Elecciones en el Estado de México
Los partidos patronales y la disputa por el botín
05 Apr 2011
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La carrera electoral en el Estado de México se ha convertido en una “prueba de fuego” para los partidos patronales, pues de su resultado depende cómo quedarán posicionados hacia las elecciones presidenciales del 2012. Mientras el PRI apeló a sus viejos métodos para designar a un candidato “de unidad”, la intención de Calderón y “los chuchos” por imponer a toda costa una alianza “opositora” entre el PRD y el PAN, abonó a la división de estos partidos y golpeó al gobierno federal.
Por “dedazo”
Ante el desgaste sufrido por el PAN tras 10 años al frente del gobierno federal, el PRI se postula -con Peña Nieto como su principal figura pública-, como la mejor opción para garantizar la estabilidad y los planes anti-obreros que requieren la gran burguesía y el imperialismo en nuestro país. La posibilidad de que el tricolor recupere la presidencia en el 2012, consiguió hasta ahora mantener unidos en aras de ese objetivo a sus diversos sectores (de caciques, mafiosos y corruptos), encabezados por los gobernadores priístas. Incluso, el acercamiento con la “líder vitalicia” del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo -que había sido expulsada por apoyar a Calderón-, le permitió a ésta colocar al ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, considerado uno de los suyos, en la presidencia nacional del revolucionario institucional.
En el Estado de México, el gobernador Enrique Peña Nieto supo maniobrar para que no terminaran en fractura las disputas entre los diferentes grupos de poder priistas por imponer su candidato para las elecciones a gobernador del próximo año. Al evitar designar como candidato a su primo, Alfredo del Mazo, integrante del poderoso grupo Atlacomulco, Peña Nieto quiso mostrarse plural y “democrático”, con la mira puesta en el 2012. Así, luego del tradicional desfile de “suspirantes” en el que todos menos uno declinaron ante el gobernador y bajo el principio de que “el que se mueve no sale en la foto”, al mejor estilo del viejo priato, se eligió a Eruviel Ávila -presidente municipal de Ecatepec ligado a Elba Esther Gordillo-, como “candidato de unidad” (entiéndase por “dedazo”) para contender por la gubernatura.
En las pasadas elecciones, Eruviel le ganó al PRD la presidencia municipal de Ecatepec, el municipio más poblado del Estado de México. Ya antes había ocupado ese cargo. Aunque se reivindica de origen humilde, durante su gobierno Eruviel criminalizó a la juventud, incrementó la presencia en las calles de las fuerzas represivas y mantuvo impunes los feminicidios, que aumentan día con día, entre otras medidas. Con esto se demuestra que nada bueno podemos esperar del PRI los trabajadores y el pueblo.
Alianza espuria
La dirección saliente del PRD, con Jesús Ortega al frente, insistió en legitimar mediante una “consulta ciudadana” su propuesta de aliarse con el PAN para las elecciones en el Estado de México. Esta propuesta enfrentó una tenaz resistencia al interior del PRD y por parte de López Obrador. Pero la participación en la consulta fue tan magra que, aun ganando el “sí” a la alianza, sólo sirvió para deslegitimarla más. A los pocos días, la nueva secretaria general del PRD, Dolores Padierna, dio por muerta la alianza, fortaleciendo la posibilidad de que Alejandro Encinas encabece una candidatura “de izquierda”.
Por su parte, el PAN nombró como candidato al yunquista Luis Felipe Bravo Mena. Sin embargo, la secretaria general del PAN, Cecilia Romero, dio a conocer que en un cónclave panista Calderón les había “bajado línea” insistiendo en la alianza con el PRD. Al mismo tiempo, López Obrador denunció que Calderón le habría ofrecido la candidatura de la alianza a Encinas, quien se negó a ir con el PAN. Esto abrió una nueva crisis para el gobierno federal, al mostrar al presidente abiertamente inmiscuido en los asuntos electorales y queriendo imponerse sobre las decisiones de los órganos directivos su partido, lo que abona a su falta de legitimidad y muestra –una vez más- como se adoptan las decisiones en estos partidos patronales.
Las elecciones, contra los trabajadores y la juventud
Todas estas maniobras, donde lo que menos importa son los intereses populares, dan cuenta de la degradación de esta “democracia para ricos”. Si Calderón y la dirección del PRD se empeñan en imponer la alianza en el Edomex, es probable que se profundice la crisis al interior de sus partidos, fortaleciendo al PRI y debilitándolos para el 2012, e incluso en el PRD puede llevar a una fractura interna.
La candidatura de Alejandro Encinas, impulsado por Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, como abanderado de un “frente de izquierda” (PRD, Convergencia PT), aunque difícilmente pueda triunfar en el bastión priista, de hacer una buena elección dejaría mejor posicionado a López Obrador hacia el 2012. Pero esto no resuelve ninguna de las contradicciones internas por las que atraviesa el PRD, que tienen que ver con su derechización y adaptación a los sectores más reaccionarios del régimen, a cambio de prebendas y cotos de poder, como partido patronal que es. Prueba de ello es que en ninguno de los municipios donde ha gobernado el PRD, como Ecatepec, Neza o Texcoco, las cosas han cambiado a favor del pueblo. Por el contrario, aplicó los mismos planes que sus competidores priistas y panistas.
AMLO y sus seguidores cuestionan las alianzas propugnadas por la dirección del sol azteca; sin embargo, aunque para muchos trabajadores y jóvenes puede aparecer como una alternativa de oposición, López Obrador es parte orgánica del PRD y comparte lo esencial de la política que ha impulsado este partido desde sus orígenes (muchos de los gobernadores y el jefe de gobierno del D.F. han contado con el aval de López Obrador). Su proyecto, expresado en el “proyecto alternativo de nación”, aunque cuestione algunos aspectos de los planes neoliberales, no enfrenta los planes antiobreros ni a las instituciones que los garantizan, no llama a luchar radicalmente contra la opresión imperialista, ni ataca de raíz la ofensiva que los patrones descargan sobre los trabajadores y el pueblo.
Los trabajadores todavía no tenemos una alternativa política que represente nuestros intereses. Tampoco podemos esperar que el resultado de las próximas elecciones (donde se disputarán el poder entre los partidos patronales) resuelva nuestros problemas. Es necesario construir un partido para nuestra clase, sin ninguna confianza en los partidos patrones y los mecanismos de la democracia burguesa.
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