LEAR Y DONNELLEY, UNA SOLA BANDERA: "FAMILIAS EN LA CALLE NUNCA MÁS

15 Aug 2014   |   comentários

Sábado de madrugada. Los trabajadores vigilamos la planta, hacemos guardias, damos vueltas, controlamos sus movimientos, nos mandamos mensajes. Desde hace semanas, los vigilamos atentamente. Sabemos que la patronal yanqui maniobra todo el tiempo: los alambres de púa, las rejas en puertas y ventanas, el intento de sacar la materia prima impedida por los obreros, el desvío de la producción a otros talleres. Todos intentos de amedrentarnos, dividirnos, crear un clima de terror.

Pero los trabajadores cada vez fuimos participando más de las acciones, los bloqueos a otras imprentas, pasando por la fábrica a conocer las novedades. Dijimos “familias en la calle, nunca más”, y lo llevamos adelante.

Sábado de madrugada. Los rumores comienzan a circular más fuerte.

Administrativos y parte del personal comienzan a difundir que el lunes no abre, que Donnelley se va del país. Lejos de asustarnos nos fortalecemos y pasamos todo el domingo discutiendo cómo actuar. Conocemos a estos buitres, por eso evaluamos todas las posibilidades.

A pesar de la brutalidad de esta multinacional norteamericana, el lunes a partir de las 5 AM aguardamos pacientes en la puerta, a la vera de la Panamericana que tantas veces pisamos por nuestros reclamos o apoyando a los obreros de Kraft, de Lear, o en los paros del 20N y el 10A. Con una simple nota, pegada sobre el portón cerrado, Donnelley explica que se va del país dejando a 400 familias en la calle, y que reclamemos ante el juez de la quiebra por nuestra indemnización. La miseria de estos capitalistas que no dan la cara nos calienta la sangre en medio de la helada. Pero nuestra cabeza está fría. Esperamos a la asamblea de las 7 AM donde participamos más de 300 obreros.

Nuestra organización es fuerte. Intervenimos discutiendo que no permitiríamos este cierre, que si los patrones (buitres) se van nosotros nos haremos cargo de Donnelley.

¿Quién mejor que nosotros para llevarlo adelante? La conducción del sindicato se hace presente. Le habíamos arrancado un compromiso de impedir que en los talleres gráficos se impriman los productos que realiza Donnelley y le habíamos exigido un paro general si había despidos. Los bloqueos se hicieron pero el paro no llegó cuando vinieron los despidos, algo que muchos compañeros le exigieron cuando se acercó el sindicato a la asamblea.

Debates y acciones

El Ministerio de Trabajo de la Provincia convoca a una audiencia en La Plata. Votamos aguardar la respuesta del Ministerio de Trabajo ante la denuncia que haría el sindicato. Ninguna confianza tenemos hacia éstos. Los conocemos bien de Kraft, de Lear y de Gestamp. Sabemos cómo actúan y para qué lado juegan. Pero también sabemos que la ilegalidad con que se mueve la empresa es indudable y queremos aprovecharnos de eso.

Audiencia a las 16 horas en La Plata. ¿Debíamos los trabajadores ingresar antes de la audiencia a la planta abandonada? ¿Qué hacer? El debate recorre todo el activismo, que discute acaloradamente todas las alternativas. Son nuestros puestos de trabajo los que están en juego, nuestro sustento. La Comisión de Mujeres es parte del debate, mientras pinta los carteles denunciando al gerente Vergara, el mismo al que habían escrachado días atrás en su acomodado Country nuestras compañeras e hijos.

El cierre de Donnelley era transmitido por “cadena nacional”, mientras la Gendarmería a cargo de “Robben” López Torales, se apostaba junto a la Panamericana. Dividido, sólo por un par de votos, se decidió esperar hasta después de la audiencia para seguir discutiendo.

Los abogados de la patronal no supieron explicar absolutamente nada. La ilegalidad de la multinacional es indefendible hasta por los mismos abogados, que dicen que perdieron el contacto con la empresa. Nos avisan que la empresa había pedido su propia quiebra. Inédito que una multinacional como Donnelley, la principal gráfica del mundo, pida su propia quiebra. No nos amedrenta la quiebra, ni la “desaparición” de la empresa. El Ministerio de Trabajo se ve obligado a dictar la conciliación obligatoria. Christian Castillo, diputado del PTS en el FIT y Funes del FPV estuvieron acompañándonos.

Más de 300 obreros discutimos a la vuelta. A las 22.30 todos levantamos las manos, hay unanimidad. Debemos ingresar. Esperaremos hasta las 6 AM a que el Ministerio de Trabajo constate el incumplimiento de la empresa. Sabíamos qué debíamos hacer, a dónde ir, cómo hacerlo. Nos preparamos para ello. Una y mil veces fue discutido como una alternativa ante los despidos, o ante un cierre. Durante el día habían pasado los compañeros de otras gráficas como PrintPack, World Color, AGR, Morvillo, IPESA, Cedinsa y los compañeros de Lear, Kraft, Fate, Gestamp, entre otros. Cómo no iban a pasar, si estuvimos en cada lucha que ellos estuvieron. La asamblea terminó contando el último parte médico de nuestro compañero “Pollo”, que se encuentra internado luego de sufrir un accidente brutal con grandes quemaduras. La lucha de Donnelley es la lucha del Pollo, como la lucha del Pollo es la lucha de todos los trabajadores de Donnelley.

Con la cabeza alta, y a prender las máquinas

El martes a las 6 AM los buitres siguen sin aparecer por la puerta. El ministerio constata el incumplimiento de la empresa. Los trabajadores nos juntamos en la puerta 7.40 AM y a llevar adelante la resolución votada horas antes. Mientras tanto, más de 40 compañeros ya habían ingresado a la planta, vigilada por una empresa de seguridad. Terminamos la asamblea y resolvemos ingresar. Los compañeros nos abren la puerta principal. Sabemos que en nuestra historia de años de lucha, ese momento marca una nueva etapa. Sin el patrón mirándonos, ingresamos con la cabeza alta y recorremos la planta que los yanquis abandonaron.

Dos horas nos bastaron para acomodarnos y discutir. “Si los patrones no quieren producir lo vamos a hacer nosotros”. Nos ponemos en nuestros puestos de trabajo y dividimos tareas para llevar adelante. Las primeras líneas comienzan a funcionar a las 10 AM del martes. “No necesitamos de los gerentes para funcionar”, repetimos en los medios. No permitiríamos que nuestras familias pasen hambre. Comenzamos a contactar a los clientes que la empresa abandonó. “Somos los trabajadores de Donnelley, la empresa se fue y pusimos en funcionamiento la planta, queremos que sigan trayendo el trabajo aquí”. En horas de la tarde ya tenemos los primeros productos terminados, entre ellos la revista Gente, Para Ti y Billiken de la editorial Atlántida.

La justicia comercial decreta en tiempo record la fraudulenta quiebra de Donnelley y designa un síndico. Todos desconfiamos de ella como del ministerio y del Gobierno. Sabemos que nuestra lucha enfrentará grandes y poderosos enemigos. Pero sabemos que contamos con aquello por lo que peleamos durante años: una fuerte organización y una coordinación con otros sectores en lucha. Inmediatamente nos juntamos con los compañeros y la compañeras de Lear con su histórica lucha y resolvemos convocar a un Encuentro este sábado 16, para discutir un plan de lucha. Y además contamos con la experiencia de los compañeros de Zanon, gran escuela de lucha si las hay en el mundo por el control obrero y la estatización.

En el corazón industrial de la Zona Norte nos levantamos. Allí, frente a uno de los máximos símbolos del capitalismo, la fábrica Ford. Por la estatización y gestión obrera lucharemos. Queremos que el estado expropie la fábrica y que se haga cargo de la empresa que los trabajadores nos proponemos gestionar. Nuestro objetivo no es una cooperativa donde dependeríamos de los vaivenes del mercado. Queremos ser trabajadores que cobramos un salario y sabemos que una fábrica así podría ponerse realmente al servicio del pueblo. Esto se lo planteamos al ministro Tomada el miércoles en el ministerio, siendo absolutamente falso lo que plantean los medios afines al gobierno que queremos inversores. Estatización y gestión obrera. Por esto luchamos. El Diputado Provincial del PTS Christian Castillo ya presentó por esto el proyecto de expropiación de la fábrica.

Para dar esta pelea seguimos planteando la necesidad de que el sindicato llame a un paro de todo el gremio con movilización de los miles de gráficos de CABA y la PBA para imponerla. Dijimos que “familias en la calle nunca más”. Y así lo vamos a llevar adelante. Una nueva etapa comienza para los trabajadores de Donnelley. Son días de lucha, son días históricos para nosotros.









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