Movilizar por las demandas de los trabajadores y de la juventud, contra la reforma política del gobierno y del Congreso
15 Jul 2013
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por : LER-QI, Brasil
Jueves 11 de julio de 2013
La onda de rumores causada por el llamado a la huelga general el día 1 de julio por Facebook, por un desconocido, obligó a muchos sindicatos a divulgar notas para desmentirlo, fue un buen termómetro para evaluar la disposición de lucha de los trabajadores. En muchos lugares de trabajo ese llamado generó expectativa de que los trabajadores también adherían a la onda de protestas que se dan en el país. Sin embargo, era solo un falso llamado.
Si hasta ahora la clase trabajadora no participó como tal en las manifestaciones, organizada por sus reivindicaciones y parando la producción en defensa de las demandas populares, es porque las principales centrales sindicales – CUT, Fuerza Sindical y CTB - nada hicieron para eso. Ni siquiera en los días en que las principales capitales brasileras pararon, en que el transporte público quedó inviabilizado, en que sentíamos en las calles el apoyo de los trabajadores del transporte y otros sectores, ni siquiera en esos días las centrales sindicales llamaron a paros de apoyo, al menos en el sector de transporte. En los días de actos, las universidades prácticamente pararon y la UNE no movió un dedo para organizar las paralizaciones o huelgas estudiantiles.
Ahora, para el día 11 de julio, las centrales sindicales (entre ellas CUT, CTB y Fuerza Sindical, además de CSP-Conlutas), la UNE, el MST y otros movimientos están convocando a un día nacional de paralizaciones y actos. Su objetivo, en teoría, sería colocar en discusión la agenda de la clase trabajadora. O sea, una sería la pauta que surge en las calles, que pide salud y educación, que pide cambios significativos en el transporte público, entre otras mejorías. Otra sería la pauta de la clase trabajadora. Sin embargo, los trabajadores están sintonizados con la pauta de las calles: sus demandas y su insatisfacción son las mismas que la de los jóvenes que salieron a las calles, muchos de ellos trabajadores.
Por detrás del discurso de la CUT y de la CTB de dar visibilidad a la “pauta de la clase trabajadora” quieren canalizar la insatisfacción popular mostrada en las calles hacia el desvío de una reforma política combinada con pequeñas concesiones parciales que nada cambian lo fundamental. Junto con una serie de puntos generales unitarios como más presupuesto para la salud y educación, reducción de la jornada a 40 horas, la CUT y CTB también van a llamar a los trabajadores a apoyar el plebiscito y la reforma política de Dilma.
Fuerza Sindical, que cada vez se ubica más en la oposición al gobierno, busca encabezar las paralizaciones del día 11, principalmente a través de la lucha de los portuarios contra los elementos más anti-obreros de la MP (Medida Provisoria) de los puertos de Dilma. A pesar de no apoyar abiertamente la reforma política de Dilma y del Congreso, y de levantar las demandas progresivas el día 11 como la de los portuarios, también llamamos a los trabajadores a no confiar en esta central. Fuerza Sindical está formada por verdaderas mafias patronales que en cada categoría negocian con los patrones a espaldas de los trabajadores y que, en el plano nacional, a través de Paulinho da Força (diputado federal por el PDT), se ubica contra Dilma y el PT pero buscando establecer alianzas con el PSDB y otros partidos burgueses opositores para las elecciones del 2014.
Por la constitución de un frente clasista para combatir las maniobras de la burocracia sindical y exigir la ruptura de los sindicatos con los gobiernos petistas y los políticos patronales
CSP-Conlutas (orientada por el PSTU-LIT) tiene planteado luchar para que el día 11 de julio se exprese una política independiente a través de paralizaciones y actos que partan de la denuncia de la política de desvío del gobierno de Dilma y de la burocracia sindical, agitando un programa que aporte al desarrollo de la movilización independiente del movimiento de masas, luchando para unificar a la clase trabajadora con la juventud en la calles. Esta alianza es la que los políticos empresarios más temen. La maniobra de hacer que los trabajadores marchen por las banderas del plebiscito y de la reforma política, o sea, en defensa de la posición del gobierno de Dilma y la ausencia de consignas que den una respuesta de fondo a las demandas levantadas por las calles en la plataforma aprobada en común por las centrales, sirve para impedir esta unidad tan amenazadora para los intereses de la elite dominante y para el propio control de la burocracia en los sindicatos.
CSP-Conlutas y la Intersindical (orientada por el PSOL), como ala antigubernamental del movimiento obrero, tienen la posibilidad y la obligación de encabezar un ala clasista que luche contra la maniobra de la burocracia sindical oficialista y apoyarse en el sentimiento de la masa de trabajadores para que el día 11 de julio sea un paso adelante en la lucha iniciada por la juventud. Las oposiciones sindicales necesitan exigir la convocatoria de asambleas democráticas en todos los sindicatos, cualquiera sea la central sindical a la que estén afiliados, para posicionarse contra el plebiscito y la reforma política del gobierno y defender un programa y un plan de acción y hagan valer el sentimiento de apoyo de los trabajadores a las manifestaciones de las últimas semanas.
Un frente como este podría hacer resonar por todo el país la denuncia a las maniobras del gobierno y levantar en los lugares de trabajo la lucha por un programa alternativo al de la burocracia sindical, que de hecho dé respuestas a las necesidades de los trabajadores y de la juventud, organizando un gran encuentro de delegados de base, que vote democráticamente un programa de acción y medidas de lucha y movilización unificadas.
Puntos programáticos que defendemos contra la maniobra de reforma política de Dilma y para desarrollar la movilización unificada de los trabajadores y de la juventud
1. ¡Abajo la mafia de los transportes! ¡Por el fin de la caja negra que es la contabilidad de las empresas del transporte, por la apertura de los libros de contabilidad de las empresas de transporte! Por la nacionalización, sin indemnización y bajo control obrero y de los usuarios, para lograr un transporte digno y gratuito. Nuestra lucha logró la disminución del pasaje, pero sabemos que solo los usuarios y los trabajadores del transporte entienden los reales problemas que vivimos en el día a día dentro de las” latas de sardinas”. Somos lo únicos que podemos acabar con la mafia del transporte, sus acuerdos con intendentes y gobernadores, y planificar un transporte que atienda las necesidades de la población. Basta de dar dinero a los empresarios que nunca invierten: rescatemos lo que pagamos en las últimas décadas a esos ladrones. Solo así será posible garantizar la gratuidad del transporte de calidad para todos.
2. Contra el aumento del costo de vida y los salarios de hambre. El costo de vida solo aumenta, mientras los patrones ganan cada vez más. La mayoría de los empleos creados durante el lulismo pagan menos de dos salarios mínimos. Los trabajadores recurren cada vez más al crédito bancario para cerrar las cuentas del mes. Por eso exigimos el reajuste automático de los salarios de acuerdo con la inflación real del costo de vida. Exigimos un salario mínimo que atienda las necesidades de una familia (R$ 2.870,00 según o propio Dieese). Exigimos los mismos derechos y la efectivización para todos los trabajadores tercerizados y temporarios.
3. Acabar con la farra de los banqueros y empresarios para garantizar la educación, vivienda y salud de calidad. Mitad del presupuesto de nuestro país va a pagar los intereses de una deuda pública a 20 mil familias de banqueros y empresarios imperialistas y de los ricos brasileros que ganan con nuestro sudor, mientras los 200 millones del país viven sin salud y educación pública decente. Mientras un trabajador en San Pablo que tomaba ómnibus a $R3,00 todos los días perdía tres salarios mínimos con el transporte en un año, y una buena parte de su salario con impuestos para todo, los empresarios y los banqueros reciben excepciones para todo. Mientras los habitantes de Pinheirinho y los indígenas necesitan luchar y morir por un pedazo de tierra, las inmobiliarias mandan en las ciudades y el agronegocio manda en el campo.
Los hospitales privados, las escuelas particulares y los inmuebles ociosos de los centros de la ciudad, todos son pagos y movidos con nuestro trabajo, descontando nuestros salarios y aumentando nuestros impuestos, y por eso deben ser expropiados para garantizar una vivienda digna y servicios de calidad para todos. Basta de desigualdad: es necesario poner fin al pago de la deuda pública e imponer impuestos progresivos a los capitalistas, garantizando presupuesto para un plan de obras populares para educación, vivienda y salud pública de calidad. Por la re-estatización, esta vez bajo control de los trabajadores y usuarios de todos los servicios públicos, salud, educación, transportes y telefonía que fueron privatizados durante el gobierno de FHC. Por la nacionalización de la tierra y de todos los recursos naturales, petróleo, hierro, que son entregados a los bancos y las empresas multinacionales.
4. Por el fin de los privilegios de jueces, políticos y militares. Aún durante las masivas manifestaciones de masa de las últimas décadas, el presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, fue un caradura al utilizar un avión militar de la FAB para ir a Río de Janeiro con su enamorada y la familia para asistir a los juegos de la Copa de las Confederaciones. Este pequeño hecho apenas muestra en qué medida la casta que gobierna al país esta alejada, por un mar de privilegios, de la enorme mayoría de la población. Los diputados, senadores, así como presidentes, gobernadores, ministros, intendentes y jueces tienen a su disposición centenas de miles de reales entre salarios, gastos de gabinete “ayudas de costo”, entre otras ventajas. Esto en cuanto a la “caja 1”, sin hablar de la “caja 2”. Políticos que tienen fueros de privilegio, mientras los militares son juzgados por un tribunal militar separado de los civiles. Contra este estado de cosas defendemos que todo político y juez gane lo mismo que un profesor. Que los políticos puedan ser revocables en cualquier momento por aquellos que lo eligieron. Prisión y confiscación de bienes para los corruptos. Por una Asamblea Constituyente libre y soberana, impuesta por la movilización de las masas que reorganice al país de acuerdo con los intereses de la mayoría de la población.
5. ¡Fuera Feliciano! ¡Abajo el Estatuto del nascituro! ¡Abajo la “cura gay”!
6. ¡Basta de represión y la criminalización de los movimientos sociales. ¡Libertad a los presos políticos! ¡Eliminación de los procesos contra los luchadores! ¡Abajo el AI-5 de la copa y la ley de terrorismo! ¡Basta de genocidio contra la juventud negra!
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