La trasnacional española Befesa presiona para echarlo a andar

No al basurero de desechos tóxicos en Zimapán

07 Oct 2009   |   comentários

Los habitantes del pueblo de Zimapán, Hgo., agrupados en el movimiento cívico Todos Somos Zimapán, continúan con su lucha en contra del basurero de desechos tóxicos que a toda costa quieren imponerles las autoridades federales y estatales. La operación del basurero está a cargo de la trasnacional española Befesa, que se beneficiará con la disposición y almacenamiento de residuos peligrosos en territorio de la comunidad.

Fraude y represión contra el pueblo, a favor de una trasnacional

En las pasadas elecciones municipales en Hidalgo, el movimiento cívico TSZ aceptó la postulación (bajo las siglas del PRD) de su principal dirigente, José María Lozano, como candidato para la presidencia municipal de Zimapán, pensando que de triunfar podría oponerse desde el gobierno local al basurero.

Aunque Chema Lozano ganó claramente, el Tribunal Federal Electoral anuló la elección, con el argumento falso de que el párroco de la comunidad hizo campaña a favor del PRD, mostrando una vez más que las instituciones electorales en nuestro país están al servicio de intereses ajenos a la voluntad popular. La elección se repitió y Lozano volvió a ganar.

Inmediatamente después de que Lozano tomó protesta como presidente municipal de Zimapán, el Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Montt, lo citó en Bucareli para advertirle que el basurero comenzaría a funcionar inmediatamente y le anticipó el envío de 100 camiones cargados de desechos, custodiados por fuerzas policíacas federales. Sólo la firme determinación del movimiento cívico de no dejarlos pasar, obligó a cancelar el viaje de los camiones.

Desde hace meses soldados y policías se asentaron en la comunidad, cometiendo contra la población toda clase de atropellos, con el fin de intimidarla y ejercer una eventual represión en su contra. El gobernador del estado, Miguel Osorio, en un principio se quiso deslindar del conflicto prometiendo un estudio imparcial -que no se ha hecho- sobre el basurero. Sin embargo, ya demostró de qué lado está al mandar a los gorilas de la policía estatal a secundar a los federales. Osorio justificó la presencia de las fuerzas policíacas diciendo que “están cuidando una inversión”. Los gobiernos federal y estatal actúan así como fieles lacayos de los señores imperialistas españoles.

“Sí a la vida, no al basurero”

Aunque supuestamente el basurero en Zimapán cumple con todas las normas ambientales y ha conseguido los permisos necesarios para operar durante 50 años, ya se sabe cómo la Secretaría del Medio Ambiente actúa como alcahuete de las grandes empresas, haciéndose de la vista gorda ante la contaminación que generan. El basurero todavía no comienza a operar plenamente y, tras las primeras lluvias fuertes, a pocos metros ya aparecieron residuos peligrosos y restos de la “geomembrana” que supuestamente evitará que se contamine el suelo.

Las trasnacionales saquean y contaminan los recursos naturales, para después marcharse dejando para el pueblo enfermedades y miseria. En Zimapán mismo, de tradición minera, las empresas dedicadas a este ramo durante años contaminaron con arsénico el suelo y los mantos freáticos, afectando la salud de los pobladores. Ése es el legado que, en aras del “progreso”, los capitalistas han dejado y quieren heredarle a las generaciones venideras.

Por la movilización obrera y popular hasta que se cancele el basurero

Mientras Lozano y Gómez Montt siguen “dialogando” en Bucareli, Befesa amenazó con que, de no poder poner en marcha el basurero en octubre, demandará una millonaria indemnización al gobierno federal. Por su parte, la SEMARNAT ha dicho que es responsabilidad del municipio que el basurero no se haya echado a andar y que, por tanto, será éste quien deberá indemnizar.

Al mismo tiempo, algunos medios de comunicación continúan con su campaña para desprestigiar al movimiento, afirmando que Lozano tiene intereses particulares en contra del basurero o que ya está negociando la puesta en marcha de éste.

Lo cierto es que, desde que asumió como presidente, Lozano ha tratado de mantener un “perfil bajo” respecto al conflicto, evitando aparecer al frente del movimiento y confrontarse abiertamente con el gobierno federal. Por el contrario y para no mostrarse en contra del “progreso”, el presidente municipal anunció que promoverá nuevas inversiones (privadas) para reactivar la minería en Zimapán y así “generar fuentes de empleo”.

Los socialistas revolucionarios de la LTS repudiamos las amenazas del gobierno federal contra el pueblo de Zimapán y las calumnias contra cualquier integrante del movimiento, incluyendo el presidente municipal. Pero también alertamos que, con el “diálogo” en Gobernación, Gómez Montt sólo busca ganar tiempo, desgastar al movimiento y preparar la represión en su contra para imponer el basurero.

Siguiendo otro camino, Lozano tiene la obligación de poner todos los recursos materiales y humanos del municipio para evitarlo, acatando el mandato popular que ha dicho NO al basurero. Al mismo tiempo, es necesario que el movimiento cívico y todas las organizaciones que se han solidarizado con éste, de forma independiente convoquen a una gran asamblea obrera y popular en Zimapán, para cerrar filas con el conjunto del pueblo ante la pretensión de dividirlo o de mostrar al movimiento como un pequeño sector intransigente.

Esta asamblea, además de rechazar el basurero, se tendría que pronunciar contra cualquier indemnización a los imperialistas con el dinero del pueblo, como también por la salida inmediata del ejército y las fuerzas policíacas de la comunidad. Ahí se podría discutir un plan de acción contundente, local y nacional, para impedir la imposición del basurero, que prepare además la autodefensa del pueblo en caso de represión, como la única forma de evitarla.

Este también podría ser un buen espacio para valorar democráticamente qué opciones productivas realmente beneficiarían a la comunidad, evitando la contaminación y el saqueo de sus recursos naturales. En todo caso para reclamar, si se le considera conveniente, una industria minería nacionalizada, ambientalmente sustentable y bajo control de los trabajadores.









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