La contra-reforma educativa en entredicho

16 Jul 2013 | En memoria de los maestros caídos en la lucha   |   comentários

Aldo Santos

Concluye el ciclo escolar. La rebelión magisterial no ha conseguido echar atrás la contra-reforma educativa de Peña Nieto y los partidos del “Pacto por México”, pero la ha cuestionado seriamente. Con argumentos sólidos, los maestros contrarrestaron la campaña desinformativa de los medios, denunciando ante la “opinión pública” que la contra-reforma tiene un carácter privatizador y atenta contra sus derechos laborales. Especialistas como Hugo Aboites y Manuel Pérez Rocha pusieron en entredicho que las evaluaciones estandarizadas, promovidas por los empresarios y la OCDE, realmente sirvan para mejorar la educación.

Pero no se trata de razones sino de intereses, por lo que el gobierno no da su brazo a torcer. Sabe que si retrocede, el magisterio y el movimiento social se anotarían un triunfo que los dejaría en mejores condiciones para enfrentar las demás “reformas estructurales”, como la privatización de Pemex y la imposición del IVA en alimentos y medicinas.

De ahí que los tribunales hayan desechado los amparos de cientos de miles de maestros, a pesar de ser claro que la contra-reforma establece un régimen laboral de excepción en el sector educativo, que atenta contra el contrato colectivo de trabajo y es contrario a lo dispuesto en el artículo 123 constitucional. Se demuestra así que nada bueno podemos esperar los trabajadores y el pueblo de esta “justicia” al servicio de los ricos y el gobierno en turno.

Otra táctica de las autoridades para golpear al movimiento magisterial ha sido la de negociar por separado con cada sección disidente. Así, tras dos meses en paro y el lamentable “accidente” que llevó a la muerte de 7 maestros en un bloqueo carretero, la sección XVIII de Michoacán acordó volver a clases, luego de conseguir una respuesta favorable a sus demandas económicas.
Si bien este acuerdo puede ser considerado como un logro de los maestros michoacanos, el levantamiento del paro de la XVIII debilita la movilización nacional de la CNTE por echar abajo la contra-reforma educativa, desactivando esta importante acción al aceptar la maniobra gubernamental de negociar por separado.

A su vez, el acuerdo de la Secretaría de Gobernación con la CNTE para realizar en varios estados y el D.F. una serie de foros de discusión sobre la contra-reforma, le permitió al gobierno y los partidos del régimen ganar tiempo y posar de “democráticos” e “incluyentes” para desgastar la movilización, mientras los legisladores alistan las leyes secundarias que concretarán sus medidas reaccionarias.

Por una política unitaria e independiente para triunfar

Durante las vacaciones, la CNTE se prepara para reforzar el plantón que mantiene desde el 1° de mayo en el centro de la Ciudad de México. Por su parte, la sección XXII de Oaxaca decidió radicalizar sus acciones, impulsando el boicot a las elecciones del 7 de julio, así como la toma de oficinas públicas y de medios de comunicación locales.

A pesar del desgaste, hay condiciones para seguir la lucha. La resistencia magisterial continuará en las próximas semanas; probablemente se reanime y fortalezca cuando inicie el próximo ciclo escolar y se discutan en el Congreso de la Unión las leyes secundarias de la contra-reforma.

Pero requiere, para triunfar, de una política unitaria, combativa e independiente de las instituciones y los partidos del régimen.

Aunque la dirigencia de la CNTE insiste formalmente en exigir la abrogación de la contra-reforma, en los hechos parece cada vez más inclinada a aceptarla, siempre y cuando la evaluación considere las “particularidades regionales”.
Con esta política, la CNTE busca hacer valer el peso de las secciones que dirige, donde podría negociar que se impongan ciertos límites a los aspectos más retrógrados de la contra-reforma, pero dejaría librado a su suerte al resto del magisterio nacional.

Mientras se mantenga la contra-reforma constitucional, las leyes secundarias que se aprueben, tarde o temprano sólo servirán para avanzar en el ataque contra la educación pública y los derechos laborales de los maestros. Por ello, el movimiento no puede renunciar a exigir la abrogación de las modificaciones constitucionales.

La experiencia de la CETEG en Guerrero ya demostró que en esta lucha no podemos confiar en los gobiernos estatales; ni en los partidos del régimen en el Congreso de la Unión y los congresos locales; ni en los tribunales, que sentencian a los trabajadores, campesinos e indígenas que luchan.
Es urgente convocar a un Encuentro Nacional con delegados de base de todo el magisterio, para discutir y llevar adelante un plan de lucha unitario por la abrogación de la contra-reforma educativa. Sindicatos como el SME y los agrupados en la UNT deben pasar a la acción, concretando un paro nacional en solidaridad con el magisterio e impulsando una lucha unificada contra los planes del gobierno y los partidos del Pacto por México.









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