La juventud de pie junto al magisterio
02 Oct 2013
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Flora
Tras el brutal desalojo del zócalo capitalino al magisterio que lucha contra la reforma educativa, la juventud mexicana salió de nuevo masivamente a las calles. Así mostró que va poniéndose a tono con los procesos de lucha de clases que se viven a nivel internacional y que el proceso de politización expresado por el #YoSoy132 no había llegado a su fin y en cambio se retoma y se profundiza.
Un amplio movimiento democrático, a contratendencia del cerco mediático desplegado en torno al movimiento magisterial, se expresó de manera inmediata en las universidades públicas. Decenas de miles de jóvenes salieron el 15/9 a marchar codo a codo con sectores de trabajadores repudiando la represión, mientras entonaban “¡Maestro escucha: tu alumno está en la lucha!”. Demostraron que retoman la lucha contra la reforma educativa como propia, insertándola en la lucha contra todas las reformas estructurales impulsadas por el gobierno de EPN y sus socios del Pacto por México.
En los días siguientes los estudiantes organizaron asambleas multitudinarias con cantidades que no se veían desde 1999, cuando la Huelga de la UNAM logró mantener la gratuidad de esa universidad. En varios hubo más de un millar de asistentes a las asambleas; los estudiantes votaron paro en 30 escuelas, facultades y unidades de educación superior. Los paros se realizaron de forma total o activa, durante 24, 48 o 72 horas haciendo eco al llamado de la CNTE para desplegar el Paro Nacional el 19 y 20/9. Durante estas jornadas de solidaridad estudiantil se llevaron a cabo brigadeos al metro, a las colonias y barrios, y a zonas fabriles, actividades académicas y culturales, además de participar de forma masiva en las marchas de la CNTE. Se puso en pie una asamblea Interuniversitaria para articular al movimiento estudiantil en torno a los otros sectores en lucha. Así empieza a retomar la tradición del movimiento estudiantil para garantizar las discusiones y decisiones democráticas, en la perspectiva de generar asambleas de base con delegados votados, rotativos y revocables que respondan al mandato, buscando conquistar espacios más amplios de autoorganización.
La solidaridad en torno a la represión magisterial expresa gran sensibilidad para confluir con la lucha de los trabajadores que no se expresó de forma mayoritaria en el #YoSoy132. Esto tiene gran potencial de escalar e instalarse como una lección necesaria para el movimiento estudiantil, que vea en la unidad con los trabajadores la única forma de nutrir un movimiento capaz de oponerse a las reformas que hoy buscan precarizar la vida del conjunto de la población.
Para garantizar la solidaridad estudiantil con el magisterio combativo es necesario seguir con la masificación de la organización en nuestros centros de estudio, desplegar enormes campañas de acopio y por la creación de un fondo de lucha para que las luchas como la del magisterio no sean frenadas por hambre, romper el cerco informativo por medio de brigadeos, tratando de sumar mayor solidaridad de maestros y padres de familia, y construir espacios de discusión y decisión democrática y para la lucha entre los diferentes sectores que hoy nos levantamos.
La perspectiva de soldar la unidad entre trabajadores y estudiantes no es nueva: se expresó con gran fortaleza en el movimiento del 68, donde junto a los estudiantes caídos en la Plaza de las Tres Culturas, caían obreros e integrantes del sector popular que se lanzaron en lucha contra la represión y la criminalización de la protesta social. Hoy es fundamental salir con las lecciones de esas luchas, donde se mantiene la vigencia de sus demandas y de la lucha contra la represión, lo que cobra a cada día más validez ante un gobierno derechizado que busca coartar nuestro derecho a protestar y utiliza la violencia para pasar sus planes de reforma y hambre.
Bajo esta perspectiva es que desde la JASyR impulsamos la construcción de una gran juventud combativa en las universidades y junto al magisterio. Como discutimos en una plenaria reciente donde participaron decenas de nuevos/as jóvenes, apostamos a poner en pie una juventud con todos aquellos que se acerquen a una perspectiva combativa, anticapitalista y revolucionaria. En esa plenaria discutimos la importancia de que este 2 de octubre se levanten las banderas de la más amplia unidad en la lucha combativa e independiente de los partidos y políticos del régimen, marchando no sólo en conmemoración de los caídos en su lucha por demandas que hoy se mantienen con completa vigencia, sino levantando las banderas contra las reformas estructurales y por echar abajo el Pacto por México que las impulsa. Se trata de mostrar la más amplia solidaridad con el movimiento magisterial que está a la cabeza de la lucha en las calles y exigiendo, como en aquellos años, el cese de la criminalización de la protesta social y la represión, por la libertad incondicional de los presos políticos y buscando la abrogación del art. 362 que hoy se ocupa como antes el delito de “disolución social”, además de exigir la disolución de los cuerpos represivos. Es indispensable preservar y masificar las expresiones de organización desde las bases, que discutan de manera democrática la garantía de nuestra seguridad, yendo en contra de todo sectarismo que actúa por medio de acciones aisladas. Levantemos una amplia campaña de denuncia contra todos los actos represivos que el gobierno de EPN junto a Mancera ha desplegado, exijamos que este 2 de octubre los cuerpos represivos no sean sacados a las calles, pues la seguridad la garantizamos nosotros.
Esta marcha histórica tiene que convertirse en una demostración de la fuerza social que tiene la juventud saliendo a lado de los trabajadores y los sectores populares.
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