La Organización Política del Pueblo y los Trabajadores ante las elecciones

20 Feb 2012   |   comentários

La declaración de la OPT –encabezada por los compañeros del SME–, sobre la coyuntura electoral y la participación de los trabajadores en la misma, plantea una serie de definiciones y objetivos que llevan a confirmar un temor que desde la LTS planteamos en los inicios de este proyecto en torno a su indefinición respecto a los partidos patronales, lo cual abrió el camino a la actual subordinación política a uno de sus candidatos.
Por eso, es importante debatir sobre la estrategia y la táctica de esta fuerza político-social que, se pretende construir como alternativa para los que resisten la embestida del gobierno y los patrones. Lejos de cualquier prejuicio “anarquista” o “anti-electoral”, queremos contribuir a la discusión que en la izquierda ha abierto el apoyo electoral del SME y la OPT a AMLO.

Primeramente, es necesario preguntarse –al leer la política electoral señalada en el Plan político acordado en su Congreso de fundación–, qué quiere decir: “luchar por un gobierno desde las batallas reales”. ¿Quiere decir esto que el terreno electoral es el espacio preferente (real) donde los trabajadores deben de enfrentar las fuerzas de los capitalistas? ¿Que su estrategia debe aspirar a ser una fuerza electoral que, ganando posiciones en el mismo régimen, pueda transformarlo desde adentro?

Desde luego que los trabajadores debemos aprovechar todos los resquicios que el régimen permite, como es el postular candidatos obreros a puestos de elección popular y hacer propaganda anticapitalista en la tribuna del Congreso de la Unión, en tanto todavía vivamos en una época de parlamentarismo burgués. Pero tenemos que decir que ése no es el terreno central de lucha del movimiento obrero, que es la movilización en las calles contra los capitalistas y sus planes. La participación electoral de los trabajadores debe hacerse bajo una perspectiva estratégica de lucha contra el capitalismo y con una ubicación independiente de todas las alas del régimen político.

El pacto de la OPT con AMLO

Lejos de ello, la dirección del SME firmó un pacto con Andrés Manuel López Obrador) para que sus agremiados y la OPT hagan campaña y voten por el político perredista que expresa a un sector de la burguesía “no oligárquica” y, que hace años mantiene un acuerdo con políticos y partidos patronales. Esta táctica electoral, que podrá ser justificada por muchos “izquierdistas” bajo la idea de que no hay condiciones para que la OPT participe sola en las elecciones, aparece como estrategia cuando la OPT afirma que es necesario hacer una alianza con los partidos “liberales progresistas” (burgueses) que apoyan a AMLO para lograr “una nueva hegemonía nacional popular” que desplace del poder a los sectores oligárquicos y reaccionarios.

Esta nueva hegemonía se expresaría como un bloque opositor que abarcaría a todos aquellos que estén en contra de los “neoliberales”, y estaría integrado por representantes de las distintas clases sociales; es decir, sería pluriclasista. Según la dirección del SME, este bloque lucharía por la liberación nacional y la emancipación social en base a un programa anti-oligárquico y antimperialista de salvación nacional.
Sin embargo, esto implica un acuerdo con un carácter de colaboración de clases, donde las medidas progresivas parciales que pueda levantar la OPT estarían subordinadas a las direcciones patronales que integrarían y hegemonizarán ese bloque opositor. Ya la historia ha demostrado que, cuando la clase obrera –a través de sus partidos– ha hecho acuerdos con la burguesía “progresista” y “democrática” (lo que muchos llaman los “liberales progresistas”) los trabajadores terminan subordinados a los intereses antagónicos de sus aliados “tácticos”.

El mejor ejemplo lo tenemos en la Revolución Española de los años treinta, donde el estalinismo colaboró con la burguesía antifranquista subordinándose al programa y la estrategia de los republicanos, y junto con ellos impidió el desarrollo de la dinámica socialista que mostraba esa Revolución, como la mejor forma de resolver las tareas democráticas allí planteadas.

Por esto los pronunciamientos de la OPT de resolver la “crisis nacional” propia del capitalismo, mediante la subordinación a un político del régimen van en contra de impulsar una estrategia revolucionaria. Desde la LTS creemos que, más allá de las medidas puntuales que AMLO dice que tomará para responder a algunas de las demandas populares, los sectores “no oligárquicos” o “liberal-progresistas” no van a impulsar la ruptura de las cadenas imperialistas, la única manera de lograr la independencia efectiva de EE.UU.
En esta etapa de gran crisis capitalista mundial, una salida favorable a los trabajadores sólo puede ser obra de la clase obrera agrupada en organizaciones que se propongan terminar con el régimen y Estado de los capitalistas. Lamentablemente, el SME desechó la posibilidad de construir una verdadera organización de los trabajadores, independiente de los partidos patronales.


La renuncia a la independencia de clase

Al final, la OPT afirma que al entrar en una alianza electoral con el PRD, el MORENA, y el Movimiento Ciudadano, no pierde su identidad. ¿Pero es que se puede hacer un frente con partidos patronales como ex Convergencia y el PRD y mantener la “propia identidad”? Cuando un sindicato o una organización que se reclame de izquierda acuerda hacer un frente electoral con sectores de la burguesía, no puede decir que es clasista o que “no pierde su identidad”. Más bien adquiere una nueva identidad, pero no es la que puede ser clave para nuclear a la clase trabajadora para luchar unidos contra la barbarie capitalista.
Desde el momento en que la dirección del SME planteó la posibilidad de formar una fuerza política y social de los trabajadores (inicialmente fue Partido de Trabajadores), desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo saludamos la iniciativa y acudimos al llamado para avanzar en la definición del carácter y programa de lo que hoy es la OPT. Pero desde un principio le señalamos a la dirección electricista y a las organizaciones de la izquierda que impulsaron este proyecto, nuestra divergencia con su negativa a pronunciarse sobre el necesario carácter independiente que debería esta fuerza política basada en una organización sindical como el SME.
Hoy, lamentablemente se confirma que, lejos de las declaraciones previas al Congreso fundacional, la OPT termina siendo un aparato electoral al servicio de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador.









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