16 de marzo: todos en defensa del derecho de huelga

La huelga de Cananea y las perspectivas de la lucha de clases

15 Mar 2010   |   comentários

Tras más de dos años de huelga en Cananea, a mediados de febrero, un tribunal decretó “por causas de fuerza mayor” la terminación de las relaciones laborales con la empresa, legalizando el despido de más de mil trabajadores. La intención de la patronal - con el aval de la justicia y las autoridades laborales- es acabar con el contrato colectivo de la Sección 65 del SNTMMSRM) como paso para acabar con el sindicato y luego crear un sindicato blanco bajo condiciones esclavistas.

La huelga se inició a mediados de 2007 junto con las de Taxco y Sombrerete- que también continúan-, por mejores condiciones laborales; en especial de seguridad en el trabajo y contra la intromisión del gobierno federal en el Sindicato Minero. Desde entonces, la pro-patronal Secretaría del Trabajo encabezada por Javier Lozano, ha actuado abiertamente a favor de la empresa, y se empeña en derrotar la huelga, acusándola de servir para encubrir al líder del sindicato, Napoleón Gómez Urrutia.

El reciente fallo judicial del Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito, adverso a los trabajadores, fue anunciado por Lozano con bombos y platillos antes de que el Tribunal lo hiciera público, evidenciando así que los jueces actúan por consigna y que las autoridades laborales defienden el interés de los patrones. De inmediato, Lozano urgió a que la empresa contrate esquiroles, para dividir al movimiento y romper la huelga enfrentando trabajadores contra trabajadores.

Aún así, los mineros decidieron desconocer el fallo del Tribunal y mantener la huelga, denunciando la parcialidad de la justicia burguesa. Para amedrentarlos, la empresa interpuso denuncias penales contra 165 trabajadores, y la amenaza de desalojo con la policía o el ejército es más latente que nunca. Esta virulencia contra los heroicos mineros de Cananea, responde a que su lucha se ha convertido en un ejemplo de resistencia para todos los trabajadores del país. En este contexto anti-obrero, el sindicato minero logró un aumento salaria de 8% directo al salario y otro 8% en prestaciones en las secciones sindicales, 21 y 22, en Tayoltita, Durango. Un “mal” ejemplo para la clase trabajadora que el gobierno no puede tolerar.

16 de marzo: todos en defensa del derecho de huelga

Esta huelga se ha convertido en un “conflicto testigo”. Gobierno y patrones necesitan derrotarla para avanzar en su ofensiva hacia el resto de los trabajadores, lo que implica someter o desaparecer los sindicatos que resisten y acabar de hecho con conquistas históricas, como son los contratos colectivos y el derecho de huelga. La contrarreforma laboral que prepara Lozano, busca legalizar esta ofensiva reaccionaria para descargar los costos de la crisis sobre los trabajadores y avanzar libremente con los planes del imperialismo y los patrones, como la privatización total de PEMEX y el resto del sector energético.

Al otro lado de la barricada, la huelga de Cananea ha creado la solidaridad de organizaciones obreras y populares que, con instinto de clase, respaldan a los mineros. Y es que si el duro golpe al SME envalentonó al gobierno y los patrones, el resultado de esta lucha ejemplar puede definir la situación en el próximo periodo.
Si Lozano y Minera México triunfan, los trabajadores enfrentaremos un escenario sumamente reaccionario los próximos años, un mayor despotismo patronal, más represión, pérdida de derechos y miseria. En cambio, si los mineros resisten, serían un gran ejemplo de que se puede frenar el ataque a los sindicatos y los trabajadores, dificultando sus planes y potenciando el descontento que hay en amplios sectores, abriendo así una situación nacional más convulsiva. Esta es la oportunidad para avanzar en la unidad obrera y popular, con la movilización en las calles, que supere la inacción obrera de los últimos meses, propiciada por la política conciliadora de las direcciones sindicales opositoras.

Contribuyamos a que la huelga de Cananea triunfe, pues significaría la preservación de los puestos de trabajo y del Contrato Colectivo, el pago de los salarios caídos y el cumplimiento cabal de las demandas obreras que la originaron, y se puede fortalecer la movilización por el retiro de la concesión a Minera México y la expropiación de la mina, para ponerla a funcionar bajo control de sus trabajadores.
Para ello, impulsar la libre organización de los trabajadores en todas las secciones sindicales para organizar la lucha y derrotar los planes de los patrones, el gobierno, y desenmascarar a los esquiroles.
Por eso, el paro nacional convocado para el próximo 16 de marzo, debe convertirse en una gran jornada de movilización obrera y popular en defensa de la huelga de Cananea, del derecho de huelga, de los contratos colectivos y de los sindicatos; por la recuperación de Luz y Fuerza del Centro para los trabajadores y el pueblo y, por la re-estatización de toda la industria minera, hoy en manos de los capitalistas nacionales y extranjeros.









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