Chile

Ni olvido ni perdón. A terminar con toda la herencia de la dictadura

19 Sep 2013   |   comentários

El fin de la anti-obrera y sangrienta dictadura dio paso a la democracia para ricos de la Concertación y la derecha que preservó toda su obra que dejó como herencia.

El fin de la anti-obrera y sangrienta dictadura dio paso a la democracia para ricos de la Concertación y la derecha que preservó toda su obra que dejó como herencia.

La Constitución del ’80 que tiene como principal objetivo proteger la propiedad privada de los empresarios para asegurar la explotación de los trabajadores, condenados a sueldos de hambre y la precarización del trabajo. Reforzado en el robo de sus cotizaciones previsionales con las AFP que solo aseguran pensiones de hambre. El sistema binominal que aseguró puestos para los guardianes de esta herencia, la Concertación y la derecha. El saqueo de los recursos naturales como el cobre, el litio o el agua, entregados a los monopolios imperialistas y las grandes empresas nacionales. El Código Laboral que sigue sometiendo a los trabajadores. La Salud de mercado, la educación de mercado, la vivienda de mercado, siguen condenando al pueblo trabajador a penurias. Todo protegido a la vez, por la represión de Carabineros y la PDI. Y con todos los represores, salvo unos pocos casos emblemáticos, impunes, libres, sueltos; y los funcionarios de la dictadura, sentados en el parlamento con sus partidos UDI y RN, o como funcionarios del actual Gobierno. Para rematarlo, hoy, en las elecciones presidenciales, están de candidatas la hija de un dictador de la Junta Militar, Matthei, y Bachelet que lo bendice exculpándolo de sus crímenes.

Hay que terminar con toda esta odiosa herencia de la dictadura que sigue en pie.

Basta de impunidad. Castigo a todos los represores y colaboradores civiles

Hoy, algunos de los responsables piden perdón. Lo mismo que la Concertación, siempre de rodillas. Pura hipocresía. Mientras siga la impunidad de los represores. Mientras sigan defendiendo el golpe, y las violaciones brutales a los DDHH. Mientras sigan en el Parlamento, en puestos de gobierno, dueños de las empresas privatizadas por la dictadura.

Pero aún con el castigo que se merecen, es insuficiente.

Para terminar con toda la herencia de la dictadura, poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora

El movimiento estudiantil puso en cuestión la educación de mercado. Los oprimidos se movilizan con las multitudinarias marchas de las mujeres y la diversidad sexual. Las revueltas en las Regiones se extienden. Y la clase trabajadora comienza a abrir nuevos caminos.

La lucha de clases se intensifica. Y pone al régimen en cuestión, y a sus guardianes, a la defensiva. Para evitar que se desarrolle el cuestionamiento al régimen, unos, como la derecha, se atrincheran en su defensa cerrada. Otros, como la Nueva Mayoría, preparan Nuevas Trampas, para maquillarlo y así salvarlo. A su lado, surgen candidaturas como la de Marcel Claude, que quieren humanizar esta democracia para ricos, por ejemplo, al denunciar a los monopolios, pero en defensa de las PYMES, tan explotadoras como las grandes empresas.

A 40 años, hay que aprender de la historia. Antes del golpe, los trabajadores comenzaron a construir sus organismos de democracia directa como los Cordones Industriales, que ponían bajo su control las empresas y decidían qué y cómo producir, y se planteaban avanzar a un verdadero Gobierno de los Trabajadores y el pueblo pobre.

Para retomar este camino, hay que construir un partido revolucionario de la clase trabajadora, y prepararse para terminar con toda la herencia pinochetista, en el camino de terminar con la democracia para ricos de la Concertación y la derecha.

Partido de Trabajadores Revolucionario

4-9-2013









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