Estados Unidos
Los trabajadores de Wal-Mart se ponen de pie
04 Dec 2013
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JUAN CRUZ FERRE
PTS (PARTIDO DE LOS TRABAJADORES SOCIALISTAS) DE ARGENTINA
En este viernes negro, el espectáculo absurdo de la sociedad de consumo estadounidense estuvo teñido por una presencia indeseada: más de mil manifestaciones a lo largo y ancho del país tuvieron lugar frente a los establecimientos de la cadena Wal-Mart.
El viernes 30/11, como todos los años en esta fecha, los comercios fueron inundados por masas de gente buscando la mejor oferta. El viernes que sigue al tradicional “Día de acción de gracias” (Thanksgivingday) es conocido como Black Friday y es el día de mayores ventas en el año, iniciando la temporada de ventas de navidad. Con los años, este día se ha convertido en uno de los fenómenos más revulsivos de la sociedad de consumo: colas en la puerta de los locales durante toda la madrugada, disputas entre consumidores por hacerse con la mejor oferta, avalanchas y amontonamientos que han dejado cada año heridos y más de un muerto como saldo.
Pero desde el año pasado, este viernes también es escenario de una expresión nueva en la resistencia de las capas más explotadas de la clase trabajadora. Desde entonces, los trabajadores de Wal-Mart apuntan a este día récord en ventas para redoblar las expresiones de protesta contra el gigante comercial, enfrentando los despidos con los que responde la multinacional y, en varios casos, los arrestos de la policía por bloquear la entrada a los comercios o permanecer sentados en la calle. Para este viernes se programaron 1500 manifestaciones en la puerta de locales de Wal-Mart en todo Estados Unidos.
Las políticas represivas de la compañía, que prohíbe cualquier intento de organización sindical,convierten cada acción en un desafío. La empresa ha tenido siempre una política activa en contra de la sindicalización de sus trabajadores, y gracias esto se mantuvo invicta de huelgas en sus 50 años de historia hasta el año pasado.
La organización OUR Wal-Mart (Organization United for Respect), una agrupación sin fueros sindicales que cuenta con el apoyo del Sindicato de Trabajadores de Comercio y Comidas (UFCW) [1] , llamó a trabajadores de otros sectores y a la comunidad a apoyar la jornada de lucha de este viernes. Tanto la Federación Americana de Maestros (AFT) como la UFCW, junto con activistas del movimiento OWS y un amplio apoyo de la comunidad, colaboraron para garantizar las medidas de fuerza a lo largo y ancho del país. Los trabajadores se hicieron oír en California, Alaska, New Jersey, Virginia, Florida, Texas, Minnesota, Illinois, Washington, Maryland y hasta en Canadá, y al menos 100 manifestantes fueron arrestados por ofrecer resistencia pacífica.
Primer round
Los trabajadores de Wal-Mart están peleando por un salario igual a la canasta familiar (“living wage”), por mejores condiciones de trabajo y por la reincorporación de 23 trabajadores despedidos en junio por manifestarse. El Comité de Relaciones Laborales del estado nacional (NLRB, National Labor Relations Board) anunció recientemente que hará lugar a un reclamo por la reincorporación, porque tiene pruebas suficientes de las políticas de represalias implementadas por Wal-Mart y que incluye el despido de 117 trabajadores. Pero este no es un golpe aislado. La empresa está siendo blanco de críticas por todos los flancos. A medida que se difunden los números que muestran el éxito comercial de Wal-Mart, la empresa recibe cachetazos de todos los ángulos. El contraste entre las ganancias de la compañía y los salarios de sus trabajadores es tan bochornoso que obligó a varios diputados y senadores del Partido Demócrata a pronunciarse a favor de un aumento de salario y a denunciar las represalias [2]. Barack Obama, sin embargo, sólo ha tenido elogios para la multinacional. En un curioso rapto de insubordinación, el diputado del Partido Demócrata Alan Grayson (Florida) se pregunta ante un periodista qué le ha dado Wal-Mart al presidente a cambio de tanta precarización laboral y malas condiciones [3]. Los diputados progres se rasgan las vestiduras para recuperar algo de imagen positiva, en tiempos en los que el congreso estadounidense atraviesa el índice más bajo de popularidad de la historia [4].
Pero la crisis de las instituciones burguesas no sólo afecta al congreso. Un porcentaje cada vez mayor de los trabajadores y el pueblo pobre expresa su decepción con el primer Presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos. Barack Obama ha demostrado que además de un excelente orador, es un perfecto defensor de los intereses del capital y un cobrador comedido de sus favores [5]. Su caballito de batalla en el plano de los derechos democráticos, la reforma de salud, no sólo demostró ser un plan diseñado por y para la industria de la medicina privada, sino que además ha sido opacado por los innumerables defectos en su implementación, las imprevisiones y las enmiendas. La oposición republicana, por su parte, no logra salir de la crisis que arrastra hace años y que se ha profundizado con la presión del Tea Party por mantener una línea dura, de extrema derecha, que condujo al último cierre del gobierno [6] . Sin embargo, mientras -como nunca antes- uno de cada siete estadounidenses depende del programa de nutrición estatal (conocido como “Food Stamps” o “SNAP”) para alimentar a su familia, republicanos y demócratas están de acuerdo en recortar los fondos que se le destinan a partir de enero. Es más, fue gracias al voto de los legisladores demócratas que se concretó el 1ro de octubre pasado el recorte más grande en la historia de este programa.
Los números
Wal-Mart paga en promedio menos de 9 dólares la hora de trabajo, mientras que dos tercios de los más de 1,3 millones de empleados de Wal-Mart EEUU cobra menos de 25 mil dólares al año, el piso que reclaman los trabajadores (se calcula que el salario necesario de dos adultos para mantener una familia con 2 hijos debería ser de alrededor de 45 mil dólares cada uno [7] ). El salario actual los habilita para recibir asistencia alimentaria del estado nacional, al igual que el 52 % de los trabajadores de los Fast Food. Junto con el programa de asistencia médica Medicaid, que el estado ofrece a la población de bajos recursos, los subsidios alimentarios representaron un costo anual de 900 mil dólares sólo para uno de los locales de Wal-Mart en Wisconsin [8]. De esta forma el estado federal subsidia los bajos salarios de la empresa multinacional.
Wal-Mart es un símbolo de la concentración de la riqueza en EEUU: los Waltons poseen una fortuna de 144 mil millones de dólares, equivalente en valor a las propiedades de un 40 % de la población estadounidense. Al tiempo que pagan salarios de miseria, el año pasado amasaron 17 mil millones en ganancias [9]. Esta tendencia se repite en todos los niveles: mientras que el desempleo y los bajos salarios golpean al pueblo trabajador, las grandes corporaciones alcanzaron ganancias récord en el segundo trimestre de este año [10]. Wal-Mart es el empleador más grande de EEUU y la empresa que más ganancias obtiene a nivel mundial. También es el mayor vendedor de armas del país, y sus lazos con el reaccionario ALEC (Consejo Electoral Legislativo Americano), principal promotor del derecho a usar armas en autodefensa (“Stand your-ground law”) son bien conocidas.
La resistencia
Pero los obreros de Wal-Mart, al igual que otras ramas del precariado norteamericano, se están empezando a levantar. En algunas ciudades con más tradición de lucha, donde las expresiones de resistencia fueron más abiertas, como Chicago o en la costa Oeste, la moral de los trabajadores está creciendo, y de a poco se animan a enfrentar cada vez más las represalias de la patronal y la represión de la policía. El éxito de la jornada de lucha de este viernes negro, junto con la decisión del NLRB y la retórica progresista de los legisladores demócratas, puede inclinar la balanza hacia la reincorporación de los 117 trabajadores despedidos, incluidos los 23 que salieron a pelear en las huelgas de junio de este año.Este hecho será un gran triunfo de los trabajadores de Wal-Mart y puede ser un espaldarazo hacia la sindicalización. Un avance en su organización puede abrir una perspectiva diferente para los trabajadores tercerizados de los depósitos y de otras empresas contratistas, y servir como ejemplo para otras ramas del sector comercial y de servicios. La relocalización de la industria manufacturera hacia mercados “más competitivos” que se ha producido en Estados Unidos en las últimas décadas, hace que hoy el peso del sector de ventas minoristas y servicios sea cada vez mayor. En este marco, aún con las dificultades subjetivas que implica la falta de organización en el sector y la inestabilidad laboral que enfrentan, el precariado de servicios aparece como el candidato más fuerte para protagonizar las próximas expresiones de la lucha de clases. En ese camino deberán enfrentar las divisiones al interior de la clase obrera, sobre todo con el proletariado más concentrado y sindicalizado, además de profundizar los lazos que los unen con los jóvenes, los inmigrantes y los sectores más explotados.
NOTAS
[1] La AFL-CIO, que actúa como brazo sindical del partido Demócrata, mantiene su negativa a organizar trabajadores precarizados y no apoya abiertamente el derecho a sindicalizarse de estos sectores. Sin embargo, ha dado cuenta de este fenómeno e intenta canalizarlo a través de apoyos parciales con sindicatos como UFCW.
[2] Salon, 29/11/2013
[3] Salon, 29/11/2013
[4] http://www.realclearpolitics.com/epolls/other/congressional_job_approval-903.html
[5] Barack Obama batió records en 2013 en número de viajes destinados a levantar fondos para la campaña electoral del Partido Demócrata de próximo año. (The Guardian 12/11/2013)
[6] http://www.ft-ci.org/El-cierre-del-gobierno-estadounidense?lang=es
[7] http://livingwage.mit.edu/
[8] Huffington Post 31/05/2013
[9] Huffington Post 26/11/2013
[10] Ecomonitor 26/9/2013
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