¡Libertad a las Pussy Riot!
07 Jun 2013
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Francisca Daniela
Hace un año, la banda punk feminista rusa Pussy Riot ingresó de forma pacífica a la catedral del Cristo Salvador, en Moscú, para protestar representando un musical que llamaron “plegaria punk”, donde le pedían a la Virgen María que proteja a Rusia de Putin.
Esta acción se realizaba en el marco de la reelección de Vladimir Putin a pesar de las denuncias de fraude y repudio entre la población. Con anterioridad el gobierno venía endureciendo las medidas represivas y recortando las libertades democráticas con el objetivo de trabar la expresión de sectores opositores. Por esto, al llevarse a cabo esta manifestación de repudio contra la Iglesia Ortodoxa y el reaccionario gobierno de Vladimir Putin, las activistas feministas fueron condenadas en agosto a 2 años de prisión por “vandalismo motivado por odio religioso”, acusación que busca ser aleccionadora para todas aquellas personas y organizaciones opositoras que cuestionen al régimen y sus instituciones. Esto pone al descubierto la profunda vinculación de la Iglesia y el Estado, que se supone laico, donde la Iglesia, con su moral acorde a los intereses en favor de las clases dominantes del país sobre las masas oprimidas rusas, es un pilar necesario para que un gobierno tan reaccionario y homofóbico como el de Putin, que ataca las libertades democráticas, pueda imponerse, condenando y encarcelando a quienes cuestionan su política, al Estado, o esa moral y la falsa separación Iglesia-Estado. Junto a ello, la Iglesia y el Estado, cómplices entre sí, mantienen una doble moral en el discurso, pues mientras atacan las libertades sexuales de las masas rusas, permiten y toleran la bien conocida red de proxenetas y de trata de mujeres más grande del mundo, con sello ruso, mostrando el enorme retroceso histórico en el terreno de las libertades sexuales y democráticas, que comenzó con la degeneración burocrática estalinista del Estado soviético y pegó un salto con la restauración capitalista.
A la fecha, dos de las integrantes de la banda permanecen presas, víctimas de la antidemocracia del régimen. Producto de ello, este 22/5 María Alyokhina se declaró en huelga de hambre y prohibió a sus abogados participar en la audiencia en la que se decidiría sobre su libertad condicional, debido a que las autoridades le impidieron estar presente durante la misma. El tribunal procedió a designarle un abogado de oficio y dictaminó negarle la libertad condicional.
Desde Pan y Rosas nos sumamos a la lucha por la libertad de las Pussy Riot, que expresa el repudio al endurecimiento del régimen de Putin y su ofensiva represiva. ¡Libertad inmediata e incondicional a las Pussy Riot!Por la más amplia libertad y respeto a la diversidad sexual. Por una real y efectiva –no sólo formal– separación de la Iglesia y el Estado.
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