La caravana a Ciudad Juárez: un paso hacia un movimiento nacional contra la militarización !Fuera ejército de las calles, abajo el Plan Mérida!
13 Jun 2011
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El 10 de junio llegó a las instalaciones de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad –encabezada por el poeta Javier Sicilia y la Red por la Paz y la Justicia del estado de Morelos– para la discusión del Pacto Nacional Ciudadano (sobre la base de la discusión de los 6 puntos expuestos en la movilización del 8 de mayo en el Zócalo de la ciudad de México.
Aquí se respira la muerte: Cd. Juárez
La llamada Caravana por la Dignidad recorrió por lo menos 10 ciudades dentro de 7 estados del norte de la república hasta el arribo al epicentro de la violencia del país Cd. Juárez. En esta ciudad del estado de Chihuahua participamos de importantes acciones. El arribo de la caravana a Cd. Juárez el día 9 de junio causó una importante movilización del pueblo de la ciudad más peligrosa del mundo, la frontera con el decadente imperialismo norteamericano. Por unos momentos la ciudad de los feminicidios, la ciudad de la explotación semi- esclava de las maquilas de capital imperialista, de las desapariciones forzadas, de los escuadrones de la muerte fue acompañada por los cientos de luchadores de un movimiento nacional que llevo solidaridad a los familiares de las víctimas que aguardaban con los corazones hinchados de esperanza.
La caravana llegó el día 9, por la noche y el acto político de recepción terminó en la madrugada del día 10, a pesar del temor al hostigamiento de los militares, los federales y los sicarios al servicio de los carteles. Dieciocho camiones que provenían de la Caravana del consuelo fueron recibidos por casi 5 mil personas en Villas de Salvarcar. Los datos son claros, además del poeta Javier Sicilia, la Asamblea Ciudadana juarense clamó con claridad: del año 2004 al 2011 (periodo en el que comenzó la reaccionaria estrategia de “guerra contra el narco”) los asesinatos en Juárez se dispararon en un 500%. Desapariciones forzadas, asesinatos de mujeres trabajadoras de la maquila, aquí en Juárez se respira la muerte. En Villas los asesinatos son cotidianos, los jóvenes son hostigados por los militares todos los días, los paramilitares (escuadrones de la muerte) asesinaron a decenas de jóvenes: aquí Cd. Juárez impera el asesinato a manos de paramilitares, federales y militares.
En Juárez hay dignidad, deseo de justicia y las bases de un gran movimiento nacional contra la militarización
Sin embargo, con esta Caravana llegan alientos para seguir luchando. La caravana retomó Villas de Salvarcar (colonia de Cd. Juárez epicentro de la violencia) en donde el 30 de enero del 2010 fueron asesinados en una fiesta una decena de jóvenes (de entre 15-18 años) por paramilitares (estos son los daños colaterales de los que habla el gobierno de los 40 mil muertos y de los 25 mil desaparecidos).
Se dio la voz a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico y al conjunto de las organizaciones de derechos humanos en ciudad Juárez. Olga Reyes (a ella le han asesinado cuatro familiares, todos ellos luchadores sociales) es una muestra colosal de dignidad, de lucha y de la perdida del miedo al gobierno, a los militares y federales, la Asamblea Ciudadana Juarense –en donde participan un sin numero de organizaciones de derechos humanos, feministas, de defensoría de los derechos de los migrantes, de documentación y de lucha contra las desapariciones forzadas–, decenas de casos testigos de asesinatos impunes en manos de militares y federales, de mujeres desaparecidas, cuyo grito en común fue la integración al Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad con una perspectiva combativa. El documento de la Asamblea de recepción planteo que: la lucha por un Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad sólo puede hacerse en una perspectiva de lucha contra la militarización del país. En Juárez destaca que hay bases de una experiencia previa de organización y de lucha contra la militarización del país.
El 10 de junio en el llamado Campo Algodonero –lugar en el que se siente el asesinato de las miles de muertas de Cd. Juárez y del feminicidio del Estado de Chihuahua– se realizó un acto con la asistencia de 700 personas a la par que realizábamos los trabajos de la discusión del nuevo Pacto Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad.
El Pacto por la paz con justicia y dignidad: la discusión de 9 mesas
El mismo 10 de junio y luego del acto político en el tristemente célebre Campo Algodonero se abrió la discusión de 9 puntos presentados por Javier Sicilia, sus asesores y los organizadores de la Caravana. Esta discusión se dio en la mesas por cada uno de los puntos, en los que se consideraron y discutieron la Justicia para las victimas, el fin de la estrategia de guerra contra el narco y la militarización, la impunidad y corrupción de las instituciones del régimen, sobre las condiciones de vida de la juventud, también la reforma laboral, el desempleo y las condiciones de trabajo, los derechos y la cultura indígena y la situación del campo, así como las formas de organización del movimiento, su carácter e identidad. Las distintas propuestas vertidas en las discusiones de las mesas fueron recogidas por una comisión relatora y presentadas en una plenaria; dicho proceso duró seis horas.
En las mesas de discusión de los diversos puntos participaron los familiares de las víctimas de la militarización y la “guerra contra el narco”, delegados de organizaciones de trabajadores, como el Sindicato Mexicano de Electricistas, el Sindicato de Telefonistas, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, organizaciones sociales, de izquierda, de defensores de derechos humanos, representantes de pueblos indígenas como el wirarika y la Coordinadora Metropolitana Contra la Militarización(COMECOM), de la que formamos parte los jóvenes militantes de la Liga de Trabajadores Por el Socialismo (LTS) y la agrupación ContraCorriente.
En las discusiones dadas en la mesa correspondiente al fin del plan calderonista de guerra contra el narco, desde la LTS dimos una pelea para que la lucha contra la militarización sea por la desmilitarización inmediata del país, planteando que los militares deben estar ya fuera de las calles, como causa primordial de la violencia que hoy afecta a los trabajadores, las mujeres, los migrantes, los jóvenes y el pueblo pobre. Al mismo tiempo que planteamos el legitimo derecho de los trabajadores y el pueblo a organizar su autodefensa y la lucha por la disolución de los cuerpos represivos y paramilitares. Esta pelea se dio frente a aquellas posiciones que consideran que la desmilitarización inmediata es imposible por los niveles de violencia generados por la “guerra entre carteles” y que la policía es incapaz de controlar: olvidan que la militarización del país además de haber desatado la enorme cantidad de asesinatos hoy sufridos en el país, las desapariciones y feminicidios, es parte de una estrategia de lucha contra la protesta, la lucha social y la organización del pueblo y los trabajadores para enfrentar los planes antiobreros y antipopulares del gobierno calderonista; a su vez ignoran que esta misma es parte de los planes del imperialismo estadounidense en toda Latinoamérica para recuperar hegemonía en el contexto de crisis capitalista que azota al mundo. Ante esto denunciamos más claramente esta subordinación del gobierno calderonista al imperialismo yanqui, peleando la necesidad de incorporar el fin de la “cooperación” del gobierno mexicano con el estadounidense y la cancelación del Plan Mérida.
Participamos además de la discusión sobre “la juventud y la reconstrucción del Tejido Social”, en donde planteamos que el documento de la COMECOM abarcó varias de las propuestas previas a nuestra intervención y tuvo una aceptación muy buena entre los asistentes a la mesa 5, se retomaron con más fuerza las demandas que tenían un carácter proobrero, como el aumento salarial de emergencia, en contra de la reforma laboral y el congelamiento de los precios a la canasta básica, por citar algunas, que tuvieron reafirmación en el punto que correspondía a la Reforma Laboral. Así como la lucha por el acceso ala educación y por aumento al presupuesto educativo.
En la discusión relativa a la organización y el carácter del movimiento dimos una pelea porque éste se impulse a través de la conformación de comités de base en escuelas, fábricas, centros de trabajo y estudio, que permitan incorporar a aquellos sectores que vienen sufriendo de la represión y no se encuentran organizados en ningún lugar hasta ahora, y que desde éstos puedan votarse delegados rotativos y revocables que integrarían comités o comisiones de carácter territorial a nivel estatal o regional que permitirían articular un enorme movimiento a nivel nacional en contra de la militarización y sus consecuencias en costo de vidas, desapariciones violaciones a derechos humanos y represión. Peleamos además porque este movimiento tenga un carácter de independencia política de los partidos patronales y figuras políticas del régimen, tratando de que se busque la unidad con los trabajadores y sectores populares y que esta permita agrupar a los sectores golpeados por la militarización, para que se pueda dar paso a una gran lucha contra la militarización. Esto lo hicimos debatiendo en contra de las posiciones que argumentaban a favor de la participación de sectores de los empresarios en este movimiento. Sostenemos que es un sinsentido si se considera que son los empresarios quienes llevaron al pueblo y a la juventud a terribles condiciones de vida, lo que los obliga por ejemplo, a ser carne de cañón fácil para enrolarse en las filas del narcotráfico y sus bandas. Además que la aplicación de los planes antiobreros y antipopulares que benefician a los empresarios son el objetivo de fondo de la militarización.
También se planteó la necesidad de un gran encuentro nacional contra la militarización que permita seguir discutiendo los puntos clave de esta lucha, la incorporación de algunas demandas que no fueron lo suficientemente discutidas y de algunas cuya discusión estuvo ausente, la continuación de la elaboración de un plan de lucha y el crecimiento y desarrollo del movimiento y hacia una Coordinadora Nacional Contra la Militarización. Esta propuesta fue retomada y se seguirá impulsando.
Tratamos además de combatir la lógica reformista y de exigencia de autorreforma del régimen, intentando transformarla en una lógica de denuncia y lucha frontal contra las instituciones y la antidemocracia del régimen que hoy planea profundizar sus rasgos represivos con medidas como la Reforma a la Ley de Seguridad Nacional. Denunciamos que con esta intención aumenta la criminalización de los luchadores sociales, trabajadores y defensores de derechos humanos, ejemplificado con casos como el de Marisela Escobedo, Miguel Márquez Ríos y un sinnúmero más de presos y perseguidos políticos en el país; a la vez que no hay intención ni capacidad de resolver los casos de feminicidios ni asesinatos de jóvenes o de desapariciones forzadas.
Sin embargo, después de la discusión del viernes 10 de junio, Javier Sicilia desconoció, el día domingo 12 de junio, estos puntos descritos previamente, que para múltiples organizaciones obreras y de izquierda que participaron, incluyéndonos, son puntos programáticos muy importantes en la lucha contra la militarización. Esta actitud, de confirmarse, es profundamente antidemocrática y representa una burla a la discusión y el debate desarrollado durante horas en Ciudad Juárez. Por ello al mismo tiempo que como LTS nos mantenemos en pos de impulsar y desarrollar toda iniciativa de organización y movilización contra la militarización, creemos que fortalecer la unidad de los trabajadores y el pueblo en esta lucha es fundamental, pero también, y como señalamos en estos debates en Cd Juárez, la estrategia política de resistencia civil y pacífica, es el principal talón de Aquiles de este importante movimiento. Ya la experiencia del SME nos mostro lo impotente y desastrosa que puede ser esta estrategia ajena la historia y tradición de lucha y organización de la clase obrera, los explotados y oprimidos en México y América Latina. Por ello desde la LTS llamamos abiertamente a basar la perspectiva y la estrategia de un movimiento nacional contra la militarización en los métodos de lucha y organización de la movilización combativa e independiente en las calles. Y a que desde un gran encuentro nacional se dote a la movilización de un plan de lucha contra los planes como la reforma laboral. Y donde se acuerde preparar desde la base y con la unidad de los trabajadores, los estudiantes y el pueblo, un gran paro nacional contra la militarización.
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