Bolivia

Impulsar la más amplia movilización obrera, campesina y popular

31 Jan 2007   |   comentários

El anuncio del prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, ex socio del masacrador Goñi, de convocar unilateralmente a un referéndum por la autonomía, se convirtió en una provocación contra los movimientos sociales, abriendo la crisis nacional con epicentro en Cochabamba.

La quema de la prefectura, la brutal represión, el amague de amotinamiento de la policía, que hizo retroceder al gobierno en la destitución del comandante departamental, y la creciente polarización política que se manifiesta en los bloqueos de caminos y movilizaciones de campesinos y regantes, junto a los reaccionarias movilizaciones del comité cívico de Cochabamba y su llamado a un paro cívico indefinido, amenazan extender a nivel nacional estos enfrentamientos. Esta crisis tiene como telón de fondo el empantanamiento, que ha puesto al borde del fracaso a la Constituyente, pese a sus desesperados intentos de Evo Morales por lograr algún tipo de consenso con los representantes de los partidos tradicionales, lo que podría llevar, como reconoció el senador de PODEMOS Carlos Börth, a un estallido de movimientos sociales de consecuencias impredecibles.

El fracaso de la política de “consensos”

¿Cómo fue que los partidos tradicionales que estaban destruidos y que no tenían ningún apoyo social luego de los levantamientos de octubre y junio han llegado a tanto? El MAS facilitó el envalentonamiento de la derecha con su política de conciliación permanente. Pactando el referéndum autonómico en el 2005, que le daba garantías a la clase dominante, y en particular a la burguesía cruceña, para que pudiera avanzara con su proyecto autonomista. Posteriormente, el gobierno pactó una ley de convocatoria a la asamblea constituyente que garantizaba la sobrevida de los partidos tradicionales y excluía a importantes sectores de los trabajadores, campesinos y pueblos originarios, y le otorgaba a la burguesía un candado con los dos tercios para aprobar el texto de la Constitución. Estas concesiones políticas vinieron acompañadas de medidas económicas que bajo un discurso nacionalista, garantizan la propiedad y los intereses de las transnacionales y los grandes propietarios, como los contratos petroleros o la modificación de la Ley INRA que preserva la gran propiedad rural y posterga la demanda de una real reforma agraria.
Mientras tanto, el MAS recreaba ilusiones en el movimiento de masas con algunas tibias concesiones formales. Fue en este marco que reprimió al movimiento sin tierra en Oruro y los cocaleros en yungas de Vandiola e impulsó en Huanuni, a través de los cooperativistas, una salvaje ofensiva contra los mineros asalariados. La política del gobierno de Morales llevó a esta situación, donde la reacción burguesa pasa a la ofensiva. Lamentablemente, la COB apoya la política de conciliación del MAS, se negó a impulsar la intervención independiente de los trabajadores.

Sin embargo, sólo la movilización general de los trabajadores, campesinos, pueblos originarios y sectores populares, sin depositar ninguna confianza en el gobierno y sus permanentes llamados a la calma para negociar con los cívicos, los prefectos y los partidos de la derecha, puede derrotar esa ofensiva reaccionaria.
¡Aplastar la ofensiva reaccionaria extendiendo la movilización!
¡Abajo Reyes Villa! Viva la movilización de los campesinos, trabajadores, y del pueblo pobre cochabam-bino contra sus maniobras y ataques al servicio de la reacción! Frente a los intentos de generalizar la ofensiva reaccionaria, es necesario extender esta movilización a todo el país. Hay que recuperar la experiencia de autoorganización democrática para la lucha que permitió vencer en la guerra del agua del 2000, poniendo en pie ya una verdadera asamblea obrera y popular departamental, con delegados de base y con mandato de sus asambleas de todos los sectores, para preparar la huelga general política en el departamento, con movilización y bloqueo de caminos, empezando por derrotar a Reyes Villa, imponer el conjunto de las demandas del pueblo cochabambino, e iniciar la contraofensiva obrera , campesina y popular a nivel nacional.

Para enfrentar las provocaciones será necesario impulsar comités de autodefensa que garanticen la seguridad de los trabajadores. Los socialistas revolucionarios no creemos que la actual Constituyente pueda responder a las expectativas populares ni resolver ninguno de los grandes problemas nacionales, pero llamamos a los trabajadores y campesinos a defender con la acción sus elementales derechos democráticos contra la conspiración reaccionaria, así como imponer sus demandas: nacionalización de los recursos naturales y empresas capitalizadas, tierra y territorio, trabajo y salario digno, salud y educación, etc. En este camino, es urgente imponer que la COB, CODes, y CORes, rompan con la política de conciliación del MAS y convoquen a un gran encuentro campesino- obrero y popular con delegados revocables y elegidos en asamblea para discutir como aplastar la ofensiva burguesa y para imponer el conjunto de las demandas obreras y populares.









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