FMI.
Para ellos hay que derrotar la política de las actuales direcciones sindicales, que los trabajadores podamos recuperar nuestras organizaciones de clase para el combate, independizarlas del Estado capitalista y sus políticos, y que pasen a defender al conjunto de los trabajadores, también los precarios, en negro y parados, que hoy por hoy la burocracia sindical ni organiza ni defiende.
A esta tarea estamos llamados todos los trabajadores, independientemente de nuestra afiliación sindical o situación laboral, y la unidad con la juventud es un valor que nos puede fortalecer. Hay que buscar y fomentar la confluencia de la izquierda sindical con los sectores de base de CCOO y UGT, desterrando todas las políticas
sectarias, así como las que plantean la unidad sin crítica a los Toxo y Méndez de turno.
Debemos pelear porque los sectores más organizados y con mejores condiciones de la clase asuman las reivindicaciones de los más explotados, los jóvenes, los inmigrantes, las mujeres trabajadoras... suelden así la unidad de las filas obreras. Y también por desarrollar la unidad obrero-estudiantil que hemos visto estos días en piquetes y manifestaciones.
Todos los luchadores debemos promover asambleas en los centros de estudio y trabajo, que sean los organismos donde empecemos a discutir cómo derrotamos al Gobierno y cómo logramos imponer una hoja de ruta alternativa, de clase y de combate a la política de las actuales direcciones sindicales.
Al mismo tiempo la ofensiva represiva que se está recrudeciendo nos obliga a levantar una gran campaña unitaria en defensa de todos los luchadores, por la libertad y absolución de todos los detenidos, especialmente los que ya se encuentran en prisión.
Hay que llamar a todos los sindicatos, organizaciones de derechos humanos, partidos y grupos políticos de izquierda, intelectuales... a poner en pie un vasto movimiento democrático que enfrente con acciones, cajas de resistencia, abogados... la creciente represión que nos quieren imponer.
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