Caribe
Guadalupe: la huelga general continúa y se extiende a otras colonias francesas
25 Feb 2009
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Jueves 12 de febrero de 2009
Desde el 20 de enero la isla de Guadalupe, un Departamento del Ultramar francés (DOM, nuevo nombre para designar las viejas colonias francesas), se encuentra paralizada por una huelga general. Las manifestaciones están siendo lideradas por el LKP (Colectivo Contra la Explotación) que surgió de la unión de más de 40 organizaciones sindicales, asociativas y políticas. Entre las principales reivindicaciones encontramos un aumento neto por mes de 200 euros de los salarios mas bajos, una reducción de 0,50 euros del precio del combustible, una baja del IVA para los productos de consumo popular, etc..
En Guadalupe, los grandes centros de distribución se encuentran cerrados o bloqueados por piquetes de huelga, conseguir gasolina es casi imposible, la industria hotelera, en plena temporada, está siendo muy afectada, la administración pública y la agricultura paralizadas. Sin embargo, la huelga cuenta con el apoyo de la gran mayoría de la población y desde hace tres semanas las manifestaciones son masivas, “el equivalente a manifestaciones de 6 millones de personas en la metrópolis” (Le Monde, 9/2/09). La magnitud de la huelga es tal que el “efecto de contagio” ya se hace sentir en los DOM cercanos: Martinica (otra isla francesa) se encuentra paralizada y acciones de bloqueo a supermercados se desarrollan desde el 5/02, día en que se decretó la huelga general y en que entre 15 mil y 20 mil persones manifestaron en las calles de Fort-de-France, la capital de la isla; en Guyana francesa un movimiento similar estaría iniciándose. Igualmente, los antillanos que viven en París han organizado, el 31/01, una manifestación en apoyo al LKP que reunió, según los organizadores, entre 700 y 800 personas.
Por su parte, el secretario de Estado encargado del Ultramar, Yves Jégo, sólo se hizo presente en la isla diez días después de comenzado el conflicto. Desde el principio, éste no hizo más que denunciar “ciertas provocaciones inaceptables” y “ataques intolerables al Estado de Derecho” de parte de los manifestantes, intentando demonizar la protesta, y anunciar propuestas totalmente insuficientes como una prima única de 200 euros a partir del mes de abril a los 40 mil hogares guadalupeños que perciben los salarios más bajos… y, como no podía ser de otro modo, exoneraciones de impuestos para los patrones para “permitir el aumento inmediato de los salarios bajos”. Es así que el domingo 8/02, luego de 21 horas seguidas de negociaciones infructuosas con los representantes del LKP, el secretario de Estado sorpresivamente tomó un vuelo a París, para, según él, “negociar” con el primer ministro F. Fillon. Esta noticia fue muy mal recibida por los huelguistas que salieron espontáneamente a las calles de Pointe-á-Pitre a manifestar su repudio a la actitud que, según ellos, es de desprecio. Si bien la llegada del secretario de Estado fue apreciada en un primer momento, ahora parece haber profundizado el descontento.
Por otra parte, la patronal, reunida en el “Movimiento de los Empresarios de Guadalupe”, respondió cínicamente en un comunicado a la demanda por parte de los trabajadores de un aumento neto de 200 euros por mes de los salarios diciendo que “todos los asalariados que quieran ganar 200 euros netos de más podrán hacerlo en base del voluntariado y de un contingente de horas extras” [1]. Nada más y nada menos que: ¡“trabajar más para ganar más”, la fórmula preferida de N. Sarkozy en sus tiempos de candidato presidencial! Al mismo tiempo, ciertos sectores de la patronal, impacientes ante la firmeza de los huelguistas, lamentan la ausencia de fuerzas del orden. En este sentido tenemos que decir que la protesta se desarrolla, hasta el momento, sin grandes sucesos de violencia.
Es necesario remarcar el silencio de los medios de comunicación franceses metropolitanos así como el de las autoridades políticas. En efecto, recién en la segunda semana de conflicto los medios metropolitanos comenzaron a cubrir más seriamente los hechos de la isla y en muchos casos para demonizar a los huelguistas. Por su parte, el presidente N. Sarkozy, en su “gran oral televisado” del 5/02 (como lo bautizaron los periodistas) ante la crisis económica y la huelga del 29/01, no dijo ni una palabra sobre el conflicto en Guadalupe y en Martinica. Este silencio se podría explicar, por un lado, por el desprecio por parte de las clases dominantes de la metrópoli hacia los habitantes de los territorios coloniales franceses y, por otro lado, por el miedo al contagio en la metrópoli de la tenacidad de la huelga en aquellos territorios. Si tenemos en cuenta la magnitud de la huelga general del 29/01 en la metrópoli, este miedo está más que justificado.
En fin, esta lucha decidida de los trabajadores y de las masas explotadas de colonias del imperialismo francés, como son Guadalupe y Martinica, ha comenzado a reavivar algunas cuestiones ligadas a la opresión nacional y étnica. Estas intrigas se pueden observar en los gritos de “Martinica es nuestra, no de ellos” de algunos manifestantes, en lo que constata un articulo sobre la manifestación de París en apoyo al LKP en el que se afirma que, ante el silencio del gobierno con respecto a la huelga, los manifestantes antillanos llegaron a la conclusión de que “el gobierno francés desprecia a los guadalupeños y los considera solamente como franceses enteramente aparte” [2], en la exigencia por parte del LKP para que se tenga en cuenta la lengua (el créole) y la cultura guadalupeñas en los medios de comunicación y en la denuncia de la concentración en manos de los “béké” (descendientes blancos de los colonos) de los sectores determinantes de la economía. Con esto no queremos decir de ninguna manera que el actual movimiento huelguístico en Guadalupe sea un movimiento independentista; solo queremos destacar que estas cuestiones están latentes en la población de un territorio ocupado desde el siglo XVII y poblado artificialmente con una pueblo esclavo traído de África para satisfacer las ambiciones económicas de la elite de la metrópoli. El deber de los revolucionarios y de los trabajadores de la metrópoli es luchar antes que nada contra el imperialismo propio, es por eso que deben rodear de solidaridad a los trabajadores en huelga en las colonias francesas y mas que nunca seguir el ejemplo de éstos para hacer efectivas sus propias reivindicaciones y para que la crisis la paguen los capitalistas.
[1] « Réponses des socioprofessionnels réunis en Mouvement des Entrepreneurs de Guadalupe aux revendications de LKP », versión del 2/02.
[2] CaribCreole1.com, http://www.caribcreole1.com/news/france/1,918,01-02-2009-lkp-sur-seine-le-soutien-s-organise-.html.
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