MTS - Movimiento de los Trabajadores Socialistas

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El 27 de mayo, en el marco de la jornada de lucha contra los sesenta y nueve despidos de la autopartista Gestamp en Escobar, un grupo de trabajadores despedidos ingresó pacíficamente a la planta para exigir su reincorporación. En las afueras de la autopartista, una multinacional de origen español, se realizaba un acto de solidaridad de distintas comisiones internas, sindicatos y agrupaciones obreras, según lo resuelto en el Encuentro Sindical Combativo de Zona Norte realizado el sábado 24, junto a centros de estudiantes. Ante la acción de los trabajadores despedidos, las organizaciones solidarias garantizaron el bloqueo de los accesos. Todo esto llevó a la paralización de la fábrica, ante lo cual la patronal decidió dar asueto a los trabajadores. En la Panamericana se apostó personal de Gendarmería, mientras que al interior y en los alrededores de Gestamp se desplegó un operativo policial que incluyó a la montada, la infantería, etc. En ese marco se conoció la noticia de nuevas suspensiones en la industria automotriz de la zona norte, en este caso las anunciadas por Lear Corporation.

Gestamp, que provee a automotrices como VW y Ford, amasó fortunas durante estos últimos años. Los trabajadores, que hace semanas han montado un acampe en la puerta de la fábrica y obtuvieron solidaridad de distintos organismos de DD. HH., permanecerán en el interior de la fábrica hasta obtener respuestas favorables. A ellos se acercaron a brindar su solidaridad los diputados nacionales del PTS en el Frente de Izquierda Nicolás del Caño y Christian Castillo, quienes ya habían aportado a su fondo de lucha. Ante el comunicado mentiroso de la empresa que justifica los despidos, avalados por el SMATA, los trabajadores han respondido señalando que se trata de despidos masivos por el sólo hecho de tratarse de trabajadores que denunciaron que las suspensiones que quería imponer la empresa eran selectivas y discriminatorias. La lucha de los trabajadores de Gestamp fue rodeada de solidaridad: desde trabajadores de otras plantas que les llevaban víveres, cobijas y agua, hasta militantes de derechos humanos que se sumaron con una huelga de hambre de mujeres.

Al cierre de esta edición, la empresa buscaba las vías para no acatar la conciliación obligatoria, con apoyo de la burocracia sindical, que expresó su desacuerdo con la reincorporación de todos los trabajadores despedidos.